El caso de Gabriel Fernández, un niño latino de apenas 8 años que fue torturado y asesinado, ha conmocionado al mundo por la brutalidad del crimen. La serie documental de Netflix, “The Trials of Gabriel Fernández” (“Los juicios de Gabriel Fernández”), aborda el asesinato del pequeño a manos de su propia madre y padrastro, y pone en evidencia las fallas sistémicas que permitieron el abuso continuo del menor hasta que murió de una menera atroz.
Los trágicos hechos sucedieron en el 2013, cuando el pequeño Gabriel Fernández falleció después de vivir xerca de 8 meses de tortura a manos de su madre, Pearl Fernández, y su padrastro, Isauro Aguirre. La producción desentraña en seis episodios la historia detrás de este caso que impactó a la comunidad de Los Ángeles en Estados Unidos.
Dirigida por Brian Knappenberger, la docuserie está basada en el reportaje de Garrett Therolf, periodista de Los Angeles Times, donde una crónica exhaustiva trae los más horrendos detalles del sufrimiento del pequeño que murió la noche del 22 de mayo de 2013.
El caso concluyó con Pearl Fernández sentenciada a cadena perpetua y Aguirre recibió la pena de muerte en 2018. Sin embargo, Isauro no es el padre biológico de Gabriel. Arnold Contreras es su padre. Si bien Contreras tuvo un papel importante que desempeñar en el juicio posterior a la muerte de Gabriel, es posible que te preguntes ¿Qué pasó con el padre biológico del menor? ¿dónde se encuentra actualmente? A continuación, te contamos todo sobre este caso.
¿QUÉ PASÓ CON ARNOLD CONTRERAS, EL VERDADERO PADRE DE GABRIEL?
Arnold Contreras y Pearl Fernández son los padres biológicos del pequeño Gabriel Fernández. La pareja se separó y la madre del menor sostuvo otra relación, tiempo después, con Isauro Aguirre.
El padre biológico del menor subió al estrado durante el juicio de sentencia de Isauro. Arnaldo José Contreras habló cariñosamente de su hijo fallecido, y dijo que a Pearl nunca le gustó el niño, y entendió que Gabriel viviría con sus abuelos maternos.
Cuando murió Gabriel, Contreras estaba en prisión, cumpliendo condena en la cárcel del condado de Riverside, en 2013. Testificando que a menudo tenía problemas para dormir debido a la brutalidad de la muerte de su hijo.
Arnold también estaba entre una de las partes en presentar una demanda por muerte injusta contra el distrito escolar público, Pearl e Isauro, y tres departamentos diferentes del condado.
¿DÓNDE ESTÁ ARNOLD CONTRERAS AHORA?
Tras la brutal muerte de su hijo, Arnold Contreras parece haber tratado de seguir adelante con su vida. A través de las redes sociales, podemos conocer dónde se encuentra actualmente el padre del pequeño Gabriel Fernández.
Su perfil de Facebook sepaña que es residente de Pacoima, California. En la red social, Contreras muestra muchas fotos con Gabriel, donde se puede ver al niño sonriendo. Está claro que el padre mantiene presente el recuerdo de su pequeño hijo.
Arnold, cuyo perfil indica que es soltero, parece trabajar en un salón de tatuajes y piercing. Muchas de las imágenes en su perfil son sobre descuentos disponibles y otras fotografías presentan su obra de arte de manera prominente.
Pese a todo lo que se puede ver en sus redes sociales, Arnold no ha estado activo en Facebook públicamente desde 2017. En tanto, cuenta con una página de Pinterest, donde muestra su destreza como artista de la tinta. Pero tampoco lo ha ha actualizado en mucho tiempo.
Entonces, ¿dónde está él actualmente? Parece que Arnold sigue teniendo problemas con la ley y el sistema penitenciario. Según información del Departamento de Correcciones y Rehabilitación del Estado de California, el 11 de febrero de 2019 ingresó en la Prisión Estatal de Calipatria por un delito no violento. Además, ha sido elegible para libertad condicional desde junio de 2019.
El padre biológico de Gabriel lleva una vida problemática, como siempre lo ha hecho, con períodos de prisión. Sin embargo, hace frente a la dolorosa pérdida de su hijo.
¿QUIÉN FUE GABRIEL FERNÁNDEZ?
Según cada informe, las entrevistas en la serie y las noticias tras muerte, Gabriel Fernández era, como la mayoría de los niños, un chico dulce al que le gustaba ser útil y que buscaba el amor de su familia. Antes de mudarse con su madre, Pearl Fernández, su novio, Isauro Aguirre, y dos hermanos en Palmdale, al norte de Los Angeles, el pequeño vivía cada cierto tiempo en casa de algún familiar.
Como bien describe el documental, antes de mudarse definitivamente con su madre, Gabriel vivió por un tiempo con un tío y su pareja y luego con sus abuelos. Por las imágenes de esta época, al menos cuando era cuidado por sus tíos, Gabriel parecía un niño feliz y saludable.
Sin embargo, la vida del menor dio un giro radical en 2012, cuando Pearl Fernández lo acogió, según la investigaciones, para obtener beneficios de bienestar. Desde luego, el resto de la familia expresó su preocupación por esta decisión, debido a que Pearl, según indicaron, era negligente con sus otros hijos. Es decir, nada bueno podía pasar si sumaban a otro menor a la ecuación.
Tras mudarse con su madre y su pareja, Gabriel Fernández ingresó a una nueva escuela, donde al poco tiempo una maestra, llamada Jennifer García, identificó que algo no andaba bien. La profesora, que aparece a lo largo de la serie de seis partes, contó que a los pocos días de haber ingresado a clases, el pequeño le hizo una pregunta: “¿Es normal que las madres golpeen a sus hijos?”. Pero eso fue solo el principio. Pronto Gabriel tenía una inquietud más preocupante. Le preguntó si era normal ser golpeado con una hebilla de cinturón. “¿Es normal que sangres?”.
LOS MALTRATOS Y ABUSOS QUE SUFRIÓ GABRIEL FERNÁNDEZ
Durante las audiencias judiciales seguidas a los acusados, se reveló que el niño fue víctima de una horrorosa lista de abusos físicos.
La serie comienza con una enfermera de urgencias que trató desesperadamente de salvar a Gabriel Fernández, revelando entre lágrimas lo que presenció cuando lo llevaron al hospital. “Tenía una fractura de cráneo deprimida, lo que significa que se podía sentir su cráneo...”, dijo ella.
“El suyo estaba abollado y se podía sentir... como si fuera crujiente en su cabeza. Recuerdo que su garganta parecía que alguien la hubiese quemado. Moretones y cortes en toda la cara. Ojos negros, cortes en todas partes... En cada parte de su cuerpo había algo", explicó.
“Tenía balines en el pulmón y en la ingle, quemaduras de cigarrillos, apagaban cigarrillos en él (...) Recuerdo que esa noche pensaba que no podía entender esto, cómo llegó hasta esto (...). Hay tanto trauma, tanto daño y tantas preguntas”, agregó.
El menor llegó al hospital tras recibirse una llamada de emergencia desde una casa de Palmdale, una ciudad del condado de Los Ángeles situada unos 100 kilómetros al norte de la capital, donde había un niño inconsciente. Pero lo que parecía un pedido de auxilio por un accidente acabó en un caso muy mediático de abusos y asesinato de un menor.
NI POLICÍA CREYÓ TESTIMONIO DE NIÑO
El propio Gabriel Fernandez encendió las luces de alerta, pero no fue escuchado. En el documental “The Trials of Gabriel Fernandez” se explica que el niño, que pasó hambre, que fue obligado a comer espinacas podridas, heces de gato e incluso su propio vómito, le pregunto a su profesora: “¿Es normal que las madres golpeen a sus hijos?”. Pero eso fue solo el principio. Pronto el pequeño de 8 años tenía una inquietud más preocupante. Le preguntó si era normal ser golpeado con una hebilla de cinturón. “¿Es normal que sangres?”.
Sin embargo, a pesar de que la línea directa de abuso infantil del condado de Los Ángeles fue alertada sobre el caso, el Departamento de Servicios Infantiles y Familiares ignoraron las veces que se les advirtió que el pequeño estaba siendo maltratado.
Por eso, además de los padres, dos trabajadores sociales, Stefanie Rodríguez y Patricia Clement, fueron acusados junto con sus dos supervisores: Kevin Bom, de 40 años, y Gregory Merritt, de 64 años, de minimizar la evidencia del abuso del pequeño Gabriel y falsificar registros públicos.
Definitivamente el sistema le falló a Gabriel Fernández. Además del Departamento de Servicios Infantiles y Familiares, la policía también desestimó su caso e incluso lo acusaron de mentir. Según la tía abuela de la víctima, Elizabeth Carranza, “los trabajadores de DCFS, alguaciles, tantas veces como estaban fuera y fueron llamados, lo ignoraron. Creo que fue tres veces que llamamos a los trabajadores sociales y dos veces que hablamos con los sheriffs. Más tarde, cuando escuché que los alguaciles habían salido y amenazaron a Gabriel, como si siguiera mintiendo sobre las cosas”.
“Creo que Pearl (Fernández) les había dicho a los alguaciles que algunos niños más grandes lo habían golpeado y por eso tenía marcas en él. Y eso no era cierto. Los alguaciles lo pusieron en el Detrás del auto y le dije que, si seguía mintiendo sobre las cosas, él sería el que iría a la cárcel”, agregó a abuela del menor.
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