La situación de los periodistas en Latinoamérica es alarmante. (Foto: AFP/Luis Acosta)
La situación de los periodistas en Latinoamérica es alarmante. (Foto: AFP/Luis Acosta)
Jesús Moya Choy

*Empezamos diciendo “nos faltan 3”. Hoy decimos “nos quitaron a 3” y siempre nos faltarán. El luto continúa, pero la responsabilidad que los periodistas tenemos con la sociedad va más allá de un reclamo. Es nuestro deber explicarle a usted qué está pasando con la región latinoamericana y por qué es importante que el ejercicio de nuestra labor no se vea atacado.

El periodista Javier Ortega (36 años), el fotógrafo Paúl Rivas (45) y el chofer Efraín Segarra (60) del diario ecuatoriano "El Comercio" fueron asesinados en la frontera entre Colombia y Ecuador, una zona caliente que pone en evidencia los riesgos que afronta el libre ejercicio de la prensa en nuestra región, cada vez más sumida en la corrupción y con altos niveles de impunidad.

En el último semestre, 14 periodistas fueron asesinados: tres ecuatorianos, cuatro mexicanos, dos brasileños, dos guatemaltecos, un colombiano, un hondureño y un salvadoreño, según el balance de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), cuyas autoridades se reunieron en Colombia hasta el pasado domingo. Además, indicó el organismo, hay un haitiano desaparecido.

¿Qué tan grave es la situación en la región? Para resolver esta y otras inquietudes, El Comercio conversó con el experto en seguridad para periodistas Guilherme Canela De Souza, encargado del sector de Comunicación e Información Pública de la Unesco, y con Roberto Rock, ex director del diario "El Universal" (México), ex presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y actual presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP.

Latinoamérica “es una región donde los niveles de violencia son muy elevados. En este territorio se encuentra 8% de la población mundial y 33% de los homicidios. Entonces notamos que los periodistas que cubren este tipo de espacios están más expuestos” a eventuales asesinatos, comenta Guilherme Canela.

Roberto Rock considera que la situación del periodismo en Latinoamérica obedece a varias lógicas. Una de ellas es la “crispación política” que hay en la mayor parte de nuestros países.

“Notablemente, en el Perú esto acaba de generar la caída de un presidente. Por la confrontación entre bloques políticos, todos los actores se voltean hacia los medios y los periodistas para tratar de controlar, para combatirlos o agredirlos. Esto se expresa en temas electorales, en una atmósfera antisistema que afecta a la relación de sectores políticos, grupos sociales y ciudadanos, frente a los periodistas”, comenta.

Datos:

-El quipo periodístico de El Comercio de Ecuador fue secuestrado el pasado 26 de marzo.

-Su asesinato fue confirmado el viernes 13 de abril cuando el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, y los familiares de las víctimas se encontraban en Lima, sede de la Cumbre de las Américas.

-Los responsables: el autodenominado Frente Oliver Sinisterra, el cual opera en el municipio colombiano de Tumaco, que tiene el segundo mayor puerto de Colombia sobre el océano Pacífico y, según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), posee 23.148 hectáreas sembradas con coca, lo que supone el 16 % de los cultivos del país.

-Su cabecilla: Walter Patricio Arizala Vernaza, alias ‘Guacho’, un criminal al que las agencias de noticias le atribuyen 27 años de edad. Habría sido reclutado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el 2007 y en diez años consolidó su dominio en la zona autoproclamando a su frente disidente como un “grupo vivo” de la desmovilizada guerrilla colombiana.

-El presidente Lenín Moreno dio 10 días de plazo a alias 'Guacho' para que se entregue a las autoridades.


Crimen organizado

Solo en el 2017, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa documentó 498 agresiones y 66 detenciones de periodistas. Roberto Rock advierte que se trata solo de agresiones reportadas. “Detrás de este número hay una cifra negra, no denunciada ni conocida, de colegas amenazados, golpeados, seguidos, acorralados, que multiplica por mucho la cifra actual”, explica.

“Hay una ausencia del Estado en regiones importantes, como en la frontera de Colombia con Ecuador. Solamente en el departamento limítrofe colombiano de Nariño hay más cultivos de coca y dinero por narcotráfico que en todo Bolivia. Entonces, el crimen se vuelve una autoridad, es muy difícil lograr una pacificación”, agrega.

Por ello, el narcotráfico funciona como incentivo para los narcotraficantes y jóvenes seducidos por las actividades criminales que no quieren suscribir un acuerdo de paz y permanecen en la disidencia. Esta es la razón por la cual el Frente Oliver Sinisterra continúa operando y este martes confirmó el secuestro de dos personas más en la frontera colombo-ecuatoriana.

Sin embargo, Canela comenta que “la violencia contra periodistas es un fenómeno que se está volviendo más complejo en la región, pero también es cierto que hay una mejora en los mecanismos de información de estos casos. La información se puede monitorear con mucha más eficiencia gracias a las tecnologías y llega mucho más rápido”.

Por dicha efectividad de comunicación, en Tumaco (Nariño), fue capturado este miércoles Vicente Cánticus Pascal, alias ‘Brayan’, uno de los cabecillas responsables del secuestro y asesinato de los ecuatorianos, informó el comandante Jorge Nieto de la policía de Colombia.


Motivación política

A juicio de Roberto Rock, “tanto el Gobierno de Colombia como el Gobierno de Ecuador se apresuraron a mirar a otro lado cuando esta crisis surgió. Guardaron silencio, omitieron identificar a los periodistas, no dieron información, condenaron a los medios cuando difundieron los nombres y los videos”.

“Siempre estuvieron básicamente ausentes en el cumplimiento su primera y última obligación: proteger la vida de sus ciudadanos gobernados. Hay mucha información que los gobiernos de Colombia y Ecuador nos deben todavía”, sentencia.

Canela destaca que la misión de la Unesco en lo que se refiere a la seguridad de los periodistas busca ayudar a construir políticas públicas con tres componentes: prevención, protección y políticas de procuración de justicia.

“Muchos Estados, por la propia situación de emergencia en algunas de sus fronteras, están dedicando una inversión muy fuerte a la protección de periodistas. Sin embargo, si no incluimos la prevención y la procuración de justicia, vamos a tener más problemas. Por ejemplo, las tasas de impunidad son altísimas en la región. En algunos países, la resolución de casos de asesinatos a periodistas es menor al 1%. Entonces el costo de asesinar a un periodista es muy bajo para los perpetradores de violencia porque en la justicia no pasa nada”, explica.

En tanto, Rock asegura que “el nivel de vulnerabilidad de la prensa es muy grande y realmente el asesinato tiene una motivación política. Si asumimos que el crimen organizado en nuestras regiones tiene nexos con la política, con empresarios que les lavan el dinero, con los banqueros que forman parte indispensable de esta ecuación, el peligro no deja de aumentar”.

Precisamente el miércoles, Moreno ordenó a su canciller frenar las conversaciones del Gobierno Colombiano con la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la condición de Ecuador como garante de paz en el proceso, hasta que el grupo suspenda sus actividades delictivas.

Las negociaciones de paz se llevaban a cabo hace más de un año y fueron uno de los logros del ex presidente Rafael Correa (2007-2017).

En un agravamiento de la ruptura entre Moreno y su antecesor, el actual mandatario ecuatoriano dijo que pedirá investigar presuntos aportes de las FARC -cuando aún eran una guerrilla- a las campañas de su antecesor, luego de haber visto un video que toma como evidencia.

*Nota:
Le dejamos un fragmento de la entrevista con Roberto Rock. En él, resolvemos una cuestión clave para complementar este informe: ¿Por qué es importante que no se mate a periodistas y cuánto afecta a nuestra sociedad?

Contenido sugerido

Contenido GEC