Un hombre armado, vestido con el uniforme militar afgano, mató este miércoles a dos estadounidenses cerca de una base militar en Kabul (Afganistán), informó OTAN, un incidente que las autoridades afganas calificaron como un ataque interno.
Hasta el momento ningún grupo insurgente ha reivindicado el ataque, que vuelve a poner en el tapete la creciente inseguridad en el país, en un momento en que los talibanes han vuelto a ganar terreno.
"Un estadounidense miembro de la misión y un civil murieron por sus heridas hoy en Kabul", dijo la OTAN en un comunicado, en el que informó que otros tres estadounidenses resultaron heridos.
"Los dos individuos murieron en un ataque cerca de la base de la coalición perpetrado por un asaltante desconocido, que después fue abatido", agregó.
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El portavoz del ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri, confirmó que el atacante fue abatido e informó que cinco personas resultaron heridas.
El tiroteo se produjo en un momento en que los soldados de la OTAN estaban inspeccionando una base, indicó el funcionario.
"Cada vez que perdemos a un miembros de nuestro equipo, es algo muy doloroso", dijo el general John Nicholson, comandante de la misión estadounidense en Afganistán.
"Enviemos nuestras condolencias a las familias, a los seres queridos, y a las unidades afectadas por el incidente. Para Los que siguen atacando a las fuerzas de la coalición (...) Vamos a seguir con nuestra misión de ayudar a nuestros socios a construir un Afganistán mejor", expresó.
Este tipo de incidentes, los "green on blue", según la terminología de la OTAN, en los que soldados afganos o la policía ataca a soldados internacionales, ha sido uno de los mayores problemas que la coalición ha tenido que enfrentar durante los años en los que ha luchado junto al ejército de Afganistán.
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En mayo, dos soldados rumanos murieron en un incidente similar, en tanto que en agosto de 2015 dos de origen estadounidense fueron abatidos por un militar afgano en la provincia de Helmand.
Funcionarios occidentales afirman que la mayoría de estos ataques obedecen más a rencillas personales y malentendidos culturales que a planes de los insurgentes.
Los asesinatos han acrecentado la desconfianza entre las fuerzas locales y extranjeras, a pesar de que el número de este tipo de incidentes ha descendido en los últimos años.
Las tropas de la OTAN han adoptado medidas de seguridad especiales en los últimos años para enfrentar estas situaciones.
Este tipo de violencia también ha afectado a las tropas afganas, mermando la moral de los efectivos y atizando la desconfianza mutua.
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Fuente: AFP