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Kayla Mueller, la estadounidense que murió cuando se encontraba en manos del grupo yihadista Estado Islámico, escribió durante su cautiverio una carta en la que exponía su fe en Dios, su amor por su familia y su devoción por ayudar a quienes sufren en distintos lugares del mundo.
La misiva fue sacada clandestinamente por otros prisioneros cuando fueron liberados en 2014 y entregada a los familiares de la joven.
"En la oscuridad he visto la luz. He aprendido que incluso en reclusión se puede ser libre", escribió Mueller.
Las tías de Kayla Mueller. (Reuters)
La trabajadora humanitaria, quien tenía 26 años de edad, repetía que el servicio al prójimo la acercaba a Dios.
"He llegado a entender que en todas las situaciones hay algo bueno y a veces sólo debemos buscarlo", reconoció.
La carta:
La carta también revela momentos de duda y oscuridad y otros de convicción y templanza, mientras trataba de forjar su voluntad para continuar con vida durante su cautiverio en poder de los milicianos yihadistas.
"Ninguno de nosotros podría haber sabido que iba a durar tanto, pero sé que estoy luchando a mi modo. Dentro de mí aún queda mucho", aseguró.
"No voy a quebrarme. No importa cuánto tiempo pase, no voy a rendirme", declaró en su escrito.
El propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confirmó este martes el deceso de la trabajadora social. Tres días antes, el Estado Islámico había anunciado su muerte y la atribuyó a un bombardeo lanzado por aviones de la coalición internacional sobre el edificio donde permanecía detenida.
