El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió este martes que Estados Unidos dispondrá de suficientes vacunas contra el coronavirus para todos los adultos del país antes de finales de mayo, dos meses antes de lo que se calculaba hasta ahora.
La Casa Blanca echará mano de una ley pensada para tiempos de guerra con el objetivo de garantizar la producción en masa de vacunas contra el coronavirus. Este martes anunció que dos rivales, Merck y Johnson & Johnson, colaborarán para producir millones de dosis del primer suero que requiere de una sola inyección aprobado en Estados Unidos.
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En una intervención en la Casa Blanca, Biden dijo que están en el buen camino “para tener suficiente vacunas para todos los adultos a finales de mayo”, y no a finales de julio, como pronosticó en febrero.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó este martes que la Administración del presidente Joe Biden ha conseguido un acuerdo para que Merck produzca en dos de sus plantas la vacuna de Johnson & Johnson que acaba de ser autorizada en el país y que estaba teniendo problemas en el proceso de fabricación para cumplir sus objetivos de entrega.
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Psaki indicó en su rueda de prensa diaria que este acuerdo “no tiene precedentes y es histórico, ya que dos empresas que usualmente son competidoras se unen para aumentar la capacidad de vacunación”.
La guerra contra la pandemia
El acuerdo con Merck invoca la ley de Producción de Defensa, una legislación para crisis bélicas ideada durante la Guerra de Corea (1950-53), para la fabricación de la vacuna contra el coronavirus y asegurarse de que las plantas de esta compañía tengan acceso preferencial a la maquinaría y materias primas necesarias.
Psaki aseguró que el Pentágono se encargará de facilitar la logística que permita aumentar la producción de la vacuna monodosis de Johnson & Johnson, que ha sufrido problemas en la manufactura y tuvo que reconocer que no cumplirá su contrato con el Gobierno federal en las primeras semanas.
Durante su mandato, el expresidente Donald Trump (2017-2021) también invocó esta ley pensada para emergencias para obligar a General Motors (GM) a producir respiradores al principio de la pandemia, aunque hizo un uso limitado de esta capacidad para forzar al sector privado a fabricar o dar preferencia a cierto tipo de producción necesario en época de guerra.
La portavoz de la Casa Blanca especificó que Merck apoyará a Johnson & Johnson en la parte final de sellado de los viales con el suero, así como en la producción de la vacuna, algo que podría iniciarse en junio.
Según la Casa Blanca, este acuerdo ha sido posible porque la vacuna de Johnson & Johnson usa una técnica similar a otras disponibles en el mercado para otras enfermedades, y que Merck fabrica.
Se da la circunstancia de que Merck, competidora de Johnson & Johnson, intentó sin éxito desarrollar dos vacunas contra el coronavirus.
Aceleración de la vacunación
Johnson & Johnson se comprometió la semana pasada a entregar 20 millones de dosis antes de finales de este mes, por debajo de los 37 millones comprometidos en su contrato con el Gobierno federal, algo que motivó la intervención del Ejecutivo estadounidense para encontrar una solución.
La Casa Blanca anunció este martes que Johnson & Johnson distribuirá inmediatamente cerca de 4 millones de dosis de su vacuna y esto permitirá aumentar las entregas de dosis a los estados a unas 15,2 millones semanales.
Biden se ha comprometido a vacunar a los 300 millones de estadounidenses antes del fin del verano, y para ello ahora cuenta tres vacunas autorizadas para uso de emergencia por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés): las de Pfizer/BioNTech y de Moderna (autorizadas en diciembre), y la de Johnson & Johnson, que recibió luz verde el pasado fin de semana.
La vacuna de Johnson & Johnson solo requiere de una dosis, no dos como en los casos de Pfizer y Moderna, y puede ser almacenada en refrigeradores normales por encima del punto de congelación sin problemas, lo que facilita enormemente la logística.
No obstante, es alrededor de un 30 % menos efectiva a la hora de evitar que el SARS-CoV-2 consiga manifestarse con un contagio de COVID-19, pero previene casi en su totalidad los casos graves de la enfermedad y por ende las hospitalizaciones y las muertes.
La mayor campaña de vacunación de la historia de Estados Unidos, que incluye el desarrollo en tiempo récord de vacunas, ha permitido inyectar 76,9 millones de dosis en el país en el 15 % de la población.
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