Kim Jong-un, líder de Corea del Norte y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur. (Foto: Reuters)
Kim Jong-un, líder de Corea del Norte y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur. (Foto: Reuters)
Redacción EC

Representantes de y mantuvieron este sábado las primeras conversaciones para preparar su reunión de alto nivel del 9 de enero, la primera entre ambos países en más de dos años.


Los dos países emplearon los canales telemáticos situados en la aldea de Panmunjom, en la militarizada frontera entre ambos, para debatir e intercambiar documentos sobre la composición de las respectivas delegaciones que participarán en la reunión, según detalló un portavoz del Ministerio de Unificación del Sur.

Seúl ha propuesto enviar a cinco representantes con el ministro de Unificación, Cho Myong-gyon, al frente, mientras que se espera que Pyongyang proponga a Ri Son-gwon, que lidera el Comité para la entidad que gestiona los asuntos intercoreanos en el Norte, para encabezar su delegación.

Fue el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien abrió el camino para las conversaciones con Corea del Sur en un discurso de Año Nuevo. En éste, pidió reducir las tensiones y destacó la posible participación de su país en los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang.

Los dos países no celebran un encuentro de alto nivel de este tipo desde finales de 2015.

Sin embargo, Kim se mantuvo firme en el tema de las armas atómicas, diciendo que Corea del Norte producirá en masa misiles nucleares para su despliegue operacional y nuevamente advirtió que podría lanzar un ataque nuclear si su país se ve amenazado.

La reunión se acordó también después de que Seúl y Washington anunciaran el jueves que retrasarán el inicio de sus maniobras militares anuales, que el régimen considera un ensayo para la invasión, para que no coincidan con los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que arrancan el 9 de febrero.

Se espera que durante el encuentro ambas partes conversen sobre el modo en que los norcoreanos viajarían al Sur (si es por tierra se requerirá un acuerdo militar) o sobre la posibilidad de que ambos países desfilen bajo una bandera unificada en las ceremonias de apertura y clausura como ya se ha hecho en otros Juegos.

La participación norcoreana en PyeongChang y un mayor entendimiento entre los dos países, que técnicamente se mantienen en guerra, podría contribuir a aliviar la tensión regional después de un 2017 marcado por las continuas pruebas de armas norcoreanas y el tono beligerante del presidente estadounidense, Donald Trump.

Fuente: EFE/Reuters

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