RAFAEL VALDIZÁN (@rvalmat)
Marc Bolan es sinónimo de glam rock, aquella corriente musical de inicios de los años setenta que propuso algo más que solo música: una imagen estilizada y estrambótica. Las bandas y solistas que formaron parte de ese subgénero echaron mano de maquilladores, peluqueros y diseñadores de vestuario para llamar la atención (o generar controversia o simplemente para dar espectáculo). Aparte de Bolan, tuvimos a Gary Glitter, David Bowie, Sweet, Slade, Mott the Hoople, incluso a Elton John en sus primeros años de carrera, entre otros.
De no haber muerto, Marc Bolan habría cumplido hoy 67 años. Sin embargo, como suele suceder con los grandes, lo sobrevive su obra. Una obra que inició en solitario, a mediados de los 60, previa a la fundación de Tyrannosaurus Rex, banda que, más adelante, abrevió su nombre a T. Rex. Obra célebre por su frescura, por extraer las bases del rock and roll y por su facilidad de recordación, principalmente por la elaboración de estribillos que se adherían con facilidad a quienquiera que los escuchara.
En 1971, Bolan y T. Rex lanzaron un par de singles. Uno de ellos fue "Hot Love", el primero de la banda que trepó al primer lugar del ránking en el Reino Unido (aunque no corrió con la misma suerte en Estados Unidos).
Ese mismo año vio la luz una de las canciones más representativas de Bolan y T. Rex: "Get it On". Fue incluida en el que sin duda es el gran álbum de la banda: "Electric Warrior". Un rock and roll fiestero que, con toda seguridad, puso a bailar a miles de personas. Y, como no podía ser de otra manera, también alcanzó la cima en el Reino Unido. Esta vez, la banda sí logró impactar en Estados Unidos, donde llegó hasta el puesto número 10.
"Electric Warrior" también catapultó otro tema emblemático de Marc Bolan y T. Rex: "Jeepster". Pese a que llegó hasta el puesto número 2 en los charts británicos, hubo cierta controversia, pues el tema fue lanzado como single sin el consentimiento de Bolan. En cuestiones de estilo, "Jeepster" tiene cierta influencia de Howlin Wolf: es un rock and roll ágil y pegadizo.
"Si bien no fue un sencillo, "Cosmic Dancer", también incluido en "Electric Warrior", es otro de los temas que los fans de T. Rex atesoran entre sus favoritos. Tal vez por su contoneo sensual, o por su melodía vocal, esta pieza se levanta como uno de los puntos más característicos dentro de la gran obra de Marc Bolan.
Otra de las piezas claves de T. Rex surgió en 1972, dentro del álbum "The Slider". Hablamos de "Metal Guru", el último tema que llegó al pico de popularidad en Inglaterra. Es una obra de referencias espirituales, o si quieren, religiosas: "Yo creo en Dios, pero no tengo una religión", señala una parte de la letra de la canción. Son dos minutos y medio que siguen básicamente un mismo patrón de notas, sobre un ritmo controlado pero aún adhesivo (o adictivo).
"Children of the Revolution" salió como single en setiembre de 1972 (no formó parte de un álbum). No llegó al primer lugar en los ránkings británicos (se quedó en el segundo lugar), pero es uno de los temas más recordados de Bolan y T. Rex; una canción que se arrastra en una cadencia próxima al rock pesado y genera una vibra que exacerba la virilidad, el poder, la fuerza.
En 1973 fue el turno de "20th Century Boy", otro single que a pesar de su provocativo riff guitarrero, del contagioso fraseo vocal y de su cadencia ligera, falló en el camino a la cima de los charts del Reino Unido: trepó hasta el puesto 3. Pero, tal como "Children of the Revolution", persiste en la memoria colectiva como uno de los temas más representativos de Marc Bolan y T. Rex.
Marc Bolan empezó a perder popularidad a mediados de los setenta. Además, T. Rex se desintegró. Sin embargo, esto no supuso que el músico inglés se detuviera en sus intentos de hacer música. De hecho, siguió editando elepés y sencillos hasta que la muerte lo sorprendió en un accidente automovilístico, el 16 de setiembre de 1977, cuando solo tenía 29 años.
El legado de Marc Bolan es inmenso. Son varias decenas de artistas que han hecho sus propias versiones de algunas clásicas suyas; además, fue uno de los que sembró las semillas de lo que más adelante, en la segunda mitad de los años ochenta, se conoció como glam metal, corriente representada por bandas como Poison, Cinderella, Mötley Crüe, Ratt, entre muchas más.