Donald Trump decidió retirarse de la cumbre antes de lo previsto. (Foto: Reuters)
Donald Trump decidió retirarse de la cumbre antes de lo previsto. (Foto: Reuters)
/ KEVIN LAMARQUE
Virginia Rosas

Todo debió transcurrir sin sobresaltos, como tocaba a la celebración del cumpleaños de una respetable septuagenaria, pero resultó imposible evitar las querellas y dejar los cadáveres en el ropero, como en esas reuniones familiares en las que por discreción se finge que las cosas van de maravilla.

La cumbre para festejar los 70 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (), que reunió a sus 29 miembros el miércoles en Londres, no solo puso en relieve las fallas actuales de la organización, fundada en 1949 en plena Guerra Fría, sino que fue el escenario de una serie de desaguisados poco dignos de los altos mandatarios convocados para la ocasión.

Para empezar, el anfitrión, Boris Johnson, estaba muy tenso por la llegada de su amigo Donald Trump. El primer ministro británico se enfrenta a elecciones el jueves 12 y temía que el presidente de EE.UU. –odiado por tirios y troyanos en el Reino Unido– soltara alguna frase que lo dejara mal parado. Eso no impidió que durante la reunión con la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham se juntara con el presidente francés Emmanuel Macron; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; el primer ministro holandés, Mark Rutte; y la princesa Ana para reírse a carcajadas de Trump en una conversación privada que el canal canadiense CBC logró descifrar. Trudeau se burlaba de lo conversado momentos antes con el multimillonario, quien al verse aislado y burlado públicamente decidió retirarse de la cumbre antes de lo previsto, no sin antes decir que Trudeau era un hipócrita.

El martes comenzaron las disputas cuando Trump, en conferencia de prensa, tildó de irrespetuoso y malvado a Macron por haber declarado en la revista “The Economist” que la OTAN está en estado de muerte cerebral. Ello pese a que, desde el 2017, el estadounidense la había tildado de obsoleta y cuestionado la vigencia de su artículo 5, el del principio de defensa colectiva de un aliado atacado.

Ya Trump retiró tropas de Siria y Afganistán sin consultar previamente con los 28 restantes miembros de la organización. Lo que le incomoda realmente no son las declaraciones de Macron, sino que este pretenda establecer un sistema de defensa europeo que no incluya a Washington. Una propuesta que Alemania y los países vecinos a Rusia rechazan, pues temen perder la alianza con su –hasta ahora– potencia tutelar ante la arremetida de Moscú y de Beijing, que tienen los dos ejércitos más poderosos del planeta luego del de EE.UU.

Macron afirmó que la OTAN está en estado de muerte cerebral. (Foto: EFE)
Macron afirmó que la OTAN está en estado de muerte cerebral. (Foto: EFE)
/ OLIVIER HOSLET

Sin duda, la ‘ovejita negra’ de los invitados a la fiesta fue Recep Tayyip Erdogan, el presidente turco, que se desmarca de la alianza y se acerca militar y diplomáticamente a Rusia en el tema sirio, contra los intereses de la organización y tras haber comprado a Moscú un sistema de defensa aéreo incompatible con los equipos de la OTAN.

Tras el fin de la Guerra Fría, el equilibrio mundial ha cambiado y cabe preguntarse si la septuagenaria ya está en su lecho de muerte. O si necesita una intervención urgente para salvarla.

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