El flamante embajador de la República de Corea en el Perú, June-hyuck Cho, sabe de lo que habla cuando se refiere a la tensión entre su país y Corea del Norte. Antes de ser transferido a nuestro país, fue el portavoz de la cancillería surcoreana y le tocó lidiar con uno de los momentos más tirantes en las relaciones entre Seúl y Pyongyang. Por ello, es uno de los que más celebra la cumbre de ayer.
—¿Cree que la cita entre Moon Jae-in y Kim Jong-un tendrá efectos pronto?
En primer lugar, ha sido una cumbre histórica y un paso realmente gigante para alcanzar finalmente la paz en la península coreana. Celebro este movimiento audaz y valiente de las dos Coreas. En segundo lugar, por supuesto que es solo el comienzo, tenemos un largo camino que recorrer.
—Hubo dos cumbres previas a esta –en el 2000 y en el 2007– sin resultados duraderos. ¿Por qué pensar que esta vez será distinto?
Pienso en dos razones. Una, el entorno internacional hoy es muy diferente del de las cumbres precedentes. Frente al aumento de las hostilidades la comunidad mundial ha sentido que era tiempo de hacer algo más que desear la paz. No había ese ambiente antes. Y en segundo término, las sanciones internacionales a Corea del Norte a través de la ONU, EE.UU. y Corea del Sur han sido efectivas, así que el régimen de Kim no ha tenido otra opción que sentarse a la mesa.
—Muchos analistas son escépticos sobre un cambio en la actitud de Corea del Norte.
Entendemos completamente ese escepticismo. Si bien en el ámbito diplomático nosotros confiamos en una actitud renovada de ellos, esta debe verificarse con acciones. El comienzo ha sido exitoso, toca a las dos Coreas apuntalar esto.
—A usted le tocó vivir un momento especialmente delicado entre ambas naciones.
Lo que más recuerdo es la fuerte sensación entre la gente de que la guerra era inminente. Yo representaba a mi gobierno en las respuestas a las provocaciones norcoreanas. Al vivir en primera línea ese peligro, recalco que debemos cuidar y conservar este momento.
—¿Qué espera de China, históricamente siempre posicionada del lado norcoreano?
China es un actor vital. Los problemas coreanos no solo conciernen a ambas Coreas. Atribuimos buena parte del éxito de esta cumbre a EE.UU. porque mantuvo fuertes sanciones contra Pyongyang, pero a la vez Washington agradeció a China por su labor de persuasión, sea con presión o con negociación, frente al régimen de Kim. Los cuatro jugadores tenemos hoy la misma meta.
— ¿Qué expectativas tiene de la anunciada cita entre Donald Trump y Kim Jong-un?
Tengo altas expectativas, pero a la vez sé que entraña dificultades por los temas espinosos que abordará: la desnuclearización, la paz en la región, la relación diplomática entre EE.UU. y Corea del Norte. Ojalá que esa cumbre se produzca muy pronto para aprovechar el ambiente que hoy impera.
—Un gran punto de discordia es el de los ejercicios militares conjuntos de EE.UU. y Corea del Sur en la región...
De ese asunto se ha hablado antes de la cumbre, pasemos ahora a los acuerdos logrados tras este encuentro.
—¿Confía en que se cumplan los compromisos en el ámbito militar?
Así es. Se ha acordado terminar todo tipo de hostilidades e incrementar la confianza a través de reuniones periódicas entre los ministros de Defensa y reportes de las autoridades militares. Estos asuntos de seguridad se resolverán.
—¿La reunificación coreana es solo una ilusión?
Quién sabe cuándo ocurrirá ello. Por ahora hay unanimidad en que se ha dado el primer paso en la dirección correcta.Todo llegará con el tiempo, necesitamos mucha paciencia.