En la madrugada del 13 de mayo de 1936 dejó de existir Felipe Pinglo Alva, el más importante exponente del vals criollo e iniciador de un nuevo período para la canción peruana. No obstante sus composiciones solo tuvieron difusión cuatro años después de su muerte, interpretados en callejones y jaranas criollas.
Devoto de la Virgen del Carmen, admirador de José Santos Chocano y amante de las fiestas, el ‘Bardo Inmortal’ no solo interpretaba temas criollos, sino otros ritmos característicos de la época, entre estos el tango, el fox trot y hasta el charleston.
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