ANTONIO ALVAREZ FERRANDO tonyalfe83
“Si te quieres divertir, con encanto y con primor, solo tienes que vivir, un verano en Nueva York”. Seguido de un pegajoso sonido de trompetas, así comienza uno de los grandes clásicos de la salsa que hace bailar al mundo hace varias generaciones.
Este tema que describe lo que se vivía en la Gran Manzana, epicentro de la salsa e inmigrantes latinos por ese entonces, fue incluido en el disco “Número 7” de El Gran Combo de Puerto Rico, lanzado al mercado en 1975.
“Oye, no me eche la culpa a mí / échele la culpa a Justi Barreto / que es quien tiene esto encendido / es el señor que sabe”, fraseaba, y hasta hoy lo hace ya como solista, Andy Montañez con su inconfundible voz.
Si bien Andy Montañez ya había hecho éxitos como "Julia", "Serrana" o "Las hojas blancas", fue "Un verano en Nueva York" el batacazo musical que lo lanzó al estrellato. Dos años después, el "Niño de trastalleres", como se le conoce a Montañez, pasaría a Dimensión Latina.
Pero esa es historia conocida. Lo que muchos no saben es que fue el prolífico compositor Justi Barreto, nacido el 14 de noviembre de 1923 en La Habana, quien escribió este clásico bailable.
Esta crónica de Nueva York no fue un simple encargo para Barreto, sino un privilegio para él, quien en algún momento definió a esta ciudad como "lo más lindo de este mundo". No por algo vivió allí desde 1952.
En sus líneas, por ejemplo, Barreto describe algunas importantes fiestas folclóricas de los latinos asentados en Nueva York como el día de San Juan Bautista, en el mes de junio, o la tradicional fiesta del club “Baile Del Mamoncillo”.
También nombra a la Montaña del oso, localizada en Westchester, un condado ubicado en la parte del área metropolitana de la Gran Manzana y que alberga la conocida cárcel de Sing sing, donde grabarían en vivo Eddie Palmieri y Larry Harlow.
Era un reflejo de lo que se vivía en la década del 70, cuando el pueblo bailaba al compás de la salsa, un movimiento que había abandonado las zonas marginales como el Bronx y Queens, donde se había creado, para expandirse hacia otros lugares.
Por ese entonces, legendarios centros de baile como “El Cheetah” y “El Caborrojeño” se desbordaban de gente. Todos disfrutaban de esta fiebre musical que le tomaba la posta al mambo y al boogalú para, en los años siguientes, escribir su propia historia.
Aunque “Un verano en Nueva York” es el tema que más identifica a Justi Barreto, este cubano nos dejó otras magistrales composiciones que han sido grabadas e interpretadas por grandes exponentes de la música latina como Benny Moré, Arsenio Rodríguez, Tito Rodríguez, Vitín Avilés, Celio González, Adalberto Santiago, entre otros.
Cómo olvidar, por ejemplo, a Cheo Feliciano y a Celia Cruz interpretando a viva voz “Encantado de la vida”, aquella noche de 1984 en la Feria del Hogar. O las veces que los “Mulatos del sabor” nos hicieron bailar con “Guaguancó del Gran Combo” en el Festival del Callao. Ambos temas también fueron compuestos por Barreto, fallecido hace once días, precisamente, en Nueva York.
Además, destacó como cantante y percusionista. También trabajó como actor y aunque su vida bajó el telón, continúan los aplausos para un compositor que nos dejó lo mejor de su inspiración en el repertorio de las grandes ligas de la música latina. Aquí una pequeña lista con algunos temas de su autoría.
Un verano en Nueva York – El Gran Combo de Puerto Rico
Encantado de la vida – Celia Cruz y Cheo Feliciano
Rabo y oreja – Benny Moré con la orquesta de Dámaso Pérez Prado
El pin, pin, pin y el pon, pon, pon – Tito Allen con la orquesta de Justi Barreto
Lo que dice Justi – Frankie Vásquez con la orquesta de Wayne Gorbea