Después de una larga espera y expectativas altísimas, “The Sandman” ha regresado a Netflix con su segunda temporada. La serie basada en la aclamada novela gráfica de Neil Gaiman ha desplegado nuevos episodios que combinan fantasía oscura, emociones profundas y, como ya es tradición, una selección musical cuidadosamente elegida que acompaña cada escena con precisión poética. Esta vez, los sueños no solo se viven, también se escuchan.
¿CÓMO ES LA SEGUNDA TEMPORADA DE “THE SANDMAN”?
La nueva entrega, dividida en tres partes a lo largo de julio, comenzó el 3 con seis episodios, y continuará el 24 con cinco más, para cerrar el 31 con la última entrega. Este formato episódico escalonado permite saborear lentamente el regreso de Sueño/Morfeo, interpretado con intensidad y melancolía por Tom Sturridge. Junto a él, vuelven Boyd Holbrook, Vivienne Acheampong y Patton Oswalt, entre otros, para continuar explorando los rincones más sombríos y poéticos del universo onírico.
Tras los eventos de la primera temporada, la segunda arranca con Morfeo intentando reconstruir su reino, devastado por su prolongada ausencia. Pero como ya sabemos, en el mundo de “The Sandman”, los deseos rara vez se cumplen como uno espera, y los fantasmas del pasado nunca descansan. El tono visual sigue siendo hipnótico, y la narrativa, fiel al material original, se adentra aún más en los dilemas filosóficos que hacen de esta obra algo mucho más que una historia de fantasía.
UNO DE LOS ASPECTOS MÁS DESTACADOS DE LA SERIE HA SIDO SU MAGISTRAL BANDA SONORA
En esta segunda temporada, la música vuelve a jugar un papel central, y la selección de canciones va desde lo etéreo hasta lo visceral. Compuesta principalmente por David Buckley, la banda sonora original se entrelaza con temas cuidadosamente curados que subrayan los momentos clave de la trama, ampliando las emociones y profundizando los matices de los personajes.
En el primer episodio, dos canciones marcan el tono: la nostálgica “Todo lo que tengo que hacer es soñar”, interpretada por Tori Letzler & The Hit House, y la intensa “Cómete a tus crías” de Hozier, que suena como un presagio de los conflictos que están por venir. Ya desde el inicio, “The Sandman” nos recuerda que el mundo de los sueños es tan frágil como peligroso.
El episodio cuatro nos regala una joya soul: “Lo oí por ahí” de Gladys Knight & The Pips, junto con “Ritmo propio” de Katie Herzig, dos temas que, aunque estilísticamente diferentes, encuentran su lugar en la narrativa como reflejos emocionales de los personajes que los rodean. Estos momentos musicales se sienten como pequeñas epifanías, donde letra y escena se funden para crear algo más profundo.
En el quinto episodio, el tono se vuelve más oscuro. “Dilo” de Madeaux aporta una atmósfera cruda y electrónica, mientras que “No me dejes perder este sueño” de Dusty Springfield se convierte en un lamento elegante y cargado de anhelo. Es en estos detalles donde “The Sandman” demuestra su capacidad para usar la música como una extensión del alma de sus personajes.
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