Washington (Agencias)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió a los padres centroamericanos que no envíen a sus hijos a la frontera sur del país, en sus comentarios más contundentes hasta el momento sobre la crisis humanitaria de los menores ilegales, que le está provocando problemas políticos.
"No envíen a sus hijos a la frontera", dijo Obama a ABC News. "Si ellos llegan, serán enviados de regreso. Lo que es más importante, ellos podrían no llegar", agregó.
Miles de menores que viajan sin compañía de adultos, en su mayoría provenientes de Centroamérica, han cruzado la frontera de Estados Unidos en los últimos meses, desbordando a los centros de acogida.
"Ni siquiera sabemos cuántos de esos niños no logran cruzar la frontera", afirmó Obama, quien alertó de que muchos de los pequeños pueden ser víctimas de tráfico sexual o morir al caerse del tren en el que viajan.
La llegada de menores no acompañados a la frontera entre EE.UU. y México superó los 52.000 en los últimos nueve meses, según las cifras del Departamento de Seguridad Nacional.
A eso se suman los 39.000 adultos acompañados de niños detenidos por las autoridades.
La cifra registró una fuerte subida desde el año pasado, cuando las autoridades detuvieron a 24.000 menores no acompañados.
Aunque algunos funcionarios estadounidenses atribuyen el aumento de la cantidad de menores que viajan solos a la pobreza y a la creciente violencia de las pandillas en Centroamérica. No obstante, Washington quiere dejar claro que los niños que entran al país de forma ilegal no podrían calificar para conseguir la residencia.