
Los hábitos son conductas que repetimos tantas veces que se vuelven automáticas. Apenas requieren esfuerzo consciente, pero formarlos o cambiarlos depende de una parte clave de nuestro cerebro: la corteza prefrontal (PFC).
Esta zona, ubicada en la parte frontal del cerebro, funciona como el “centro ejecutivo” encargado de planificar, tomar decisiones y resolver problemas.
Según el reconocido psiquiatra e investigador Dr. Daniel Amen, cuando la corteza prefrontal está fuerte y sana, puede dirigir y supervisar la creación de buenos hábitos.

“Cuando el PFC es saludable y fuerte, puede ayudar a dirigir y supervisar la adición de hábitos saludables”, explicó en conversación con el New York Post.
“Cuando es débil, tus impulsos pueden tomar el control, provocando que se formen muchos malos hábitos. Una vez creados, los buenos o malos hábitos requieren la misma energía para mantenerse”, agregó.
Según Amen, existen ciertos hábitos que parecen inofensivos, pero en realidad dañan silenciosamente al cerebro.

El psiquiatra Daniel Amen revela los 7 hábitos que “destruyen” el cerebro
El primero es comprometerse con demasiadas cosas a la vez. No es necesario decir que sí a todo, por lo que el especialista recomienda aprender a responder con un simple: “Tengo que pensarlo”.
Lo mismo ocurre con el multitasking, que afecta la memoria, la concentración y aumenta el estrés y la ansiedad.
Otro punto fundamental es la alimentación. Los ultraprocesados, que representan hasta el 70% de la dieta estadounidense, están relacionados con obesidad, diabetes tipo 2, cáncer, depresión e incluso muerte prematura.
“Recuerda que comer alimentos poco saludables no es una recompensa, es un castigo. Solo come los alimentos que amas y que te devuelven ese amor”, señaló Amen.

El sedentarismo también representa un peligro. “Este comportamiento reduce el flujo sanguíneo al cerebro”, explicó. Según el experto, esto se asocia con mayor riesgo de depresión, TDAH y Alzheimer.
A eso se suman otros riesgos, como el uso de productos de cuidado personal con químicos dañinos y la falta de aprendizaje continuo.
“Cuando dejas de aprender, tu cerebro comienza a morir”, señaló el psiquiatra. “Asegúrate de participar en un nuevo aprendizaje regularmente para mantener tu cerebro y memoria saludables”.
Tema aparte son las actividades que aumentan la posibilidad de sufrir golpes en la cabeza.
“Incluso los golpes leves pueden generar problemas de ansiedad, depresión, irritabilidad y pérdida de memoria”, advirtió.
La conclusión de Amen es clara: revisar y cambiar estos hábitos puede marcar una gran diferencia en la salud cerebral y en la calidad de vida.
Aprender cosas nuevas, moverse más, comer mejor y protegerse de riesgos innecesarios son pasos sencillos que fortalecen la mente y el bienestar general.
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