(Washington/EFE). La costa este de Estados Unidos trata de volver a la normalidad tras la tormenta Jonás del pasado fin de semana, con la reapertura de aeropuertos, carreteras y el transporte público a medio gas, pero con muchas escuelas y el gobierno federal aún cerrados ante la amenaza de que vuelva a nevar esta noche.
Las máquinas quitanieves siguen recorriendo este martes las principales calles y avenidas de la capital estadounidense, donde el Gobierno sigue cerrado, pero las calles secundarias siguen bloqueadas y la amenaza de nuevas precipitaciones se cierne sobre la costa este.
A pesar de que ya pasaron más de 48 horas desde que dejara de nevar, las acumulaciones persisten en las aceras, donde alcanzó récords históricos de más de 68 centímetros en las dos principales metrópolis afectadas, Nueva York y Washington.
El Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos pronosticó precipitaciones de lluvia para esta tarde, que en horas de la noche podrían tomar forma de nieve debido a las temperaturas bajo cero, pero no se han emitido nuevas alertas de temporal.
Mientras en Washington las escuelas públicas no reabrirán hasta este miércoles, en Nueva York los niños sí han ido al colegio, a pesar de que servicios como la recogida de basuras siguen suspendidos.
En el tercer día después del paso de la tormenta Jonas, los vuelos retrasados con origen o destino a Estados Unidos ascienden a 720, mientras que los cancelados son 678, según el portal especializado de seguimiento de vuelos flightaware.com.
El hielo es ahora el principal peligro ya que, a pesar de que la mayor parte de la nieve se ha retirado de las carreteras, las temperaturas bajo cero han provocado una capa helada que puede provocar patinazos tanto a vehículos como a viandantes.
Con la ciudad funcionando a medias, han surgido contradicciones como que los coches estacionados que siguen enterrados en la nieve están siendo multados por el ayuntamiento de Washington por mal aparcamiento pese a que sus dueños no pueden retirarlos.
El ayuntamiento ha elaborado un mapa de las calles más limpias de nieve, a través de las cuales los coches deberían circular.
El transporte público tanto en Washington como en Nueva York sigue sufriendo retrasos y modificaciones, algunas líneas de autobuses han sido suspendidas y los trenes exprés paran en todas las estaciones.
En Washington el transporte opera a medio gas, con la reapertura de algunas líneas de metro que tienen parte de su trayecto al aire libre, fuera de la ciudad, con lo que el aeropuerto Nacional Ronald Reagan, de vuelos internos, ha vuelto a quedar comunicado con el centro de la capital.
El metro estuvo totalmente inoperativo durante todo el fin de semana y comenzó a funcionar el lunes, solo en las estaciones subterráneas del centro de la ciudad, y con una frecuencia de 20 minutos entre convoy y convoy.
Por otro lado, el ayuntamiento de Washington ha activado un plan especial para cobijar a las personas sin techo debido al frío.
Las administraciones locales recomiendan a los ciudadanos trucos que van desde abrigarse hasta hacer estiramientos antes de despejar de nieve las entradas de su casa con la pala, y ofrecen protocolos de actuación para los que se queden atrapados en el coche, los que deban conducir o los que quieran sacar a pasear a su mascota.
Desde que comenzó la tormenta, 37 personas han fallecido como consecuencia de las inclemencias del tiempo, debido a accidentes de tráfico, hipotermia, intoxicaciones con estufas o incluso por ataques al corazón mientras quitaban nieve con la pala.
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— El Comercio (@elcomercio) enero 26, 2016
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