Luis Urzúa casi no podía creer lo que estaba viviendo cuando, a principios de esta semana, desfiló por la alfombra roja del Teatro Chino de Los Ángeles (California) junto a estrellas de Hollywood como Antonio Banderas y Juliette Binoche.
Urzúa es uno de los 33 mineros de Chile que hace cinco años quedaron atrapados durante 70 días a en una mina del desierto de Atacama a 700 metros de profundidad, en un caso que atrapó la atención de millones de personas en todo el mundo.
Su historia acaba de ser plasmada en la gran pantalla en "Los 33", película dirigida por la mexicana Patricia Riggen y protagonizada, entre otros, por Banderas y Binoche, que narra la odisea que vivieron ellos y sus familias hasta que lograron ser rescatados.
"Nunca me lo hubiera imaginado. Pero la providencia y la vida nos han llevado a donde estamos. Lo que fue una tragedia para Chile se ha convertido en una película de Hollywood", le dice Urzúa a BBC Mundo sobre el estreno del filme que llega este viernes a los cines de Estados Unidos.
Urzúa -quien acudió a la presentación de la cinta junto a los mineros Edison Peña, Juan Carlos Aguilar y Mario Gómez- asegura que Lou Diamond Phillips, actor que le interpreta en la película, "se emocionó" al poder conocerlo.
"Los 33" fue dirigida por la mexicana Patricia Riggen y está protagonizada por Antonio Banderas, Juliette Binoche y Lou Diamond Phillips.
Se muestra satisfecho sobre el resultado del filme, aunque reconoce que "no es fácil plasmar los 70 días que pasamos bajo tierra en dos horas".
Como para el resto de mineros, el camino de Urzúa hasta llegar a Hollywood no ha sido fácil.
Demanda
En los días posteriores a su rescate, que según algunos cálculos fue seguido por televisión unos 1.200 millones de espectadores, todo fueron reconocimientos y promesas, muchas de las cuales nunca se cumplieron.
Urzúa asegura que para él "una de las cosas más difíciles" ha sido tener que enfrentarse a los abogados que representaban sus intereses y que, según asegura, les mintieron, y no les dieron las ganancias que les correspondían "por la película, el libro y los documentales".
El caso de los 33 mineros atrapó la atención de millones de personas en todo el mundo.
Es por eso que junto a otros ocho mineros hace unos días presentó una demanda frente a un tribunal de Chile, en la que acusan a los letrados Remberto Valdés y Fernando García O'Nell de estafa calificada, apropiación indebida y contrato simulado.
Alegan que les hicieron firmar contratos que no entendían y que fueron mal asesorados por sus abogados, algo que estos niegan, asegurando que las acusaciones de los mineros "no se ajustan a la realidad".
Urzúa explica que son ya son diez los mineros que se han unido a la demanda y esperan que "el resto haga lo mismo a medida que pasen los días".
Dificultades
Pese a que los 70 días que pasaron bajo tierra les cambiaron para siempre, para algunos de ellos las promesas de una vida mejor nunca se materializaron.
Los hay que padecen problemas económicos. Otros sufren las secuelas físicas y psicológicas de su encierro.
El caso que más que más atención ha recibido en la prensa es el de Víctor Zamora, quien se ve obligado a vivir con una pensión de US$450, ya que desde 2011 no tiene empleo.
Además, hace unos meses las lluvias torrenciales que afectaron el norte de Chile destruyeron la casa en la que vivía con su esposa y sus dos hijos.
Para los mineros también fue "un jarro de agua fría" que en 2013 la justicia de Chile decidiera cerrar la investigación por el derrumbe que los dejó atrapados en las profundidades de la tierra, al no encontar elementos inculpatorios suficientes contra los dueños de la minera San Esteban.
En los cinco años que han pasado desde el accidente, algunos mineros, como Mario Sepúlveda (alias "Súper Mario"), han conseguido crear sus propios negocios y están prosperando.
En el caso de Daniel Herrera fue el amor el que llamó a su puerta, contrayendo matrimonio recientemente con una mujer alemana que había seguido su odisea por televisión y a la que conoció gracias a internet.
Lecciones
Luis Urzúa sigue viviendo en Copiapó y trabaja para el Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile.
Se encuentra en el grupo de mineros que en los últimos años se ha dedicado a viajar por el mundo contando su historia.
"Ha sido importante el tener la oportunidad de compartir nuestra historia con gente de todo el mundo. He dado charlas y conferencias, y ha sido muy gratificante".
Para algunos mineros las promesas de una vida mejor nunca se materializaron.