Samah, una maestra de escuela de Jordania vivía soltera y feliz.
Un día conoció a un hombre y decidió casarse.
Dos semanas después de la boda, él dejó el país y la llamó por teléfono.
No era para darle explicaciones sino para extorsionarla.
Samah descubrió que su marido había llenado la casa de cámaras y la había filmado en sus momentos más íntimos.
Le exigió dinero a cambio de los videos y si se negaba, amenazó con publicarlos en internet y mostrárselos a toda su familia.
Ésta es su historia.