Por: Elody Malpartida
Tengo 31 años. Soy arquitecto de profesión. Me gusta mucho hacer deporte, estar con mi esposa y mi gata, e investigar sobre los planetas y las estrellas. Mi mayor virtud es luchar por lo que creo. Mi mayor defecto es querer que las cosas salgan a mi manera.
“Found Love”, single utilizado por una conocida empresa de telefonía móvil en un comercial, nos permitió conocer a We The Lion. El éxito de la canción fue tal que en solo un mes se convirtió en la más escuchada en Spotify en el Perú, con 250 mil reproducciones. La banda peruana –un sueño que compartían desde niños Alonso Briceño (vocalista), Luis Buckley (bajo y ukulele) y Paul Schabauer (guitarra)– ha partido del amor. Al igual que “Violet”, su primer álbum lanzado a fines del 2016.
Alonso Briceño nos recibe en su estudio de grabación: un espacio lleno de alfombras persas, instrumentos musicales y leones de peluche.
—¿Cuándo deciden empezar a hacer música?
Nosotros hemos tenido bandas desde chibolos, pero decidimos hacerlo en serio luego de conocer a mi esposa. Cuando recién la conocí le dije que hacía música, ella viajó y en ese intervalo le comenté a Paul [Schabauer] que quería decirle para estar juntos, pero que quería hacerlo con una canción. Compusimos “Good Sunday”, que no sale en el álbum pero es la canción que bailamos en nuestro matrimonio. Tras grabarla, empezamos a hacer un disco, pero no nos salía tan bien. Ahí dijimos: “Todos tenemos nuestras chambas y podemos pagarlo, busquemos a un productor que le saque la mugre a esto”. Conocimos a David Chang y el resto es historia. Pero toda la aventura comenzó con esa canción, que partió del amor.
—Precisamente “Violet”, su primer disco, cuenta una historia de amor...
Originalmente solo pensamos que debíamos hacer una historia, por eso decimos que es un álbum conceptual. Cuando componíamos no pensábamos en un género, solo queríamos ser honestos con nuestra música, así que salió un disco bastante emocional. “Violet” cuenta todas las etapas de una relación: desde que conoces a la chica y la etapa de luna de miel hasta cuando la relación termina, que –en el caso del disco– es cuando ella muere. Esto no significa que estrictamente sea un disco romántico, lo interesante es que cada persona identifique las canciones con su historia personal.
—Una de las cosas que más me sorprendió en uno de sus conciertos fue escuchar al público gritando: “¡Que viva el talento peruano!”…
Creo que tener un disco sólido hace que la gente piense: “Ellos sí la pueden hacer”. Muchas personas nos dicen: “Qué orgullo que sean peruanos, qué orgullo que nos representen”. Eso nos hace sentir más peruanos todavía.
—Pero ustedes son peruanos que cantan en inglés. ¿Te molesta que te pregunten por qué lo hacen?
No, es una pregunta válida. Me lo han preguntado como quince veces, tal vez me moleste cuando me lo pregunten en la vez cien [risas]. Toda mi vida he escuchado música en inglés, me es natural reproducirlo. Hay que ser fieles al sonido y a la creatividad de uno, sino sería raro.
—¿Cómo es tu proceso creativo?
Una de las cosas que hago es imaginar el videoclip antes que la canción. Me ayuda mucho la gráfica, tal vez porque soy arquitecto [risas]. A veces solo me pongo a cantar la tonada o la letra que tengo en la cabeza y la grabo para al menos quedarme con la línea melódica de voz. Incluso, la frase inicial de una de las canciones la compuse en medio del tráfico; tenía la tonada en la cabeza, busqué mi celular y la grabé. Me encantó la esencia de haber lanzado eso y luego pulirlo. Es muy valioso porque te da la tranquilidad de que lo que has compuesto es completamente tuyo, algo que no necesariamente pasa cuando buscas la rima perfecta.
—¿Siempre has pensado de esa forma?
He pasado por varias etapas. Al inicio cantaba con más miedo, con temor a desafinar y porque aún no había encontrado mi voz. Hoy lanzo la nota y si desafino no importa, es parte de la honestidad de lo que hago. El Alonso de hoy es alguien que ha vivido y que quiere expresar, que no tiene miedo de decir: “Este soy yo y esto es lo que quiero decir’. Esto viene a raíz de componer el disco y volvernos tan sinceros con la mecánica de composición. He perdido el temor a ser, a componer, a gritar.
—Pero como vocalista tienes una responsabilidad adicional…
Hay una carga fuerte que al inicio es extraña. Yo era un arquitecto que hacía casas. Nadie te prepara para que te digan: “Ahora ponte ahí y sé un rock star”. No solo tienes que transmitir el ‘feeling’ con tu voz, sino manejar el show. Podría no hacerlo, pero me gusta ser vocalista, estar parado al frente y que la situación dependa un poco de mí. Además, estoy con mis hermanos de toda la vida, no hay miedo porque me siento respaldado. Siempre tratamos de transmitir esa energía, que somos un frente unido.
—¿Qué futuro le ves a We The Lion?
Yo quisiera hacer muchos discos y todos en la banda estamos de acuerdo con eso. Nos gusta la idea de tener siempre un concepto, un camino claro. Queremos ser ese tipo de banda que siempre saca álbumes y que estos sean potentes, que no dependamos tanto de los singles.