Rafael Dumett, escritor de "El Espía del Inca", novela de espionaje sobre uno de los episodios más dramáticos de la conquista del Perú en el siglo XVI. (Foto: GEC / Mario Zapata)
Rafael Dumett, escritor de "El Espía del Inca", novela de espionaje sobre uno de los episodios más dramáticos de la conquista del Perú en el siglo XVI. (Foto: GEC / Mario Zapata)
/ MARIO ZAPATA
Enrique Planas

El fin de semana pasado, una Resolución del Ministerio de Cultura con fecha 17 de setiembre, llegó a manos del editor de Lluvia, Esteban Quiroz. En ella, después de enumerarse en dos páginas una serie de leyes, incisos y artículos del reglamento del MINCUL y de la Dirección del Libro y la Lectura, se le informó que “El espía del Inca”, novela del escritor publicada por su sello en 2018, había sido excluida del Premio Nacional de Literatura de este año. La razón de su descalificación, según el documento, era que su expediente no había cumplido con subsanar un error en el formulario de inscripción virtual.

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En efecto, allí donde debía constar que el responsable de la edición era la persona jurídica Lluvia Editores SRL, en la postulación se había apuntado al editor, Esteban Quiroz, como persona natural. “De acuerdo con el numeral V de las bases del Premio Nacional de Literatura 2020, solo la editorial (persona jurídica y persona natural con negocio) puede postular a la presente convocatoria con las obras literarias que haya publicado”, afirma la resolución.

Según el editor de Lluvia, en su reclamo hecho público en redes, por un error fácilmente corregible había quedado fuera de competencia una de las novelas más celebradas por la crítica y el público. Para Quiroz, la respuesta del ministerio no solo es un maltrato a su editorial, sino una demostración del torpe funcionamiento de la burocracia ministerial, así como lo engorroso y crípticos que resultan sus procedimientos de inscripción para la población que intenta participar de sus convocatorias.

“Personalmente, yo no creo en los concursos y no me quería presentar”, señala a El Comercio el abatido editor. Fue su hija, Alondra Quiroz, quien le animó a confiar en la institución, y que se animara a participar en el concurso. “Ella se hizo cargo de la inscripción. Y a pesar de que tiene 37 años, siento que el ministerio ha jugado con ella como si fuera una criatura”, señala el responsable de Lluvia. “Resolver un error como ese en la ficha tomaba menos de tres minutos”, dice Quiroz, y lamenta que no hayan recibido del ministerio ningún asesoramiento. “Para entender las bases, hace falta la paciencia de Job para llenarlas correctamente”, añade.

Portada del libro "El Espía del Inca". (El Virrey)
Portada del libro "El Espía del Inca". (El Virrey)

La respuesta del Ministerio

Como se sabe, el Premio Nacional de Literatura 2020, es un reconocimiento que otorga el Estado peruano con el fin de visibilizar el trabajo creativo de los autores y autoras peruanos, así como la labor de la industria editorial en el Perú. Con este galardón también se busca posicionar en el mercado a las obras literarias publicadas con anterioridad al certamen y, con ello, dinamizar el ecosistema del libro y la lectura al estimular la actividad editorial de calidad. Luego de que la pandemia afectara su cronograma, la fecha para la entrega del premio fue aplazada para el próximo 11 de diciembre. Las categorías que se premiarán este año son Literatura en Lenguas Originarias, No ficción y Novela. Al ganador de cada categoría se le hará entrega de un diploma de honor, una medalla conmemorativa y diez mil soles.

Santiago Alfaro,  jefe de la Dirección General de Industrias Culturales y Artes. (Foto: GEC / Diana Chávez)
Santiago Alfaro, jefe de la Dirección General de Industrias Culturales y Artes. (Foto: GEC / Diana Chávez)
/ DIANA CHAVEZ

Santiago Alfaro, jefe de la Dirección General de Industrias Culturales y Artes precisó que las razones que llevaron al premio a excluir a “El espía del Inca” no se deben a meras razones “burocráticas” en la inscripción. “Después de haber hecho la verificación, observamos que Lluvia Editores SRL, la empresa que editó el libro “El espía del Inca” está de baja en la SUNAT desde el 2006. El dueño se presentó al premio como persona natural con negocio cuando en los créditos del libro aparece esa empresa, así como en el registro del ISBN de la Biblioteca Nacional. No habría podido postular como empresa porque una de las condiciones de las bases es que las empresas deben estar activas y habidas en la SUNAT. Lo que se busca es garantizar que el uso comercial del libro pague impuestos”, aclara.

Lluvia Editores SRL, la empresa que editó el libro “El espía del Inca” está de baja en la SUNAT desde el 2006.
Lluvia Editores SRL, la empresa que editó el libro “El espía del Inca” está de baja en la SUNAT desde el 2006.

Para el funcionario, no se trata de razones “burocráticas”, sino de garantizar el interés público. “Eso es lo que hemos querido resguardar. No ha habido ningún exceso administrativo. Se ha cumplido con todos los procedimientos, se le remitió al editor una solicitud de subsanación que no cumplió en los plazos requeridos. Y además, su argumento entregado por otras vías, no correspondía a lo que se le estaba observando, que no había coincidencia entre quien hizo el libro y quien se presenta al premio”, señala Alfaro. “En ningún orden legal puede ser lo mismo una persona jurídica que una persona natural con negocio. Nosotros ponemos eso como requisito en las bases porque justamente alentamos la formalidad”.

“La idea es que las reglas sean iguales para todos. A veces se interpreta que los actos administrativos son ‘trabas burocráticas’ que complejizan lo que es simple. En este caso, lo que hay son finalidades de la ley y las normas que garanticen que todos estén en las mismas condiciones para competir”, explica Alfaro.

Reflexión de autor

“El espía del Inca”, novela de 784 páginas, ha sido uno de los libros más vendidos de Lluvia Editores, habiendo superando los 8 mil ejemplares en cinco ediciones, a lo largo de dos años. En ella, Rafael Dumett urde una trama de espionaje en torno a la conquista del Perú en el siglo XVI. De acción trepidante y minuciosamente documentada, relata la captura de Atahualpa en Cajamarca por los españoles y los planes del general Cusi Yupanqui para intentar su liberación. Para ello, un espía debe infiltrarse en los aposentos del prisionero real. Sin embargo, al ponerse en contacto con el Inca prisionero, éste retrasa peligrosamente la orden de su rescate: se siente fascinado por los extraños seres de barba y armadura, y siendo hijo del Sol no siente temor. En el 2018, la novela fue elegida por los lectores del Diario El Comercio con el Premio Luces, y fue el padre del autor quien recibió el galardón ofreciendo un memorable agradecimiento en quechua.

El escritor decidió ofrecer una única respuesta en su cuenta de Facebook. Agradeciendo a los que defienden su libro, pidió no caer en insultos, acusaciones ni especulaciones perversas. "Prefiero decantarme por la hipótesis más simple: “El espía del Inca” fue eliminado del Premio Nacional de Literatura 2020 por puro celo burocrático. Un celo burocrático al que, en abstracto y por principio, el amante del respeto a las normas que soy le da la bienvenida en el Ministerio de Cultura del Perú", escribió.

“Me siento muy afortunado. Cada vez más peruanos están asumiendo al Espía como suyo, y por eso lo quieren, protegen y defienden con uñas y dientes, con una pasión que me sorprende y conmueve. Recibir un reconocimiento del Estado peruano hubiera sido un honor, pero con la gratitud sincera, afectuosa y sostenida del lector de a pie me basta y me sobra. Mis saludos y felicitaciones a quien gane. Yo me doy por bien servido, doy vuelta a la página y sigo adelante”, concluye.

Otros títulos de Lluvia han quedado fuera de competencia por errores en la inscripción. Se trata de “Anqhas Wayta, Flor azul”, del escritor Hugo Carrillo, y “Caldero del Infierno”, de uno de los autores icónicos del grupo “Narración”, Roberto Reyes Tarazona. Como señala el funcionario del MINCUL, la editorial aún tiene a disposición mecanismos legales que la amparan, como es una apelación. La oportunidad formal está abierta.

Para Santiago Alfaro, es necesario destacar que el Premio Nacional de Literatura no solo reconoce la obra artística, sino también el esfuerzo de los editores detrás de la publicación. “Es un premio que reconoce el ecosistema del libro, por eso se solicita que quien presente la propuesta sea una empresa editorial y no el autor. También hay allí razones prácticas para evitar conflictos. En esa línea, lo que se exige es que quien hizo el libro sea quien presente la solicitud, y eso es lo que no ha sucedido en este caso”, concluye.

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