Washington (EFE)
El presidente de EE.UU., Barack Obama, y el primer ministro indio, Narendra Modi, acordaron hoy una "nueva agenda" para convertir la relación bilateral en una prioridad, en una cita que se cerró sin grandes acuerdos pero con varias metas marcadas en los ámbitos económico, energético y de seguridad.
Obama no escatimó elogios ni disponibilidad de agenda durante la primera visita a Washington de Modi, cuya llegada al poder en mayo pasado fue vista en Estados Unidos como una oportunidad única de llevar a una nueva fase una relación clave para contrarrestar el peso económico y militar de China en la región.
"Estoy impresionado no solo con el interés del primer ministro indio en afrontar las necesidades de los más pobres dentro de los pobres y revitalizar su economía, sino en su determinación de asegurar que India funciona como una gran potencia que pueda traer paz y seguridad para todo el mundo", dijo Obama tras el encuentro.
Esa imagen prometedora del líder indio, definida como el "Momento Modi" por la Casa Blanca, ha calado en EE.UU. hasta tal punto que el secretario de Estado, John Kerry, aseguró hoy que lo que el primer ministro "ha hecho por el desarrollo de la India está en la línea de lo que (Mahatma) Gandhi hizo por la independencia" de ese país.
En esta primera reunión en el Despacho Oval, Obama y Modi pusieron el acento en la relación comercial, que desde el 2001 se ha multiplicado por cinco hasta llegar a casi 100.000 millones de dólares anuales, y se comprometieron a "dar los pasos necesarios para volver a quintuplicar" ese intercambio, según la Casa Blanca.
Aunque no llegaron a establecer una fecha para cerrar un tratado de inversión bilateral, sí acordaron establecer una iniciativa de inversión liderada por sus respectivos ministerios de finanzas, especialmente centrada en la financiación de infraestructuras.
Algunos compromisos
Las dos potencias decidieron "implementar por completo el acuerdo bilateral de cooperación civil en materia nuclear" y acordaron "una nueva alianza sobre seguridad energética y energías limpias".
El Banco de Exportación-Importación de EE.UU. acordó poner hasta 1.000 millones de dólares a disposición de India para ayudar a su "transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono y resistente al cambio climático".
EE.UU. trata así de presionar a la India para que asuma su parte, en lo que Obama concibe como una necesidad de reducción coordinada a escala global de las emisiones de carbono, una idea ante la que el Gobierno de Modi ha expresado escepticismo por considerar que esa contaminación es inevitable si se quiere impulsar la economía india.
Obama y Modi decidieron trazar además una agenda de defensa "más ambiciosa", aumentar su cooperación en seguridad marítima y cooperar contra el terrorismo y el auge del grupo yihadista Estado Islámico (EI); además de mostrar su preocupación por "las crecientes tensiones por disputas territoriales" en el Mar de China Meridional.
La NASA y la organización de investigación espacial india (ISRO) firmaron un acuerdo para avanzar hacia misiones conjuntas de exploración de Marte y los dos Gobiernos decidieron acelerar su desarrollo de vacunas asequibles contra el dengue o la malaria.
Por último, Obama expresó su apoyo a la voluntad de India de ingresar al Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, y de que amplíe su "voz y voto" en instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI).