Estados Unidos no se recupera aún de su polarizante última elección presidencial y todo apunta a que se encamina a repetirla. Si no hay sorpresas, Donald Trump y Joe Biden serán, por segunda vez consecutiva, los candidatos de los dos partidos más poderosos en noviembre del 2024, convirtiéndose en los primeros aspirantes en tener una revancha electoral en el país en casi 70 años.
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Pese a haber perdido la última vez, Trump está firme en su postulación por el Partido Republicano. “Nunca abandonaría [la carrera electoral]”, dijo esta semana en su primera entrevista tras haber sido inculpado penalmente de 34 cargos criminales en una corte de Nueva York. El exmandatario enfatizó que ni siquiera una condena evitaría que busque volver a la Casa Blanca.
En la esquina del frente, el mandatario demócrata confirmó ayer lo que lleva meses adelantando: que buscará la reelección. Detalló que anunciará formalmente el inicio de su campaña “relativamente pronto”.
El liderazgo de ambos en sus partidos no parece estar amenazado. Trump no solo es el favorito para ganar la nominacón republicana, sino que su intención de voto aumentó luego de la acusación penal en su contra por cargos derivados de pagos para acallar a mujeres durante su campaña del 2016. En el lado democráta ni siquiera suenan opciones sólidas más allá de Biden.
Sin renovación
Las revanchas electorales por la presidencia no han sido comunes en Estados Unidos en décadas. La última fue la que protagonizaron Dwight Eisenhower y Adlai Stevenson en 1956.
Eduardo Gamarra, catedrático de la Universidad Internacional de Florida, considera que el posible segundo round entre Trump y Biden se explica porque tanto el Partido Republicano como el Demócrata están atrapados en una crisis generacional, de polarización y de confianza.
“Lo vemos sobre todo en el Partido Republicano, donde un grupo radical ha capturado al partido y va a determinar el futuro del bloque por lo menos en el próximo ciclo electoral. El Partido Demócrata tiene el mismo problema generacional: no saben cómo reemplazar el liderazgo”, remarca a El Comercio.
- Está previsto que el Partido Demócrata y el Partido Republicano inicien sus elecciones primarias en febrero del 2024.
- Con sus candidatos definidos, ambos partidos celebrarán sus convenciones. La demócrata será en agosto.
- Las elecciones presidenciales tendrán lugar el 5 de noviembre del 2024.
Aunque hay otros nombres entre las opciones republicanas, salvo Ron DeSantis (gobernador de Florida), ninguno tiene una posibilidad seria contra Trump, al menos hasta ahora.
“Está claro que la renovación de cuadros para ambos partidos no ha llegado. Y el hecho de que Trump vuelva a presentarse a pesar de haber sido derrotado en las urnas también nos habla de reciclaje de candidatos. Aunque se podía pensar que una derrota para Trump significaba el fin de su vida política, ha quedado claro que su proyecto político sigue muy vigente y, de hecho, es el centro en torno al cual gira el Partido Republicano”, dice a este Diario la analista internacional Brenda Estefan.
Explica que el respaldo a Trump se ve no solo en las bases, donde 54% considera que es el mejor candidato para la presidencia, sino también en el de los liderazgos, donde incluso figuras que se habían distanciado del expresidente han cerrado filas en torno a él en el tema del juicio penal en su contra.
En el lado demócrata, la candidatura de Biden se esperaba debido a la tradición que existe en Estados Unidos de que el mandatario en funciones busque su reelección para un segundo mandato. Además de no tener figuras que puedan competir con el actual presidente, para Gamarra el problema es que Biden tendrá 82 años en el momento de su eventual elección y 86 cuando termine su mandato.
“Es difícil para los demócratas conseguir un candidato como el presidente Biden, que es un candidato de centro y que puede balancear a la izquierda y la derecha del partido. ¿Quién puede suceder a Biden que no sea biden? Ese es el desafío más grande que tiene el partido”, dice Gamarra.
Los más longevos
Si Trump y Biden compiten una vez más por la Casa Blanca se volvería a batir un récord basado en la edad: gane quien gane, el próximo gobernante de EE.UU. será el más longevo de su historia.
Para los comicios del 2024, el actual jefe de Estado estará por cumplir 82 años y el líder republicano llegará con 78.
Llegó a la presidencia con 78 años y hoy tiene 80.
Llegó a la presidencia con 70 años y gobernó hasta los 74.
Llegó a la presidencia con 69 años y gobernó hasta los 78.
La última vez que llegó a la presidencia tenía 79 años y gobernó hasta los 89.
Alcanzó la presidencia con 77 años y gobernó hasta los 79.
Arribó a la presidencia interina con 76 años.
La última vez que llegó a la presidencia tenía 75 años y gobernó hasta los 80.
El factor de la edad es más apremiante para el líder demócrata, cuyos lapsus o tropiezos ante cámaras se han viralizado en las redes sociales.
Estefan apunta que Biden está redoblando los esfuerzos para que la edad no resulte relevante. Por ejemplo, considera que uno de los mensajes de su visita a Ucrania buscaba llegar al electorado estadounidense para decirles que Biden sigue siendo lo suficientemente fuerte como para viajar a la capital de un país en guerra.
“Sin embargo, la realidad se puede imponer. En la medida en que haya más episodios en que se le noten distracciones o lapsus, el factor de la edad podrá pesar negativamente en su campaña, pues seguramente los republicanos querrán hacer leña del árbol caído. Biden y Trump no se llevan tantos años entre sí, pero claramente Trump se muestra con más vitalidad”, concluye la experta.
Eduardo Gamarra
Catedrático de la Universidad Internacional de Florida
Hace décadas no había una revancha en Estados Unidos, menos con un tono como el que tendría la de Donald Trump y Joe Biden. Incluso en las peleas electorales más duras, como la de Reagan y Mondale y incluso la de Reagan y Carter, no se veía un enfrentamiento político como el actual. Si bien era dura la pelea, los oponentes eran adversarios, no enemigos. Hoy, con la grave polarización que ha sufrido Estados Unidos, estamos en una situación donde verdaderamente la gente piensa que estamos en un momento de polarización extrema donde el republicano y el demócrata se ven como enemigos, en lugar de un adversario casual en un proceso electoral.
En lo que va del siglo no ha habido un enfrentamiento de dos personas tan mayores en Estados Unidos, Ronald Reagan fue quizás el más antiguo, pero sus contendores no eran de la misma edad. Eisenhower, Truman y Roosevelt eran personas relativamente jóvenes en el contexto actual, pero sus contendores no eran mayores. Esto es algo inusual y que probablemente no se va a repetir en muchísimo tiempo.