En el islam está prohibido representar en imágenes al profeta Mahoma. Es, simplemente, una blasfemia. Por eso, en ninguna mezquita de ningún lugar del mundo se ve un rostro o un cuerpo. Cada que se ha representado al profeta de una manera satírica, el mundo musulmán ha reaccionado con indignación, pero el sector más fundamentalista lo ha hecho con extrema violencia.
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