En momentos en que se mantiene la expectativa de Colombia por un acuerdo de paz con las FARC –a pesar de la reciente tensión por el ataque de esta guerrilla en el Cauca en medio de la tregua unilateral– excombatientes y negociadores de paz de 18 países comparten experiencias de reintegración que podrían ser útiles en Colombia.
Desde ayer, la capital de Risaralda es la sede de la Quinta gira técnica de cooperación Sur-Sur, que lidera la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y que reúne a 35 invitados.
El objetivo del evento, el más grande de este tipo realizado en Colombia, es compartir las experiencias en desarme, desmovilización, reintegración, construcción de paz, reconciliación y desarrollo. “Es muy importante revisar los casos. De estos se aprenden buenas y malas prácticas que permiten anticipar desafíos”, explicó Joshua Mitrotti, director general de la ACR.
El modelo colombiano de reintegración es, según Mitrotti, un referente internacional, “pero que tiene capacidad de aprender y reinventarse”.
El director de la ACR precisó que se podrán conocer experiencias de conflictos de los últimos 25 años, algunos que ya se terminaron, como el de El Salvador y Filipinas, y otros que no, como es el caso de Colombia y del Congo.
El jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos (Mapp-OEA), Roberto Menéndez, explicó que “cada conflicto es diferente, pero más allá de eso hay patrones de consideración común, como la participación activa y temprana de las comunidades y de las autoridades locales donde el conflicto ha golpeado más. Menéndez insistió en que “se necesita el involucramiento de los actores territoriales”.
La agenda de la gira, que irá hasta el sábado, se inició ayer con la presentación de un balance y las perspectivas sobre las experiencias de reintegración y construcción de paz territorial, además de los procesos de desarme y desmovilización.
Se dialogó con seis personas que contribuyeron a hacer la paz o están contribuyendo a consolidarla en El Salvador, Guatemala, Filipinas, Irlanda, El Congo y Kenia.
EL SALVADOR
‘Los diálogos de paz deben tener una fecha de finalización’.
“Las negociaciones de los conflictos armados deben tener fecha de terminación”. Esta es la opinión de Roberto Cañas, quien en 1972, a los 22 años, se incorporó a la lucha armada en El Salvador y estuvo otros 22 como combatiente del frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, que se conformó en los años 80.
Al referirse a la propuesta del presidente Santos de ponerle plazo a las negociaciones, dijo “que es fundamental, que es el elemento que faltaba”. (Lea: Premiadas iniciativas de paz y reconciliación en Cali).
Para el exguerrillero, el proceso de paz en Colombia “es serio, va encaminado a buscar un acuerdo y tiene el compromiso de las dos partes de no retirarse, tiene el apoyo de países amigos y una agenda, pero esa agenda debe tener calendario”.
“Hay que ponerle fecha de finalización a la negociación, las conversaciones no pueden ser eternas”, dijo. Cañas fue vocero de la mesa de negociación por parte de la frente Farabundo Martí.
IRLANDA DEL NORTE
‘En todo diálogo hay que acelerar los acuerdos de paz’
Uno de los puntos por resaltar del proceso de paz en La Habana es el compromiso con las víctimas. En el conflicto de Irlanda del Norte este fue uno de los aspectos que se miró después del proceso, manifestó Henry Patrick Robinson, exmiembro del Ejercito Republicano irlandés (IRA).
Tras 29 años de guerra y 10 años de negociaciones, el movimiento insurgente firmó la paz con el Gobierno irlandés en el 1998.
Uno de los mayores inconvenientes para el proceso era la desconfianza de ambos actores con el proceso de los diálogos.
Pero después de firmada la paz, según Robinson, una estrategia para lograr la integración ha sido involucrar a los excombatientes en el Gobierno.
Otro aspecto importante en todo diálogo de paz es acelerar los acuerdos sobre la mesa.
“Entre más rápido se llegue a acuerdos concretos, se tendrá más tiempo para desarrollar esos acuerdos”, dijo Patrick.
EL CONGO
‘Lo que importa es un acuerdo de paz total y definitivo’
Grevisse Ditend, director de la Unidad de Desmovilización y Desarme de la República de El Congo, trajo a Pereira la experiencia de un conflicto que, como el colombiano, aún persiste.
Ditend explicó que el proceso de reintegración en este país africano completa 15 años, durante los cuales se han desmovilizado 120.000 combatientes.
Señaló que el conflicto en su país tiene la particularidad de que, cada vez que se cree cercana la posibilidad de su conclusión definitiva, resurge en otro lugar del territorio y con grupos armados que se creían controlados.
“Es un conflicto atípico en el que la inestabilidad es la constante”, comentó.
Acerca de las negociaciones con las Farc, Ditend dijo que es importante “no apresurar las cosas si se quiere tener una paz duradera en el tiempo, después de la firma de acuerdo”. Agregó que no importa que las FARC lleven más de 50 años alzadas en armas, sino un acuerdo total y definitivo.
KENIA
‘Sistemas democráticos fuertes soportan los enfrentamientos armados’
Después de las elecciones de 2008 en Kenia, con las que se creyó superado el conflicto armado, este se recrudeció y hubo 1.200 muertos y más de 4 millones de desplazados.
Para contar esa experiencia y cómo se ha podido superar, está en Pereira una delegación de este país africano.
Joseph Kiplangat Keter explicó que quieren compartir la experiencia de las transiciones a la democracia, de estar sujetos a una carta política y a compartir el valor que significa el derecho a la posesión de la tierra.
Sobre la negociación en medio del conflicto, como se adelanta en Colombia, Kiplangat comentó que es importante tener instituciones democráticas fuertes que permitan soportar los enfrentamientos armados.
Los keniatas también vienen a aprender del proceso de paz en Colombia.
“Nuestra preocupación actual en Kenia es la tensión que existe en el país por los conflictos armados de sus países vecinos: Somalia, Etiopía y Uganda”, dijo Kiplangat.
FILIPINAS
‘Todo lo que se ha firmado debe cumplirse’
Sinceridad y compromiso es lo que debe primar en el momento de implementar lo que se acuerda.
Así lo manifestó el mayor Carlos Sol Padilla, coordinador del Comité de acción conjunta entre las partes de revisión para el cese de hostilidades en Filipinas.
Tras 17 años de conversaciones con el Frente Moro de Liberación Islámica, el 28 de marzo del 2014, Filipinas logró firmar un acuerdo de paz, con el que se dio fin a un conflicto de 30 años.
Sol Padilla mencionó que uno de los puntos importantes para el acuerdo de paz fue la confianza entre los equipos negociadores y la libertad para poder discutir de manera abierta los diferentes problemas que se consideraron fundamentales para la resolución del conflicto del país.
Con relación a las crisis que afrontan los procesos de diálogo, Padilla dijo que las partes deben buscar una solución que permita crear un mecanismo para evitar la repetición de sucesos, como la muerte de combatientes.
GUATEMALA
‘A la paz se llega con voluntad política y la fuerza del pueblo’
Para generar las vías de un proceso de paz se necesita la voluntad política y la fuerza de un pueblo que exija esos cambios, manifestó Lola Estela Maldonado Guevara, exguerrillera del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) en Guatemala.
Este fue uno de los cuatro grupos insurgentes que se alzaron en armas en 1962 en contra de la represión del Gobierno.
Las exigencias de este movimiento eran replantear el papel del Ejército en una sociedad democrática, la tenencia de la tierra, una reforma a la justicia, garantizar la protección los derechos humanos y el reconocimiento de los pueblos indígenas.
Según Maldonado, una de las vías para que se llegue a buenos términos en un proceso de paz es la voluntad política y generar espacios de participación democrática para que los ciudadanos aporten a estos procesos.
También manifestó que el caso de su país es muy similar al que Colombia está afrontando. El conflicto interno en Guatemala duró 36 años.
Fuente: El Tiempo de Colombia