La sonda Dart de la agencia espacial estadounidense NASA se estrelló contra un asteroide este lunes, destruyéndose a sí misma.
La colisión fue intencional y diseñada para probar si las rocas espaciales que pueden ser una amenaza para la Tierra podrían se apartadas o desviadas de manera segura.
MIRA: Cómo era la vida de las mujeres en Irán antes de la Revolución Islámica
La cámara de Dart ofreció una imagen por segundo, justo hasta el momento del impacto con el objetivo, un asteroide de 160 metros de ancho llamado Dimorphos.
Pasarán algunas semanas antes de que los científicos de la misión dirigida por la NASA sepan si su experimento funcionó correctamente.
Determinarán el éxito estudiando los cambios en la órbita de Dimorphos alrededor de otro asteroide conocido como Didymos.
Más de dos docenas de telescopios en la Tierra harán mediciones precisas del sistema de dos rocas.
Antes de la colisión, Dimorphos tardaba aproximadamente 11 horas y 55 minutos en rodear a su compañero de 780 metros de ancho.
Esto debería reducirse unos minutos después de la colisión.
Según lo planeado
Según las imágenes llegadas desde una distancia de 11 millones de kilómetros, durante la prueba todo parecía ir exactamente según lo planeado.
La sonda Dart, que se movía a una velocidad relativa de 22.000 km/h, primero tuvo que distinguir la roca más pequeña de la más grande.
El software de navegación a bordo luego ajustó la trayectoria con disparos de propulsores para asegurar una colisión frontal.
Dart es un acrónimo de Double Asteroid Redirection Test (prueba de redirección de doble asteroide).
Fue diseñada para hacer "exactamente lo que dice (su nombre)", apuntó a la BBC el líder de la misión, Andy Rivkin, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins.
"Esta técnica, llamada 'técnica del impactador cinético', podría usarse si hubiera un asteroide que se acercara en algún momento en el futuro", detalla.
"Es una idea muy simple: golpeas la nave espacial contra el objeto que te preocupa, y usas la masa y la velocidad de tu nave espacial para cambiar ligeramente la órbita de ese objeto lo suficiente como para que no toque la Tierra", explica.
Asteroides seleccionados
Dimorphos y Didymos fueron elegidos cuidadosamente.
Ninguno de los dos estaba en camino a cruzarse con la Tierra antes de la prueba y una pequeña alteración en su relación orbital no habrá aumentado el riesgo de que esto suceda.
Pero hay rocas en el espacio que podrían representar un peligro para nosotros.
Aunque los estudios han identificado más del 95% de los monstruosos asteroides que podrían provocar una extinción global si chocaran con la Tierra, esto parece que no sucederá con ellos. Sus trayectorias han sido calculadas y no se acercan a nuestro planeta.
Sin embargo, hay muchos objetos más pequeños hasta ahora no detectados que podrían causar estragos, aunque solo sea a escala regional.
Un objeto de la escala de Dimorphos causaría un cráter de quizás 1 kilómetro de ancho y un par de cientos de metros de profundidad en la Tierra.
El daño en los alrededores del impacto sería importante.
De ahí surge la idea de probar si se puede desviar un asteroide para que vaya un poco más lento o más rápido.
El cambio de velocidad no tendría que ser tan grande, especialmente si se hace muchos años antes de la esperada colisión con la Tierra.
"Una analogía es si llevas un reloj de pulsera y lo dañas, y comienza a andar un poco más rápido", explica Nancy Chabot, científica de la misión Dart.
"Es posible que no notes el error en el primer o segundo día, pero después de unas pocas semanas comenzarás a notar que el reloj ya no marca la hora correcta", detalla.
El envío de imágenes de Dart puede haber terminado abruptamente con el impacto, pero deberíamos obtener imágenes adicionales de una nave espacial espectadora.
Un pequeño satélite italiano siguió a la sonda principal tres minutos por detrás y se alejó a la distancia segura de 50 km.
Los datos del LiciaCube se transmitirán a la Tierra en los próximos días.
Debería haber visto la columna de escombros causada por la colisión de Dart.
Dentro de cuatro años, la Agencia Espacial Europea (ESA) tendrá tres naves espaciales, conocidas colectivamente como la misión Hera, en Didymos y Dimorphos para realizar estudios de seguimiento.