El grupo de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) afirmó el domingo que "hay pruebas creíbles" de abusos y del uso de tortura en Turquía contra personas detenidas tras el intento de golpe de Estado.
Algunas de las personas están sufriendo "golpes y torturas, incluidas violaciones, en centros oficiales y no oficiales en todo el país" aseguró en un comunicado la organización con sede en Londres.
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Por lo cual, AI a Turquía que permita el "acceso inmediato" de observadores independientes a los detenidos por el fallido golpe militar del pasado día 15.
El director de AI para Europa, John Dalhuisen, instó "a las autoridades turcas a cumplir con sus compromisos" internacionales en materia de Derechos Humanos.
También le urgió a "no abusar del estado de emergencia pisoteando los derechos de los detenidos" y recordó que "la prohibición de la tortura es absoluta y no puede quedar nunca comprometida o suspendida".
La ONG insta al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura (CPT) a hacer una visita de emergencia a Turquía para velar por las condiciones de detención.
En este contexto, recordó que Turquía, como miembro del consejo de Europa, tiene la obligación de cooperar con el CPT, el único órgano autorizado a efectuar visitas sobre el terreno a todos los lugares de reclusión de detenidos en Turquía, eligiendo libremente el momento y el lugar.
AI advirtió de que "observadores independientes" deben poder acceder a "todos los centros de detención, oficiales y no oficiales" en Turquía, donde "más de 10.000 personas han sido detenidas desde el golpe fallido" del 15 de julio.
La ONG aseguró tener "informes creíbles" de que la Policía en Ankara y Estambul obliga a detenidos a estar en "posiciones de estrés hasta 48 horas, negándoles comida, agua y tratamiento médico".
"En los casos peores algunos han sido objeto de golpes fuertes y tortura, incluida la violación", señala la nota.
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Dada la gran dimensión de la ola de detenciones de la semana pasada, estas acusaciones "son extremadamente alarmantes", subrayó Dalhuisen.
"Es absolutamente imprescindible que las autoridades turcas detengan esas prácticas abominables y permitan a observadores internacionales visitar a todos los detenidos en los lugares donde estén recluidos", añade.
Los presos se mantienen recluidos de forma arbitraria, a veces en lugares informales, entre los cuales habría centros deportivos e incluso establos, según la información que ha obtenido la organización defensora de los derechos humanos de varias personas que pidieron el anonimato por razones de seguridad.
Además, con frecuencia no se les ha informado debidamente de los cargos de los que se les acusa, y se les ha negado que puedan verlos abogados y familiares, "socavando su derecho a un juicio justo".
La nota advierte de que el aumento de 4 a 30 días el periodo de detención provisional, antes de elevarse la acusación, decretado ayer, eleva el riesgo de sean objeto de torturas y maltrato.
"Comprensiblemente, Turquía está preocupada por la seguridad pública en estos momentos, pero ninguna circunstancia puede justificar la tortura y otros maltratos, o la detención arbitraria", insiste Dalhuisen.
La nota recuerda que "por definición" es arbitrario e ilegal "detener a gente en relación con un cargo penal sin demostrar que hay pruebas sobre la violación de la ley.
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"Estas prácticas altamente irregulares, y que parece sistemáticas, deben ser investigadas", afirma el director de AI Europa.
Fuente: EFE