
Obtener la residencia permanente en Estados Unidos es un sueño cumplido para miles de personas que buscan estabilidad, oportunidades y un futuro más seguro para sus familias. Sin embargo, este estatus legal no solo representa un derecho, sino también un compromiso con las leyes del país que lo concede. Como señala la licenciada Josefina Orozco López, abogada especializada en Migración y Derecho Internacional, conservar la Green Card exige más que solo vivir en territorio estadounidense.
LAS OBLIGACIONES DE LOS RESIDENTES PERMANENTES EN ESTADOS UNIDOS
Uno de los aspectos fundamentales que menciona la experta es que el residente debe mantener su domicilio principal en Estados Unidos. Las ausencias prolongadas pueden interpretarse como una intención de abandonar el país, lo cual pone en riesgo el estatus migratorio. “Evitar viajes prolongados sin permiso, y en su caso, contar con un reentry permit si el viaje supera los doce meses, es clave para no perder la residencia”, explicó Orozco a Uniradio Informa.

Además, el residente permanente tiene la obligación de declarar todos sus ingresos —incluso los obtenidos fuera de EE.UU.— ante el Servicio de Impuestos Internos (IRS). Esta responsabilidad fiscal forma parte de los requisitos básicos que, de no cumplirse, pueden afectar futuras solicitudes, como la ciudadanía. Renovar la Green Card a tiempo y reportar cualquier cambio de domicilio en un plazo máximo de 10 días también son acciones esenciales para mantenerse dentro de la legalidad.
La especialista también subrayó una obligación menos conocida: los hombres entre 18 y 25 años deben registrarse en el sistema de servicio selectivo. “Aunque no se trate de un reclutamiento activo, es un requisito legal para todos los varones en ese rango de edad, y no cumplirlo puede tener consecuencias graves en procesos futuros, como el de naturalización”, advirtió.

LOS BENEFICIOS QUE TIENEN LOS RESIDENTES PERMANENTES EN ESTADOS UNIDOS
Cumplir con estas normas no solo protege el estatus migratorio, sino que abre la puerta a múltiples beneficios. Entre ellos, el derecho a trabajar y residir legalmente en cualquier parte del país, solicitar la residencia para familiares directos y, con el tiempo, aplicar a la ciudadanía. También permite el acceso a programas federales como Medicare y la Seguridad Social.
A nivel local y estatal, los residentes permanentes pueden acceder a licencias de conducir, obtener matrículas universitarias reducidas, recibir atención médica según las leyes estatales y acceder a productos financieros como cuentas bancarias, préstamos o hipotecas. Estas ventajas contribuyen a una mejor calidad de vida y a una integración más plena en la sociedad estadounidense.
“Ser residente no es solo un privilegio, es también una responsabilidad”, enfatizó la abogada Orozco. Contar con la información adecuada y el acompañamiento legal oportuno puede marcar la diferencia entre avanzar hacia la ciudadanía o perder el estatus por una omisión. La residencia debe entenderse como un punto de partida, no como una meta final.
Finalmente, la experta recomendó a todos los nuevos residentes mantenerse informados, consultar periódicamente con abogados de migración y evitar errores que, aunque parezcan menores, podrían tener consecuencias significativas.
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Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.