El gobierno del presidente estadounidense Barack Obama no enviará una delegación a Cuba para los funerales de Fidel Castro, una medida que refleja la historia de tensas relaciones entre ambos países.
Ben Rhodes, asesor adjunto de Seguridad Nacional que negoció un acercamiento con La Habana, y Jeffrey DeLaurentis, diplomático nombrado por Obama para ser embajador en La Habana, representarán a Estados Unidos en la ceremonia de homenaje póstumo a Castro, anunció Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca.
La elección refleja el deseo de la Casa Blanca de reconocer tanto la historia de enemistad entre ambos países como la reciente normalización de relaciones con Cuba, una política que podría moderarse o revertirse cuando asuma el presidente electo Donald Trump el 20 de enero.
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"Hay muchos aspectos de la relación entre Estados Unidos y Cuba que han estado marcados por conflictos y tensión, no sólo durante el régimen de Castro", dijo Earnest, que mencionó la preocupación de Estados Unidos por el respeto a los derechos humanos en Cuba.
El funcionario destacó además aspectos positivos e hizo notar que Rhodes, un asesor de seguridad nacional adjunto, "tuvo un rol principal en conseguir una política de normalización" con Cuba.
Cuba y Estados Unidos habían estado enfrentados y fueron enemigos ideológicos desde la revolución de 1959 que llevó a Castro al poder.
Fuente: Reuters