En el núcleo de la diminuta comunidad de Swedeborg, Missouri, Estados Unidos, el relato de Claudene Wilson ha tenido un impacto profundo. A lo largo de más de tres décadas, Wilson consagró su existencia a desempeñar el rol de conserje en la escuela Swedeborg District III Elementary, siendo mucho más que un mero empleado. A sus 64 años, su presencia continúa representando un emblema de amor, compromiso y empeño en un sitio que, debido a su labor, se ha transformado en un hogar secundario para numerosos alumnos y docentes.
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El homenaje que emocionó a todos
El pasado mes de agosto, la escuela decidió honrar a Wilson de una manera especial. En reconocimiento a sus 32 años de servicio, el edificio de la escuela fue renombrado como el Centro de Aprendizaje Claudene Wilson. Este homenaje fue impulsado por el presidente del consejo escolar, Chuck Boren, quien conoce a Wilson desde que él mismo era estudiante en la escuela, allá por 1992. “No solo la escuela es parte de Claudene, sino que Claudene es parte de la escuela”, comentó Boren emocionado a CNN. El cambio de nombre simboliza el impacto incalculable que ha tenido en su comunidad.
Claudene Wilson no solo ha sido la conserje de la escuela; también ha desempeñado los roles de plomera, conductora de autobús y todo lo que fuera necesario para mantener la institución en funcionamiento. Sin embargo, su rol más importante ha sido ser una figura de apoyo y amor incondicional para los niños. “No estoy aquí para decir que soy una heroína. No lo soy. Es un honor trabajar aquí. Lo hago por los niños”, expresó humildemente Wilson. Este sentimiento de humildad es uno de los motivos por los que la comunidad la admira tanto.
Cada día, Wilson saludaba a los estudiantes al bajar del autobús, recordándoles que tenían en ella una amiga y confidente. El nuevo profesor de quinto y sexto grado, Jacob Miller, fue testigo del impacto de Wilson desde su primer día de trabajo. “Todos los días pasa por mi salón y me da un pulgar arriba desde la ventana”, comentó Miller, añadiendo que la escena le llena de emoción cada vez.
La conexión con la comunidad
La comunidad de Swedeborg, una pequeña localidad del condado de Pulaski, es un lugar donde todos se conocen, y donde Wilson ha sido una presencia constante. En palabras de Mark Sasfy, asistente administrativo de la escuela, “si preguntas por Swedeborg, lo primero que la gente va a decir es: ‘¿Claudene todavía está allí?’”. Este comentario refleja cuánto se identifica a esta mujer con el alma de la comunidad.
Incluso aquellos que no conocen a Wilson personalmente han sentido su impacto. Becky Parrish, quien conoció a Claudene en 2022 cuando su nieta Alecia comenzó a asistir a la escuela, se asombró por la bondad y generosidad de Wilson. En un momento difícil, cuando la familia Parrish se encontraba a punto de quedarse sin hogar, Wilson les ofreció una vivienda temporal. Este acto de generosidad fue solo uno de los muchos gestos que demuestran por qué la llaman “el corazón y el alma” de Swedeborg.
Un legado de valores para las nuevas generaciones
Para Wilson, su misión va más allá de simplemente cumplir con su trabajo; ella quiere transmitir a los estudiantes valores que les sirvan a lo largo de sus vidas. “No quiero que sean como yo. Quiero que sean amables, considerados y que piensen en los demás”, comentó. Con estas palabras, Wilson transmite la sabiduría acumulada de toda una vida de servicio.
Al mirar hacia atrás en su carrera, Wilson deja claro que no busca elogios ni reconocimiento. No obstante, la comunidad y la escuela quisieron darle este homenaje, no solo por sus 32 años de trabajo, sino por el impacto duradero que ha dejado en la vida de quienes la han conocido. Su legado no solo vive en las paredes del nuevo Centro de Aprendizaje Claudene Wilson, sino en el corazón de cada persona que alguna vez se cruzó en su camino.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.