“Siempre me ha fascinado internet, desde que tengo uso de razón”, dice Adnan Ebrahim.
“Pasé mi adolescencia en línea, construyendo comunidades y negocios, creciendo en los suburbios de Surrey (Reino Unido)”, cuenta el emprendedor tecnológico de 30 años.
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La primera vez que vio el potencial financiero de internet, explica, “fue después de comenzar a vender unas pulseras populares en 2005-2006 a mis compañeros de la escuela”.
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Desde su habitación, cuando era estudiante, fundó el sitio web Car Throttle, una comunidad en línea para entusiastas de los automóviles.
Eso fue una muestra de que desde temprana edad tenía un espíritu emprendedor. Aunque rápido obtuvo ingresos increíbles, tenía el temor de contarlo, incluso a sus padres.
“Una segunda vida”
El primer negocio de Ebrahim fue con internet como herramienta.
Explica que en sitios de ventas en línea como eBay las cosas “costaban 10 veces más que en la vida real”, así que hacía subastas y envíos de pulseras.
“Conseguía que mi madre corriera a las tiendas y comprara tantas como pudiera”, lo que le hizo ganar “bastante dinero para ser un niño de escuela”.
Luego, a los 16 años, intentó vender iPods, pero lo engañó un proveedor: “Perdí un par de miles de libras... resultó ser un vendedor falso”.
Así que decidió ingresar al mundo de los blogs, algo que resultaría mucho más lucrativo.
Le encantaban los coches, así que empezó a escribir sobre ellos. Pero fue un proyecto secreto en sus inicios.
“Regresaba a casa de la escuela todos los días, escribía algunos artículos, publicaba. Al día siguiente, miraba cómo les iba, veía el tráfico... miraba cuántos centavos ganaría con los clics de AdSense”, explica.
Ebrahim vio que tenía los ingredientes para un negocio en línea exitoso cuando los centavos se convirtieron en “diez, veinte, cincuenta, cien... un par de miles de dólares al mes”.
Vendió el negocio a los 18 años, después de haberlo mantenido en secreto ante sus padres hasta que necesitó la firma de los documentos legales necesarios.
“Fue extraño, pero me gustó el hecho de que nadie más supiera lo que estaba haciendo. Fue como una segunda vida que tuve en línea”, recuerda.
“Estaba un poco avergonzado”
También tardó en contarles a sus amigos sobre su éxito.
“Nadie lo sabía. Aparte de mi familia, no le había dicho a ninguno de mis amigos. Lo había mantenido bastante en secreto”.
“Estaba un poco avergonzado de haber creado esta segunda vida que nadie más conocía. Había estado escribiendo y blogueando; tenía un poco de miedo de lo que la gente pensaría al respecto”, explica.
Incluso una vez que dejó la escuela y fue a la universidad, donde lanzó Car Throttle, decidió no compartir esta parte de su vida con sus amigos.
“No les dije a mis compañeros de piso hasta el segundo año de vivir con ellos... no tenían idea de que lo estaba haciendo”, dice.
El periodista y autor Trevor Clawson ha estado escribiendo sobre nuevas empresas tecnológicas y firmas de rápido crecimiento durante más de una década. Dice que este grado de secreto no es infrecuente entre los emprendedores.
“Hay una serie de razones por las que pueden optar por mantener un perfil bajo, al menos al principio”, explica.
“El miedo a la crítica puede ser un factor. Cuando estás desarrollando una idea, no es necesariamente útil la crítica de amigos o socios que no comprendan el concepto, especialmente antes de que se haya desarrollado por completo”.
Momento “Batman”
Ebrahim dice que le tomó “bastante tiempo” darse cuenta de que su negocio era lo suficientemente interesante como para compartirlo con sus amigos:
“Pensé que era un poco geek y que la gente realmente no se conectaría con él”. Las actitudes hacia las empresas tecnológicas eran diferentes entonces a lo que son ahora, recuerda: “Creo que las vidas digitales se veían un poco turbias.
“Una parte secreta de mi personalidad existía en línea y eso no era algo que estuviera dispuesto a compartir con el resto del mundo en ese entonces”.
Recuerda claramente el momento en que se abrió con su compañero de piso sobre Car Throttle, pero no fue el momento de “revelar al Batman” que estaba esperando.
“Dije, tengo algo muy importante que contarte. Tengo este sitio web. Y lo recuerdo diciendo ‘¿y qué?’ simplemente no era la gran cosa para él”, relata.
Pero no mucho después la palabra “millón” comenzó a aparecer en su hoja de cálculo.
“El número del millón comenzó a llegar bastante rápido, en 2013, 2014, tanto en términos de la valoración de nuestro negocio, en términos de alcanzar nuestro primer millón de libras en ingresos, alcanzar nuestro primer millón de suscriptores en YouTube, tener nuestro primer millón de fans en Facebook... realmente estábamos ganando ritmo”, explica.
Vendió Car Throttle en 2019 a Dennis Publishing, habiendo conseguido una audiencia de más de 15 millones de seguidores y 2.500 millones de visualizaciones de videos.
Douglas McCabe, experto en tecnología y medios, y director ejecutivo de Enders Analysis, dice que si bien el negocio no es el más valioso en términos de ingresos, su alcance y audiencia tienen un gran atractivo.
“Ofrece una nueva audiencia, con un 60% de los clientes menores de 35 años. Su alcance social es particularmente valioso, siendo aproximadamente 14 y 17 veces mayor que Auto Express y Car Buyer, dos de los títulos de automóviles de Dennis”, señala.
Perseverar
Ebrahim fue nombrado uno de los 30 menores de 30 años más exitosos de la revista Forbes en 2020.
Dice que si bien no se arrepiente de las decisiones que tomó en el pasado, incluso de los errores, desearía haber sido “más agresivo con las oportunidades”.
“Creo que cuando eres tan joven, tienes muchos complejos de inferioridad”, agrega.
Ben Laker, profesor de liderazgo en Henley Business School, dice que los líderes empresariales jóvenes a menudo tienen miedo de ser dueños de su éxito.
Ebrahim ahora es director ejecutivo de MindLabs, una startup de salud mental, cofundada con su socio comercial Gabor Szedlak, para “hacer del mundo un lugar más feliz”.
Y tiene algunos consejos para los emprendedores tecnológicos en ciernes: “No es un camino fácil hacia el éxito, hay muchos obstáculos en el camino. Tienes que darte cuenta de que vas a cometer errores y eso es completamente normal”.
“La perseverancia es una de las principales cosas que necesitas. Muchas veces es difícil, simplemente no hay otra palabra para describirlo”.
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