En Irán, la virginidad antes del matrimonio es muy importante para muchas jóvenes y sus familias. Así, en ocasiones los hombres pueden solicitar un certificado de virginidad, una práctica que, según la Organización Mundial de la Salud, está en contra de los derechos humanos.
Pero durante el último año, la campaña de oposición a esta costumbre ha estado sumando cada vez más adeptos.
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"Tu me engañaste para casarte conmigo. Tú no eres virgen. Nadie se casaría contigo si supieran la verdad".
Esto fue lo que dijo el marido de Maryam después de que tuvieron relaciones sexuales por primera vez.
Ella trató de convencerlo de que, a pesar de no haber sangrado tras la penetración, nunca antes había tenido relaciones. Pero él no le creyó y le exigió que consiguiera un certificado de virginidad.
Este reclamo no es inusual en Irán. Después de comprometerse, muchas mujeres van al médico para que certifique que no han "perdido la virginidad".
Sin embargo, la OMS ha sido clara al remarcar que la virginidad no tiene ningún fundamento científico.
El certificado que le dieron a Maryam decía que su himen era del tipo elástico, lo que significa que tal vez no sangre después de una relación.
"Él hirió mi orgullo. No había hecho nada malo, pero él me seguía insultando. No lo pude soportar, por eso intenté quitarme la vida con una sobredosis de pastillas", relata.
Pero pudo sobrevivir después de que la llevaron al hospital.
"Nunca me voy a olvidar de esos días tan duros. Perdí como 20 kilos".
Acabar con la práctica
La historia de Maryam es la realidad la de muchas mujeres en Irán. Permanecer virgen antes de la boda sigue siendo crucial para muchas aspirantes al matrimonio y sus familias. Es un valor que está incrustado en los sectores más conservadores de la cultura.
Pero recientemente las cosas han empezado a cambiar. Mujeres y hombres alrededor del país han comenzado a hacer campaña para acabar con los certificados de virginidad.
El pasado mes de noviembre, una petición hecha por internet alcanzó las 25.000 firmas en menos de un mes. Fue la primera vez que los exámenes para certificar la virginidad recibieron un rechazo abierto por parte de miles de personas en Irán.
"Es una violación de la privacidad y es humillante", dijo Neda.
Cuando ella tenía 17 años y era estudiante en Teherán, tuvo relaciones sexuales por primera vez.
"Entré en pánico. Me asustaba el hecho de saber qué pasaría cuando mi familia se enterara".
En las familias más conservadoras, el documento lo firman dos testigos, normalmente las madres.
La doctora Fariba ha expedido certificados por años. Ella admite que es una práctica humillante, pero cree a la vez que está ayudando a muchas mujeres.
“Ellas están bajo mucha presión por parte de sus familias. Algunas veces miento para ayudar a la pareja. Si ellos ya han tenido sexo y quieren casarse, le diré a las familias que esa mujer es virgen”, relata.
Pero para muchos hombres, casarse con una mujer virgen parece ser fundamental.
“Si una mujer pierde su virginidad antes de casarse, no puedo creer que es alguien confiable. Ella podría abandonar a su marido por otro hombre”, dice Ali, un electricista de 34 años que vive en Shiraz.
Aunque él reconoce que ha tenido relaciones con 10 mujeres. “No me pude resistir”, dice.
Ali acepta que hay un doble estándar en la sociedad iraní, pero señala que no hay razones para romper las tradiciones.
“Las normas sociales aceptan que los hombres tengan más libertades que las mujeres”, señala.
Las opiniones de Ali son compartidas por muchos otros, especialmente en las zonas rurales y más conservadoras de Irán.
Por esa razón, y a pesar de las movilizaciones en contra de este tipo de exámenes, pocos ven probable que se apruebe una ley que los prohiba.
Esperanza en el futuro
Cuatro años después de intentar quitarse la vida y de vivir con un esposo abusivo, Maryam finalmente pudo divorciarse a través de los tribunales.
Se quedó soltera hace apenas unas semanas.
“Va a ser muy difícil volver a confiar en un hombre. No puedo verme casándome en un futuro cercano”, señala.
Junto con decenas de miles de otras mujeres, ella también firmó una de las crecientes peticiones en línea para poner fin a la emisión de certificados de virginidad.
Aunque no espera que nada cambie pronto, tal vez ni siquiera durante su vida, sí cree que algún día las mujeres obtendrán más derechos dentro de su país.
“Estoy segura que sucederá algún día. Espero que en el futuro ninguna niña tenga que pasar por lo que yo pasé”.
Todos los nombres fueron cambiados.