A veces, disimula su cicatriz con un pañuelo. También puede sugerir al fotógrafo disparar su cámara desde otro ángulo. Más allá de estas pocas concesiones a la vanidad, nada queda de aquella presencia que minó su cabeza, un tumor “del tamaño de un mango” como describió el médico que lo extrajo a fines de 2018. Rosella Di Paolo recuerda haberle dicho al internista, poco después de ingresar a la clínica, que se sentía bien. A ello le siguió un paréntesis de dos semanas del que nada recuerda, tiempo en que fue sometida a una operación larga y compleja.
Ha pasado el tiempo y la poeta agradece a la diosa Fortuna. Previo a su intervención, su colega Mariela Dreyfus le había invitado a la Universidad de Nueva York para presentar su libro “La silla en el mar” (2016). Según le explicó el médico, el viaje en avión inflamó el tumor benigno que se alojaba silencioso en su sien izquierda y le obligó a revelar sus síntomas. “Ese viaje me salvó la vida. Yo siempre le agradezco a Mariela su invitación, porque de otra forma, hubiera crecido hasta ser inoperable”.
Sin embargo, Di Paolo no se regodea en aquella experiencia. De hecho, una de las primeras cosas que hizo al llegar a casa fue inflar las llantas de la bicicleta que había dejado abandonada y volver a pedalear.
POESÍA CON PREMIO
En enero pasado, el Ministerio de Cultura reconoció a la autora de “Piel alzada” como Personalidad Meritoria de la Cultura. Hoy por la mañana, la Casa de la Literatura Peruana anunció oficialmente que reconocerá a Di Paolo con su máxima distinción institucional, premio anual que concede desde el 2010 y en cuya privilegiada lista se incluye a Mario Vargas Llosa, Carlos Germán Belli, Edgardo Rivera Martínez, Carmen Ollé, entre otros maestros. En el caso de la poeta, quien recogerá el galardón en una ceremonia a realizarse el 21 de abril, los anfitriones destacan “la audacia y singularidad de su obra poética, donde la contemplación y el desenfado aparecen como formas para interpelar a los sentidos”.
— ¿Te identificas con la declaración de la Casa de la Literatura que justifica tu elección al premio?
Me gustó su manera de sintetizar. Me siento rara al decirlo, pero creo que mi audacia reside en la parte lúdica, en la frescura para moverme entre elementos de la realidad, jugando con ellos y a la vez poniéndolos en su sitio. En mi poesía hay contemplación, pero a la vez requerimientos y peleas.
— Hablar de contemplación nos remite a la poesía oriental...
Mi gran aprendizaje de la poesía ha sido a través del haiku, su capacidad para poder decir tanto en solo tres versos. Yo busco no explayarme, sino ser contenida con el lenguaje. Esa es mi lucha.
— ¿Como el haiku, crees que la poesía actual aún conserva su capacidad de acceder al conocimiento desde la observación?
Sí, pero siempre a través de su propio lenguaje. De otra forma, estarías cayendo en el ensayo. La poesía tiene sus propios códigos. No se trata de contar, sino de decir algo de forma bella y sugerente.
— Tu poesía siempre habla de los grandes temas, pero huye de las abstracciones.
Sí. Prefiero afincarme en lo real, y que las abstracciones corran por cuenta de la imaginación del lector. Como hacia José Watanabe, que siempre partía de algo concreto, una piedra, un cerro, un lenguado, y a partir de eso, dejar en claro que no se habla solo de eso.
— ¿Cómo te sirves del humor para escribir?
Está en mi cuerpo, es mi forma de ver el mundo, se cuela aunque no lo quiera. A veces, tengo que decirle al verso que se tranquilice, porque suele ir a tomarle el pelo al mundo.
— ¿Hay palabras que trates de evitar cuando escribes?
Palabras como “ser” o “magia”, me dan cosa, prefiero un sinónimo. Huyo de los verbos en infinitivo: hacen pomposos al poema.
— ¿Cómo te llevas con el gerundio?
Porque he sido correctora conozco las reglas del gerundio y evito usarlo. Sin embargo, leyendo mis poemas viejos, me doy cuenta de que sí los usaba. Hoy los habría enmendado con lapicero rojo.
— ¿Antes se escribía mejor poesía?
No. En las nuevas voces encuentro la misma curiosidad y energía. En esta época que hay tantos estímulos para no escribir, el hecho de que haya una joven o un joven haciendo poesía me causa admiración. La vocación persiste.
— ¿Crees que la lucha por la visibilidad de las mujeres ha conseguido en la literatura sus mayores logros?
Es posible. Hoy no solo hay más escritoras (y por lo tanto más libros que se comentan), sino que el debate feminista ha logrado que cuando se hable de la poesía hecha por mujeres pedir atención no se vea como un favor ni una condescendencia, sino tomarle el pulso real a nuestros tiempos. Reconocer tantas voces que estaban allí y no queríamos darnos cuenta.
La premiación:
Lugar: Casa de la Literatura Peruana. Dirección: Jr. Áncash 207, Cercado de Lima. Cuándo: martes 21 de abril, 7 p.m. Entrada: libre.
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