Según la docente, la tecnología se ha convertido en un problema para la educación escolar debido a que los estudiantes a menudo se distraen con ella en lugar de concentrarse en el aprendizaje. (Foto referencial: Freepik)
Según la docente, la tecnología se ha convertido en un problema para la educación escolar debido a que los estudiantes a menudo se distraen con ella en lugar de concentrarse en el aprendizaje. (Foto referencial: Freepik)

Una profesora de inglés en Estados Unidos decidió dejar su trabajo y contó los motivos en un video que se volvió viral en TikTok con más de un millón de visualizaciones. Hannah Maria, de 26 años, anunció su renuncia visiblemente frustrada, señalando que la tecnología ha cambiado negativamente las aulas. “De hecho, dejo la profesión. Lo dejo. El viernes es mi último día”, dijo al comienzo del clip.

MIRA TAMBIÉN:

Hannah enseña décimo grado en un instituto donde todos los alumnos, desde sexto a duodécimo, reciben un iPad. En su opinión, en lugar de ser una herramienta útil, estos dispositivos hacen que los estudiantes dependan de pantallas y pierdan interés en el aprendizaje real.

“Estos niños no saben leer”, afirma preocupada, “porque les han leído cosas, o simplemente pueden pulsar un botón y que se les lea algo en voz alta. Su capacidad de atención está disminuyendo. Todo es alta estimulación”.

Hannah Maria, profesora de 10° grado, se volvió viral al revelar los motivos por los que decidió renunciar a su empleo. (Foto: @hannahmariaf / TikTok)
Hannah Maria, profesora de 10° grado, se volvió viral al revelar los motivos por los que decidió renunciar a su empleo. (Foto: @hannahmariaf / TikTok)

Durante su relato, describe cómo sus alumnos ya no escriben ni participan como antes. Se niegan a escribir párrafos a mano y prefieren copiar y pegar respuestas desde internet o utilizar la inteligencia artificial para hacer las tareas. “Quieren utilizarla para entretenerse. No quieren usarla para educar”, asegura la maestra.

Más allá de la tecnología, lo que más le duele es la indiferencia que percibe en sus alumnos. Según ella, a muchos no les interesa aprender ni mejorar su futuro. “No les importa marcar la diferencia en el mundo. No les importa cómo escribir un currículum o una carta de presentación. Solo tienen en sus manos esos aparatos que creen que les servirán para el resto de su vida”, lamenta.

Aunque ha tenido alumnos brillantes, confiesa: “No tengo mucha fe en algunos de los chicos a los que enseño”.

Más allá de la tecnología, lo que más le duele a la maestra es la indiferencia de sus alumnos. Según ella, a muchos no les interesa aprender ni mejorar su futuro. (Foto referencial: Freepik)
Más allá de la tecnología, lo que más le duele a la maestra es la indiferencia de sus alumnos. Según ella, a muchos no les interesa aprender ni mejorar su futuro. (Foto referencial: Freepik)

Recuerda cómo en su época ver una película en clase era especial, pero ahora sus alumnos solo la usan de fondo mientras están en sus teléfonos. “Puedo contar con los dedos de una mano el número de alumnos que realmente prestan atención durante las clases en las que se proyectan películas”, comenta.

Su solución ante esta situación es radical: eliminar la tecnología de las escuelas. “Creo que tenemos que separar la tecnología de estos niños probablemente hasta que vayan a la universidad”, asegura.

Hannah cree que volver a métodos más tradicionales sería positivo. “No hay nada malo en utilizar el presupuesto para libros de texto, cuadernos de ejercicios y copias en papel”, afirma.

Hannah cree que volver a métodos más tradicionales sería lo mejor para la educación. (Foto referencial: Freepik)
Hannah cree que volver a métodos más tradicionales sería lo mejor para la educación. (Foto referencial: Freepik)

Para ella, es clave recuperar las bases de la educación. “Si no sabes leer y no te interesa leer, nunca vas a tener opiniones reales. Nunca entenderás por qué las leyes y el gobierno importan. Nunca sabrás por qué tienes derecho a votar”.

Aunque al principio se sintió motivada a enseñar gracias a su familia y por la posibilidad de trabajar con adolescentes, confiesa que todo se fue volviendo más difícil. “Mi principal motivación para irme fue el sueldo”, admite. “Pero si la experiencia en general hubiera sido mejor, podría haber aguantado”.

Finalmente, acepta que la generación actual le resulta muy difícil de manejar. “Esta generación es muy dura”, dice. “Y admito que no estoy hecha para ello. A cualquiera que empiece ahora, lo felicito. Que Dios los bendiga. Ojalá yo fuera más fuerte”.

Aunque aclaró en otro video que respeta a sus colegas y a su escuela, su decisión está tomada: ya no quiere seguir enseñando bajo estas condiciones.

Contenido sugerido

Contenido GEC