Aldo Taboada

Juan José Yataco, arqueólogo peruano de 40 años, viajó en los primeros días de marzo a para concluir su maestría en Ciencias de la Cultura en la Universidad de Yamagata. La incertidumbre generada en todo el planeta a causa del nuevo tampoco le fue ajena. Él vivió una especie de 'cuarentena’ en el país asiático, recomendaciones que el gobierno dio para evitar la propagación del virus, entre ellas el aislamiento. Esta medida, que no tenía carácter obligatorio, se cumplió de manera responsable por la población. Ello, cuenta, contrastó con el panorama que encontró en el Perú a su regreso.

En Japón, nuestro compatriota vivió lo que califica como una “cuarentena responsable” y cuando se enteró de que el presidente Martín Vizcarra decretó el confinamiento obligatorio en el Perú y luego vio las noticias de ciudadanos detenidos por no respetar esta medida, no pudo evitar hacer comparaciones.

“En Japón no se obligó a nadie a cumplir la medida de aislamiento. Las personas ya sabían cómo comportarse. Por ello, en los supermercados, en las tiendas y en los centros comerciales todos guardaban distancia y utilizaban mascarilla. Cuando vi las noticias de Perú, solo noté desorden, mercados abarrotados, nadie respetaba su distancia”, indicó en diálogo con El Comercio.

Yamagata es una ciudad ubicada en el centro-oeste de la región de Tohoku, “una zona de campo”, que no se vio gravemente afectada por la pandemia. En este lugar, dijo el peruano, la tasa de contagios era mínima en comparación a la capital.

Más que control por parte de las autoridades yo lo llamaría educación. Los ciudadanos son muy disciplinados en todo Japón. No había policías en las calles para hacer cumplir las recomendaciones porque las personas lo hacían por iniciativa propia. Al principio se trató de una 'cuarentena’ no obligatoria, luego las medidas fueron más estrictas. Hay un respeto también a las medidas que dicta cada prefectura (gobierno regional). Si decían que desde mañana ya no se debía salir, al día siguiente no veías a nadie en la calle”, cuenta.

Actualmente la cifra de contagios en Japón supera los 15 mil y la de los fallecidos es mayor a 500. Ello obligó a las autoridades a ampliar el estado de emergencia y las medidas de aislamiento hasta el 31 de mayo. Antes de la partida del peruano, Yamagata había superado los 80 contagiados.

El arqueólogo comentó que cada prefectura decidía las medidas que tomaba en su territorio. Es decir, si se suspendían las clases o si se restringían las salidas. Conforme los contagios se incrementaron en Tokio y en otras partes de Japón, en Yamagata también se reforzaban las medidas. “Por ejemplo, se prohibieron los traslados entre regiones para evitar la propagación”, agrega.

Yamagata es una ciudad con particularidades, una de ellas es el manejo del río. “Ellos canalizan los ríos. No hay agua de desagüe que llegue a los ríos. Son muy limpios con cero contaminación. Si bien hay normas de salubridad, la responsabilidad que tienen los ciudadanos es increíble”.

Preocupación

Juan José, arqueólogo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y quien labora en el Centro Cultural de esta centenaria casa de estudios, llegó a Yamagata becado por la universidad.

Fue el miércoles 11 de marzo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia al nuevo coronavirus (COVID-19). Para esa fecha, Juan ya estaba instalado y, aunque su maestría no se vio afectada debido al cumplimiento de las medidas de aislamiento por parte de la población y de la propia universidad, la incertidumbre era grande debido a las noticias que llegaban desde Tokio y en especial desde Lima.


Juan José vivió realidades distintas:cuando estuvo en Japón apreció una 'cuarentena' no obligatoria ordenada y responsable. En Lima chocó con una realidad distinta. (Foto: cortesía)
Juan José vivió realidades distintas:cuando estuvo en Japón apreció una 'cuarentena' no obligatoria ordenada y responsable. En Lima chocó con una realidad distinta. (Foto: cortesía)


El contraste de Lima

El miércoles 6 de mayo a las 10:00 a.m., Yataco arribó al aeropuerto internacional Jorge Chávez con un nutrido grupo de peruanos, en un vuelo chárter no humanitario. El asiento le costó 350 dólares. Ese vuelo llegó procedente de México. Previamente voló de Japón al país azteca.

Instalado en un hotel de Miraflores donde cumplirá una cuarentena de 14 días, Yataco señala que en el aeropuerto no le informaron sobre las normas a cumplir en el país y se sorprendió cuando intentaron acomodarlo en grupos en un hotel, cuando se supone que debía estar aislado.

“Nos querían acomodar en un hotel en grupos, pero nos opusimos. Yo no sabía que la norma señala que solo las personas con coronavirus confirmado debían cumplir cuarentena de manera individual. Sin embargo, a los que llegamos de afuera no nos realizaron el test, solo nos preguntaron si teníamos síntomas y dependiendo de eso te clasificaban. Pero ¿y si tenía el coronavirus y era asintomático? Pude contagiar a otras personas”, aseveró.

Nuestro compatriota regresó el miércoles 6 de mayo a Lima, previa escala en México. (Foto: cortesía)
Nuestro compatriota regresó el miércoles 6 de mayo a Lima, previa escala en México. (Foto: cortesía)

Juan José Yataco vive con sus padres y sabe que ellos son personas vulnerables, por lo que antes del reencuentro prefiere estar seguro de no tener el coronavirus en su organismo.

“Mi padre sufre del corazón y es hipertenso, mientras que mi mamá tiene cáncer. Ellos están dentro del grupo de riesgo y es muy peligroso que cumpla cuarentena en mi casa”, precisó.

Solo tuvo que pasar unas horas en Lima para que Yataco confirme el poco respeto que ha mostrado la ciudadanía en relación al confinamiento.

“Existe mucho desorden y desinformación. Veo gente en las calles, pequeños grupos. En Japón están prohibidos los grupos y la gente lo respeta, aquí no. Es un tema de formación. El gobierno japonés no tuvo que sacar más policías a las calles para hacer respetar el confinamiento", señaló.

A Juan solo le queda cumplir su etapa de cuarentena en un solitario cuarto de hotel en Miraflores. Luego podrá reunirse, por fin, con sus padres.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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