
La rutina laboral de catorce trabajadores agrícolas fue interrumpida cuando agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) los detuvieron mientras se dirigían a sus labores en el norte de Nueva York. El autobús en el que viajaban, propiedad de Lynn-Ette & Sons Farms, fue interceptado en la zona de Albion, cerca de Búfalo, en el marco de una operación migratoria que ha encendido nuevamente el debate sobre el trato a los trabajadores del campo en Estados Unidos.
LA NOTICIA NO TARDÓ EN GENERAR INDIGNACIÓN
Miembros del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW) y vecinos de la comunidad se congregaron frente al centro de detención de inmigración en Búfalo para exigir la liberación de los detenidos. Entre pancartas y cánticos, denunciaron lo que consideran una acción desproporcionada y profundamente injusta hacia personas que contribuyen diariamente al motor agrícola del país.
No es la primera vez que Lynn-Ette & Sons Farms se ve envuelta en conflictos laborales. La UFW mantiene una disputa activa con esta empresa, acusándola de prácticas laborales desleales. Según el sindicato, recientemente un representante suyo fue obligado a abandonar una de las granjas mientras se encontraba dialogando con los trabajadores, en una aparente violación del derecho a la libre organización.

ALGUNOS DETENIDOS TIENEN DÉCADAS VIVIENDO EN EE. UU.
La coordinadora regional del sindicato, Gabriella Szpunt, subrayó la gravedad del caso al recordar que varios de los detenidos han vivido en Estados Unidos por décadas. “Estos trabajadores no son criminales, son parte de nuestras comunidades. Merecen un proceso justo, no una redada sorpresa camino al trabajo”, declaró al medio local Orleans Hub. La situación, según Szpunt, no solo vulnera derechos humanos, sino que también siembra el miedo en sectores ya históricamente marginados.
Lo ocurrido en Nueva York evoca lo sucedido en enero pasado en el Valle Central de California, cuando más de 200 inmigrantes fueron arrestados en una ofensiva migratoria similar. En aquella ocasión, la UFW presentó una demanda contra la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, logrando que un tribunal federal prohibiera a los agentes realizar detenciones al azar. El precedente judicial demuestra que la justicia puede inclinarse a favor de quienes defienden los derechos laborales en el campo.

Este nuevo episodio vuelve a poner sobre la mesa una realidad incómoda: miles de trabajadores agrícolas viven en un limbo legal, siendo esenciales para la economía, pero invisibles en términos de derechos. Mientras las granjas prosperan, los hombres y mujeres que las sostienen continúan enfrentando detenciones, acoso y el riesgo constante de ser separados de sus familias. El caso de Albion es un llamado urgente a repensar las políticas migratorias desde una perspectiva más humana y justa.
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