Putin, ayer, antes de su reunión con el presidente bielorruso. (Foto: Mikhail Klimentyev - Pool Sputnik Kremlin).
Putin, ayer, antes de su reunión con el presidente bielorruso. (Foto: Mikhail Klimentyev - Pool Sputnik Kremlin).

El padre Igor Boyco, rector del seminario greco-católico del Espíritu Santo de esta ciudad, un imponente complejo alejado del centro y también protegido con barricadas y bolsas de arena, no tiene dudas: lo que está haciendo con los ucranianos es lo mismo que hizo Hitler con los judíos. “Es un Holocausto contra los ”, afirma.

De 46 años, con estudios en diversas universidades pontificias de Roma en filosofía, teología, teología moral y experto en bioética, en una entrevista con LA NACION denunció sin medias tintas la masacre de civiles que está ocurriendo en su país y destacó el espíritu de resistencia de su pueblo.

Bajo su batuta en el seminario, donde estudian normalmente 180 personas, pero que ahora, por la guerra, se redujeron a 40, todo el mundo se ha movilizado para ayudar. “Hay grupos que van todos los días a llevarle comida a los refugiados a la frontera o a la estación de tren, hospedamos en otro seminario que tenemos a 20 kilómetros de Lviv a unos 50 desplazados y en nuestra cocina preparamos meriendas y comidas para los soldados que están en el frente”, cuenta, en perfecto italiano.

-¿Qué cree que va pasar?

-Nosotros resistiremos hasta que podremos. Nuestro ejército dejó ver en estos días que estamos muy motivados para combatir. También hemos oído que alrededor de 120.000 hombres, desde que comenzó la guerra, han vuelto a Ucrania desde el exterior, donde estaban trabajando, algunos en España, en Portugal o en Italia. Por lo que sé, más de un millón de hombres, a partir de los 18 años hasta los 60 años, declararon estar disponibles para combatir contra los rusos. Por eso estamos viendo este espíritu de resistencia del pueblo ucraniano, que quiere proteger nuestra tierra, que es un terreno grande. Imagínese que Ucrania es tres veces más grande que Italia, tenemos una población de más de 40 millones -aunque ahora 2 millones y medio se han escapado a causa de la invasión rusa-. Pero igual somos una nación grande, con una tierra rica, de hecho, Ucrania era llamada el granero de Europa y Putin se quiere adueñar de todo esto diciendo que es parte de Rusia.

-Una interpretación de la historia muy personal...

-No es así, nosotros tenemos nuestra historia, nuestra cultura. Es verdad que también vive gente que habla ruso, gente que habla polaco, húngaro, ucraniano, en Crimea están los tátaros, pero esto es Ucrania, un país multicultural, multiétnico; aquí hay ortodoxos, musulmanes, pero tratamos de vivir en paz. Si nadie nos molesta nosotros vivimos en paz y no somos un peligro para nadie, ni siquiera para Rusia, pero él, Putin, se puso en la cabeza que Ucrania debe pertenecerle. Alguien le puso en la cabeza que aquí hay nazis, que aquí hay que sacar a nuestro presidente y poner otro...

-La “desnazificación”...

-Desnazificación ¿pero de qué? Me parece que él lamentablemente ahora está haciendo lo que hizo Hitler con los judíos, matándolos. Ahora está haciendo lo mismo con el pueblo ucraniano: ‘si no quieren rendirse, yo los mato’...

Igor Boyco, rector del seminario greco-católico del Espíritu Santo de Lviv. (Foto: Elisabetta Piqué).
Igor Boyco, rector del seminario greco-católico del Espíritu Santo de Lviv. (Foto: Elisabetta Piqué).

-¿Un Holocausto?

-Exacto, es un Holocausto contra los ucranianos. Porque Putin ve que no logra combatir contra el ejército ucraniano, que está resistiendo, y entonces mata a la gente simple, los civiles, los niños, bombardea los hospitales... Es algo increíble, basta ver la imagen de la mujer embarazada que sacaban llena de sangre del hospital de Mariupol... Putin tiene las manos manchadas de sangre.

-Muchos creen que esto de todo modos es el principio del fin de Putin...

-Si, nosotros también lo pensamos. No sabemos cuánto durará, pero veo que con la sanciones ya introducidas, que ya están teniendo consecuencias, el pueblo ruso antes o después reaccionará. Muchas grandes multinacionales se están yendo y dentro de poco habrá un derrumbe económico. Pero no sabemos qué es lo que Putin tiene en la cabeza... Él, por ejemplo, tomó estas dos centrales nucleares en Ucrania y no sabemos qué tiene en la cabeza: ¿hacer explotar todo? ¿Para qué sirve eso?

-¿Qué piensa de las rondas de negociaciones que ha habido entre las dos partes?

-Me parece muy bien que nos encontremos, pero no podemos escuchar ultimátums de Putin: ‘ustedes deben hacer así, asá, deponer las armas’ o lo que diga. No es justo. Diálogo, sí, nos sentamos en la mesa y decimos lo que pensamos sobre Ucrania, como un país independiente, que tiene el derecho de ser independiente, derecho a no ser invadido, pero si a ellos no les gusta, resistiremos hasta el final, no aceptaremos ultimátums.

-¿Para usted, el presidente Volodimir Zelenski aceptaría un acuerdo que implicaría la cesión de la región del Donbass y Crimea, para detener el derramamiento de sangre y la destrucción?

-Para mí, nosotros ya hemos pagado un precio muy alto por dejar el Donbass y Crimea. Esta guerra continúa desde hace 8 años, ya murieron muchas personas. Si nosotros le dejamos a Putin Donetsk, Lugansk y Crimea, él vendrá por más. Esto es sólo el inicio. Cuando él dice que Ucrania es débil, Ucrania puede decir ‘tomen esto, lo otro’, y él dentro de cinco años puede lanzar otro asalto, otra invasión. Por lo tanto, para mí, hay que ir hasta el final. No es justo. Es como si Austria decidiera tomar Venecia o algún pedazo de Italia: no es justo porque esto pertenece a Italia y lo mismo pasa con Donetsk y Lugansk, que pertenecen a Ucrania. ¿Por qué alguien tiene que venir y arrebatárnoslos? Por eso nuestra posición y la de nuestro presidente es la de no ceder y de reclamar el cierre de los cielos.

Los soldados ucranianos llevan los ataúdes de sus compñaeros, asesinados durante la invasión rusa de Ucrania, desde la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo hasta los coches fúnebres, en Lviv. (Matthew Hatcher - SOPA Images via ZUMA Press Wire).
Los soldados ucranianos llevan los ataúdes de sus compñaeros, asesinados durante la invasión rusa de Ucrania, desde la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo hasta los coches fúnebres, en Lviv. (Matthew Hatcher - SOPA Images via ZUMA Press Wire).

-La denominada zona de exclusión aérea...

-Sí, Zelenski durante la jornada varias veces se dirige al pueblo ucraniano, pero también al pueblo ruso y a Europa. ‘Si ustedes cierran los cielos, esto significa que podemos evitar otros muertos. Si ustedes no lo hacen, quiere decir que ustedes se callan ante lo que está pasando’. No se trata de política, se trata de vidas humanas inocentes que son asesinadas. Y el mundo tiene miedo... Quizás llegó el momento de poner de una vez por todas un punto y decir ‘no’, hagamos esto, porque muere la gente común y debemos detener esto.

-¿Pero después de la zona de exclusión aérea qué pasaría? ¿Combates terrestres?

-Si hay combates terrestres nosotros podemos detenerlos. Pienso que ellos no tienen armas infinitas. Antes o después se terminan las armas...

-Pero aquí también están llegando muchísimas armas de la OTAN desde Polonia, Alemania y demás países a Ucrania...

-Sí, pero si no hacemos nada, él invade más, sigue su marcha porque, es verdad que tiene un ejército grande, tanques, aviones, muchísimos, pero trataremos de detenerlo. Aquí, no solo los militares combaten, sino también el pueblo, la gente que sale con sus manos para detener al enemigo, porque no queremos a los rusos. Yo lamentablemente crecí en la Unión Soviética, sé qué significa crecer en el comunismo, sin libertad, sin religión, en la escuela no se podía decir nada, si creías en Dios podías ser mandado a Siberia. Fue un tiempo terrible. Y Putin hace lo mismo, hace presión sobre su pueblo para mantenerlo calmo, que nadie se rebele: él es como un emperador y quiere mantener la paz en su país. Si alguien se rebela, es eliminado. Es un tirano, el poder es su único objetivo en la vida y ahora asusta a todo el mundo.

Un militar ucraniano se despide de su novia antes de partir en dirección a Kiev en la estación central de trenes de la ciudad de Lviv, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (ALEKSEY FILIPPOV - AFP).
Un militar ucraniano se despide de su novia antes de partir en dirección a Kiev en la estación central de trenes de la ciudad de Lviv, en medio de la invasión rusa de Ucrania. (ALEKSEY FILIPPOV - AFP).

-¿Qué espera?

-Nosotros no queremos la guerra, no queremos la muerte de los civiles, queremos la paz. Pero también los rusos lo tienen que entender, deben detenerse y no invadir nuestra tierra.

Por Elisabetta Piqué

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