La ingeniera industrial Rocío Caqui, huanuqueña que vive en Piura desde niña, recibió a fines de marzo la llamada para la que empezó a prepararse desde el 2017, cuando se decidió a aprender inglés. La voz del otro lado del teléfono le notificó que había sido admitida para llevar un MBA en Duke University y que la universidad estadounidense le otorgaba una beca que cubría el 100% de sus estudios. Rocío hubiera salido a gritar de alegría y a festejar por la calle, pero para ese entonces ya estábamos en cuarentena.
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Más de cuatro meses después, poco ha cambiado en relación a la pandemia, pero para Rocío y más de 90 jóvenes peruanos que están a puertas de empezar sus clases en prestigiosas universidades estadounidenses la incertidumbre es cada vez mayor.
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Pese a los incesantes correos, llamadas y solicitudes que han realizado a la Embajada de Estados Unidos en el Perú para tramitar sus visas de estudiante (F1), la respuesta no ha sido positiva. “A todos nos dicen lo mismo, que todavía no han empezado su proceso regular de atención debido a la pandemia”, dice la joven de 29 años.
Ella fue admitida para un MBA con certificación en gestión de negocios de salud y sus clases inician el 23 de agosto. Cuando intentó en mayo hacer el trámite regular online para obtener la visa la única cita disponible que encontró fue para el 10 de setiembre.
“Yo debo llevar en agosto un curso presencial sobre cómo funciona el sistema de salud en Estados Unidos. Podría verlo grabado, pero no es igual. Yo nunca he estado en EE.UU. y la verdad es que sí valoro bastante la experiencia de estar allá. Yo he trabajado en Piura, ni siquiera en Lima. Quiero vivir esta experiencia al máximo. El solo hecho de estar en otro lugar ya representa un cambio cultural que te ayuda a madurar y crecer profesional y personalmente”, afirma.
Organizados y movilizados
Rocío integra un grupo de WhatsApp que agrupa a estudiantes peruanos en su misma situación.
Denisse Becerra, que estudió Negocios Internacionales en pregrado, es una de las jóvenes que ha asumido el liderazgo en el grupo. Ella fue admitida para cursar un MPA en Políticas Públicas en Columbia University y sus clases inician a finales de agosto.
Limeña de 31 años, Denisse afirma que a la fecha 93 estudiantes peruanos buscan obtener las visas para ingresar a Estados Unidos entre agosto y setiembre (cuando inician los programas académicos), la gran mayoría para empezar sus estudios de posgrado, aunque hay algunos alumnos de pregrado. Pero aún nadie obtiene respuesta. Explica que a este punto la principal preocupación del grupo es conseguir una cita de emergencia que les permita tramitar a tiempo la visa y así poder ingresar a ese país antes del inicio de sus clases o en un máximo de dos o tres semanas después de esa fecha.
“Lo que nosotros pedimos es apoyo para que cuando la embajada reanude operaciones considere a los estudiantes peruanos como prioritarios para asignarnos una cita de emergencia. Todas las personas que estamos en la lista que hemos armado cursaremos programas académicos híbridos, es decir tenemos algunas clases presenciales y otras online. No hay nadie en esa lista que vaya a llevar solo cursos online”, afirma Becerra.
Tras varios esfuerzos fallidos de obtener soluciones por parte de la embajada estadounidense, Denisse se reunió personalmente con el embajador Jorge Méndez, Director General de Comunidades Peruanas en el Exterior y Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores, el 30 de julio.
Ese mismo día la Cancillería envió una carta a la Embajada de Estados Unidos en el Perú en la que comunica formalmente el caso de los estudiantes y dice “respaldar el pedido de nuestros connacionales, quienes podrían perder la oportunidad de estudiar en prestigiosas universidades” estadounidenses.
En diálogo con El Comercio, el embajador Méndez confirmó la entrega de la carta a la embajada y señaló que el miércoles habló sobre el tema con la cónsul general de Estados Unidos en el Perú, Rosemarie Skelly, quien le dijo que no se ha podido retomar las citas normales en le embajada debido a la pandemia.
“El problema son las medidas restrictivas de atención al público que tiene el consulado de Estados Unidos por las directivas que recibe de su gobierno. Como muchas instituciones, ellos se ven limitados por el tema de la atención al público y las medidas de precaución vigentes durante la pandemia”, afirmó el diplomático.
Méndez enfatizó que la Cancillería seguirá apoyando el pedido de los jóvenes estudiantes para que reciban los estudios a los que accedieron con esfuerzo. “Son profesionales muy valiosos que tenemos que apoyar […] Si todas las clases son virtuales no pueden tener todos los beneficios y la experiencia laboral en Estados Unidos, que es de lo más importante en estos casos. Las clases virtuales no favorecen a los estudiantes extranjeros”, apuntó.
Sin fecha para las visas
Un portavoz de la Embajada de Estados Unidos en el Perú respondió las interrogantes de El Comercio sobre este tema y afirmó que mantiene suspendidas las citas regulares de visas de inmigrantes y no inmigrantes debido a la pandemia, aunque se está trabajando para reanudar sus servicios habituales lo antes posible.
Asimismo, señaló que los “estudiantes que desean ir a Estados Unidos tendrán prioridad de citas cuando sea posible reanudar nuestros servicios”. Enfatizó que la salud de los solicitantes y sus empleados es su prioridad.
En un video publicado el jueves en su cuenta oficial de Facebook, la embajada indica que se encuentra abierta, pero que en este momento solo está procesando solicitudes de visa para viajes por motivo de emergencia.
Otro factor que contribuye a la incertidumbre de los jóvenes es que mientras los servicios de visas rutinarios en el Perú están suspendidos desde el 16 de marzo, embajadas estadounidenses en otros países de la región sí están considerando a los estudiantes para otorgarles citas de emergencia y visas para viajar a Estados Unidos.
El propio embajador estadounidense en México, Christopher Landau, informó el 30 de julio a través de su cuenta de Twitter que esta semana comenzarían las entrevistas para las visas estudiantiles en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
La semana próxima comienzan las entrevistas para las visas estudiantiles en la CDMX, Guadalajara y Monterrey. Para hacer cita, visiten https://t.co/ADBLs419X7. Si necesitas una visa estudiantil de urgencia porque las clases comienzan ya, mándanos un email a visas_mexico@state.gov pic.twitter.com/f01Y1bER1h
— Embajador Christopher Landau (@USAmbMex) July 30, 2020
Atención estudiantes solicitando visa para estudiar en Estados Unidos: Debido a la situación actual por la pandemia, las citas para solicitar visa se estudiante solo se están llevando a cabo en la Embajada en Ciudad de México y los Consulados en Guadalajara y Monterrey.
— Embajada EU en Mex (@USEmbassyMEX) July 30, 2020
Mucho en juego
Ninguno de los estudiantes peruanos quiere perder un solo día de la experiencia que representan sus programas académicos. Además del esfuerzo que demandó ser admitidos o la inversión económica, para muchos de los jóvenes demorarse en llegar a sus universidades significa una gran desventaja que puede tener consecuencias inmediatas y de cara al futuro.
María José Bustamante, limeña de 28 años, obtuvo una beca completa para estudiar un doctorado en Psicología Clínica en Boston University. Además de las clases, su programa académico incluye un trabajo y un sueldo a los que no podrá acceder si no está en Estados Unidos.
“Yo debería estar en Estados Unidos antes del 1 de setiembre porque ese día inician mis clases. Como entro al primer año de doctorado tengo que llevar algunas clases presenciales. Si no voy pierdo las clases y pierdo el sueldo. Varios en el grupo estamos preocupados. Algunos de mis compañeros decían que podían perder sus becas o incluso el año académico. Lo único que nos falta es tener la visa porque los vuelos chárter que están saliendo de aquí -y que vamos a pagar nosotros- no te dejan reservar tu cupo si tú no presentas que tienes una visa de estudiante”, dice la joven, que, como el resto de sus compañeros, sigue esperando que la embajada le programe una cita de emergencia.
En una situación similar se encuentra Rodrigo Ventocilla, limeño transgénero de 30 años que fue admitido en una Maestría en Administración Pública y Desarrollo Internacional en Harvard University y en una Maestría en Relaciones Internacionales en Syracuse University. En ambas universidades obtuvo 100% de beca.
Rodrigo ha reservado su plaza en Harvard para el próximo año, pero debe empezar la maestría en Syracuse University en las próximas semanas. “En esta universidad la beca completa incluye las clases y el costo de vida para lo cual me dieron un puesto de asistente. Mi preocupación es llegar a tiempo. Me han dado como máximo hasta fines de agosto para mantener mi puesto de asistente y tener el sustento para vivir allá. Muchos de nosotros tenemos una beca, pero varios también tenemos estos puestos de trabajo que nos ayudan a cubrir la manutención”, indica.
Denisse Becerra apunta que, además, para los estudiantes es importante empezar las clases presencialmente y a tiempo para tener el permiso de trabajo activo desde el primer semestre.
“Es la parte estratégica de la maestría. Tú pagas e inviertes tu esfuerzo por el conocimiento y por el networking, por la posibilidad de acceder a trabajos en grandes compañías. Por eso es que la gente se esfuerza mucho durante años, invierte en profesores y en consultores para poder entrar en estas maestrías”, explica la joven.
Ella está financiando su MPA con ahorros personales y con un préstamo. “Ese es uno de los motivos por los que para mí es súper importante conseguir un trabajo en los primeros años, para poder pagar mi préstamo”, cuenta.
Además de esos factores está el hecho de querer disfrutar del resultado de un largo proceso que demandó años de estudio y muchas horas sin dormir.
Un camino de exigencia
María José Bustamante cuenta que todo el proceso de preparación hasta la obtención de la beca le tomó unos cinco años. Tras egresar como psicóloga, dedicarse a la investigación sobre VIH en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, hacer un intership en The University of California, Los Angeles (UCLA) y luego una maestría, la joven empezó a prepararse para la etapa de postulación a su doctorado.
“Tuve que dar el Graduate Record Examinations (GRE), que es un examen universal para ingresar a algún posgrado en Estados Unidos. Me preparé 4 meses durante todos los días. Después di el Toefl, que es el examen de inglés. Las universidades te piden cierta nota para ingresar y las universidades más top te piden puntajes más altos. También te exigen recomendaciones y un personal statement. Ah, y siendo estudiante internacional tienes que convertir todas tus notas de pregrado y posgrado al sistema americano, eso también cuesta. Una vez que ya tienes todo puedes comenzar a aplicar. La aplicación por cada universidad cuesta y como tienes que mandar tu GRE y tu Toefl hay que pagar un adicional por cada universidad a la que los quieres enviarlos. Es un proceso largo, riguroso y representa una inversión fuerte. Me encantaría decir que es igual para todos, pero si tienes privilegios es mucho más fácil”, afirma.
Agrega que la magnitud del trabajo previo es una de las mayores razones por la que todos los estudiantes peruanos del grupo están angustiados. “Es tanto el esfuerzo que le hemos metido para poder ganar una beca o simplemente para haber sido admitidos para estudiar allá, que ver que no se puede concretar es algo súper frustrante”.
Desde Piura, Rocío Caqui opina igual. Además de las exigencias habituales, ella tuvo que lidiar con la desventaja de no dominar el inglés, idioma que en los colegios nacionales en los que estudió no se enseñaba a profundidad. Asimismo, la mayoría de academias, workshops de MBA y exámenes internacionales se realizan en Lima, lo que es una desventaja para quienes viven en provincia.
“Por eso, cuando me dieron la noticia de que entré al programa y obtuve la beca me sentí muy feliz. Fueron muchos años de preparación, sufrimiento y sacrificios. Lo que yo rescato de esto es perseverancia y consistencia”, afirma la joven que financiará todo el costo de vida de su primer año en Estados Unidos con sus ahorros.
En el caso de Rodrigo Ventocilla él destaca que “se trata de un proceso largo de preparación porque no solo se trata de cumplir con los requisitos, sino que al ser escuelas top tienes que proponer algo con lo que tú puedas contribuir a la escuela. No se trata de qué puede hacer la escuela por mí, sino qué puedo hacer yo por la escuela. Eso implica que tienes que conocerte a ti mismo”.
El joven espera que cada vez más personas vean que acceder a programas académicos prestigiosos no es tan inalcanzable como se cree. “Yo soy un hombre transgénero. Esto es para cualquier persona, no podemos sentirnos limitados”.
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