La banda peruana Malos Amigos. (Foto: Difusión)
La banda peruana Malos Amigos. (Foto: Difusión)
Redacción EC

Después de publicar su homónimo, Malos Amigos vuelve con “No aprendimos nada”. El título, sin embargo, se contradice con su forma de trabajar. “No queremos desmerecer nuestro primer trabajo, pero ahora hubo más planificación, menos improvisación y más orden, en parte porque teníamos que ser más eficientes con el tiempo en el estudio. Nos hemos vuelto más profesionales y más cuidadosos con los arreglos de las canciones”, responde la banda nacional.

Su sonido ahora es más fresco, un rock que se inspira en grupos argentinos como Bandalos Chinos o Conociendo Rusia. “Nos han dicho que sonamos a Serú Girán, una banda que nos encanta. Creemos que es una referencia justa”, sostienen.

Claro que no son una copia. Si bien la propuesta toma como base esas referencias, ellos juegan e introducen secciones funk, indie, progresivas, a veces con jazz, y le agregan su impronta. Esas exploraciones se notan en las ocho canciones de “No aprendimos nada”.

Nosotros producimos el disco. Nuestra dinámica de trabajo es que cada uno compone una canción, la presenta en un ensayo y luego la trabajamos entre todos, y aportamos ideas hasta estar satisfechos”, explican.

La grabación se sucedió en Buenos Aires, en un estudio por el que pasaron Gustavo Cerati, Fito Páez o Luis Alberto Spinetta. Cuenta Malos Amigos que llegaron a la capital argentina gracias a la invitación de una productora que quería trabajar con bandas de otros países. “Al comienzo dudamos, pero nos lanzamos a la piscina. Fue una experiencia muy completa: fuimos a varios conciertos, nos empapamos de la vida musical porteña, lo que se sumó a la calidad de los equipos del estudio”.

Con todo ese aprendizaje sobre sus hombros, ¿por qué eligieron ese nombre para su segunda placa? La banda cuenta que, por un lado, es una forma de decir que siguen siendo las mismas personas, “cinco amigos pasándola bien, sin mucha idea de cómo administrar un proyecto musical”.

La otra razón es su interés por la contradicción. “Desde el primer tema es evidente que sí hemos aprendido, que no somos los mismos. De hecho, cuando debatimos el nombre del álbum, alguien pensó que se podía llamar ‘Algo he aprendido’, pero luego llegamos a ‘No hemos aprendido nada’. Podría decirse que el concepto del disco es jugar con eso”.

Por ahora, Malos Amigos disfruta de su segundo material, pero ya adelantan qué caminan podrían seguir. “Nos gustaría explorar con la tecnología, usar beats, loops, y otras posibilidades. Otra posibilidad es trabajar con un productor. Tener una sexta cabeza nos podría ayudar a salir de nuestra zona de confort”.


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