Nuestra relación con la comida es fundamental para mantener un estilo de vida saludable, pero a veces, situaciones inesperadas nos recuerdan lo sorprendente que puede ser el mundo de la alimentación. Recientemente, una historia peculiar se volvió viral en las redes sociales cuando la usuaria Mery Fuentes compartió una imagen que dejó a muchos boquiabiertos y otros riendo a carcajadas.
En la captura de pantalla de WhatsApp compartida en su cuenta de Twitter, se mostraba la colonoscopia de un individuo que, aparentemente, había ingerido una manzana con su pegatina aún adherida. La imagen destacaba cómo la etiqueta había llegado intacta hasta el colon, manteniéndose en perfecto estado y completamente visible durante la revisión médica.
“Reíros un poco. Un individuo se comió la manzana con la pegatina, y le ha llegado hasta el colon y se ha pegado ahí. Y perfecta, jajajajaja. La publicidad la llevan dentro”, rezaba el mensaje que acompañaba la imagen. La publicación no tardó en hacerse viral, acumulando más de 1,7 millones visualizaciones, 12.000 ‘me gusta’ y superando las 1.200 republicaciones.
Cuestionan la historia viral
Sin embargo, la historia no estuvo exenta de escepticismo. Algunos usuarios expresaron sus dudas sobre la autenticidad del evento, señalando detalles como la falta de arrugas en el sticker y cuestionando si el individuo ni siquiera había masticado la manzana. La discusión sobre la comestibilidad de las pegatinas también surgió, con un usuario sugiriendo que técnicamente deberían ser seguras para el consumo.
A pesar de las explicaciones y teorías, hubo quienes pusieron en tela de juicio la veracidad de la publicación, mencionando posibles infracciones a la privacidad del paciente. Las respuestas incluyeron comentarios como “Bastante seguro que esto rompe con la ley de protección de datos” y la sorpresa ante la supuesta revelación médica.
Aunque algunos cuestionaron la autenticidad, las reacciones jocosas no se hicieron esperar. Desde comentarios que jugaban con la privacidad del paciente hasta otros que destacaban la ironía de tener plástico en el cuerpo, la historia generó una oleada de respuestas divertidas.