El acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC colapsó este domingo cuando los ciudadanos decidieron votar “No” en el plebiscito que refrendaba lo negociado por ambas partes en Cuba.
En diferentes ocasiones el presidente Juan Manuel Santos y el jefe negociador, Humberto de la Calle, han indicado que no es posible renegociar los acuerdos con las FARC.
A su vez, alias Carlos Antonio Lozada, jefe guerrillero y miembro del secretariado de las FARC, ha dicho que “no existe la más mínima posibilidad de que lo acordado en La Habana sea renegociado; lo acordado, acordado está y no existe esa posibilidad”.
Lo cierto es que Colombia se enfrenta a un proceso de incertidumbre, pues en los acuerdos firmados oficialmente el 26 de setiembre en Cartagena por el presidente Juan Manuel Santos y “Timochenko”, máximo jefe de las FARC, no aparece un ‘plan B’ frente al escenario del “No”. Tampoco, un protocolo para que la guerrilla vuelva a sus campamentos.
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El escenario real es que desde el 29 de agosto pasado está activo el cese del fuego y hostilidades bilateral. Este se fijó a través del decreto 1386 del 26 de agosto del 2016, firmado por el Ministro de Defensa de Colombia; y anularlo o modificarlo estaría en manos de Santos.
De otro lado, está la decisión oficial de las FARC de abandonar las armas para convertirse en un movimiento político. Esa fue la gran conclusión, sumado a la aceptación de los acuerdos, de la Décima Conferencia de la guerrilla, que se realizó entre el 17 y 23 de septiembre en los Llanos del Yarí.
“El Acuerdo Final celebrado en La Habana, Cuba, contiene los mínimos necesarios para dar continuidad por la vía política a nuestras aspiraciones históricas por la transformación del orden social vigente. Por tal razón, hemos decidido surtir todos los aprestamientos necesarios para el tránsito de nuestra estructura político-militar hacia un nuevo partido político cuyo congreso fundacional se llevará a cabo a más tardar en mayo de 2017, si se implementan los acuerdos, tal y como está convenido”, se lee en el comunicado de las FARC.
La conferencia es el máximo órgano de toma de decisiones de la guerrilla y por tanto las conclusiones que emite son de seguimiento obligatorio.
Consultado sobre si esta guerrilla podría regresar a la guerra, el director del semanario Voz, Carlos Lozano, citó precisamente que en la pasada X Conferencia ese grupo armado ya optó por iniciar su proceso para ser un partido político.
“El 'No' busca reconsiderar los acuerdos, pero eso no tiene sentido porque ya fueron aprobados por ambas partes. Las FARC ya tomaron la decisión de no volver a la guerra. (…) pero una victoria del 'No' generaría una incertidumbre porque cualquier cosa podría pasar, incluso que la guerrilla vuelva a la guerra aunque ya haya dicho lo contrario”, explica Lozano.
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Por su parte, la ex senadora Piedad Córdoba explica que la guerrilla está decidida a convertirse en un partido político.
“Están expectantes de lo que suceda en el plebiscito, pero sinceramente los veo apegados a los acuerdos y con la idea de hacer política sin armas independientemente del resultado electoral. De todas formas el plebiscito no es vinculante”, indicó.
Para la profesora de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, Patricia Muñoz, la decisión de volver o no a la confrontación dependería más de las FARC que del Gobierno de Colombia.
“Así las FARC quieran iniciar una vida política no podrán hacerlo sin una justicia transicional y el levantamiento de los compromisos con la justicia ordinaria que tienen. No pueden dar ese paso por sí solos. En la práctica queda en las manos de las FARC decidir que hacen si gana el 'No', ¿volverán a la clandestinidad? No hay claridad frente al camino a seguir”, explica Muñoz.
Aunque el Gobierno ha descartado un plan B, el fallo de la Corte Constitucional que avaló el plebiscito como mecanismo para refrendar la paz cita que es vinculante para el presidente. No menciona al Legislativo, por lo que en algunos sectores se habla sobre que allí estaría ‘la carta de salvación’ del proceso.
De igual forma, Santos mantiene intacto su mandato constitucional de la búsqueda de la paz.
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— ¿Renegociar? —
Renegociar es el escenario que defienden los partidarios del 'No': una reapertura de los diálogos con el fin de modificar lo acordado en materia de participación política y justicia transicional para los miembros de las FARC.
“Si gana el 'No' es un mandato, no de la oposición, sino de los colombianos. Eso permitiría hacer la paz con otras condiciones, pero será el gobierno el que tenga esta decisión", dice el representante del Centro Democrático Edward Rodríguez.
En tanto, Alfredo Rangel, senador del Centro Democrático, dice que “la decisión de las FARC de ingresar a la vida política ya es irrevocable. Por lo tanto, es falso el dilema de que si se vota 'No' volverán a la guerra. Al ganar el 'No' el Gobierno deberá mantener la negociación, pero hacer cumplir el mandato mayoritario que no respalda el acuerdo al que llegaron con las FARC”.
Sin embargo, queda la duda de si las FARC retornarán a la guerra o de si tendrán un tiempo para replegarse como sucedió el 20 de febrero de 2002, cuando el entonces presidente Andrés Pastrana rompió los diálogos a causa del secuestro de Luis Eduardo Gechem y le concedió 24 horas a las esa guerrilla para salir de la zona de distensión.
Creadas en 1964, las FARC son la guerrilla activa más antigua del continente y cuentan con unos 7.000 insurgentes.
La Mesa de Diálogo para los acuerdos, iniciada en 2012, contó con el impulso de Cuba, Noruega, Venezuela y Chile.
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Fuente: Agencias/El Tiempo, GDA