El ICE ya no realizará redadas con cámaras corporales (Foto: ICE)
El ICE ya no realizará redadas con cámaras corporales (Foto: ICE)

Las redadas realizadas por han sido un tema recurrente en el debate público, particularmente debido a sus implicaciones sobre los derechos de los inmigrantes indocumentados. Estas acciones han generado preocupación tanto en comunidades como en activistas, quienes han denunciado abusos y han pedido mayor transparencia en los procedimientos. Para mejorar la rendición de cuentas y garantizar un mejor control sobre las operaciones, se implementó el uso de cámaras corporales en sus agentes durante las intervenciones.

El uso de estos dispositivos, que graban las interacciones entre los oficiales y las personas detenidas, fue una estrategia para asegurar que las acciones se desarrollaran dentro del marco legal y ético. Sin embargo, recientemente se ha anunciado una decisión importante que cambia la forma en que estos agentes llevan a cabo sus operaciones. ICE y otras agencias como la Patrulla Fronteriza han dejado de utilizar cámaras corporales durante sus actividades operativas, lo que ha generado inquietudes y cuestionamientos sobre las razones detrás de esta medida.

MOTIVOS DETRÁS DE LA SUSPENSIÓN

A través de un comunicado interno, la Patrulla Fronteriza informó a sus agentes que, debido a preocupaciones de seguridad, se suspendía el uso de cámaras corporales en todas las actividades operativas. Esta decisión, que entró en vigor de inmediato, afecta tanto a las intervenciones de la Patrulla Fronteriza como a las de los oficiales del ICE. El mensaje señala que la medida se tomó luego de identificar un riesgo de seguridad considerable relacionado con la tecnología de las cámaras.

Fuentes cercanas a la situación han señalado que uno de los factores clave detrás de esta decisión fue la proliferación de información en redes sociales que revelaba métodos para detectar la presencia de oficiales. A través de plataformas como Reddit, se compartieron detalles sobre cómo algunas herramientas y aplicaciones pueden rastrear dispositivos como las cámaras corporales utilizadas por las agencias de seguridad.

Los usuarios de estas plataformas han discutido en detalle cómo ciertos dispositivos y aplicaciones son capaces de detectar señales Bluetooth de bajo consumo, una tecnología utilizada en las cámaras corporales Avon, empleadas por ICE y la Patrulla Fronteriza. Herramientas como el “BLE Radar” permiten localizar estos dispositivos a una distancia considerable, lo que podría comprometer la seguridad de los agentes. Según las publicaciones, las cámaras podrían ser detectadas a hasta 100 metros de distancia, lo que aumenta el riesgo de que los agentes sean localizados durante operaciones encubiertas.

El hecho de que las cámaras sean detectables en un rango tan amplio pone en riesgo la efectividad de las redadas y el trabajo encubierto de los agentes. Las operaciones del ICE y la Patrulla Fronteriza suelen ser delicadas, y cualquier exposición prematura de la ubicación o el movimiento de los oficiales podría arruinar la misión. Además, algunos expertos han expresado su preocupación sobre la posibilidad de que las señales emitidas por las cámaras puedan ser interceptadas y utilizadas para realizar ataques contra los oficiales, como detonadores para artefactos explosivos improvisados.

El riesgo de ataques o emboscadas ha sido un tema recurrente en las discusiones sobre seguridad operativa. Las agencias deben proteger no solo la integridad de sus agentes, sino también la de los civiles involucrados en las intervenciones. Esta vulnerabilidad es una de las razones principales por las que se ha decidido suspender el uso de las cámaras hasta que se evalúe a fondo la amenaza.

Agentes del ICE durante una redada realizada en Estados Unidos (Foto: ICE)
Agentes del ICE durante una redada realizada en Estados Unidos (Foto: ICE)
/ Keith J Gardner

UN GIRO EN LA POLÍTICA DE TRANSPARENCIA

Esta suspensión de las cámaras corporales representa un giro significativo en la política de transparencia de la Patrulla Fronteriza y el ICE. En los últimos años, estas agencias habían promovido el uso de las cámaras como una forma de incrementar la rendición de cuentas y asegurar que sus operaciones se llevaran a cabo de acuerdo con las normativas legales y los derechos humanos. Sin embargo, la aparición de nuevas amenazas tecnológicas ha obligado a reconsiderar este enfoque, priorizando la seguridad de los agentes sobre la visibilidad pública de sus acciones.

Aunque las cámaras corporales fueron vistas como una herramienta para garantizar que las intervenciones no se tornaran abusivas, ahora el desafío radica en cómo mantener el equilibrio entre la seguridad operativa y la necesidad de transparencia. En este contexto, las agencias deben buscar otras formas de monitorear sus actividades sin comprometer la protección de sus agentes y la efectividad de las operaciones.

La suspensión de las cámaras no es definitiva; se ha informado que se está llevando a cabo una investigación para determinar el alcance de la amenaza y evaluar posibles soluciones. Este proceso incluye la búsqueda de tecnologías alternativas que permitan a los agentes continuar con sus labores mientras se protegen de los riesgos asociados con las cámaras actuales. La seguridad sigue siendo una prioridad, pero la necesidad de mantener un control adecuado sobre las operaciones será también parte del enfoque en la búsqueda de nuevos métodos.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.

Contenido sugerido

Contenido GEC