Ellen Cadman-Smith era trabajadora escolar de Cowes Enterprise College. (FOTO: Facebook - Archivo Particular).
Ellen Cadman-Smith era trabajadora escolar de Cowes Enterprise College. (FOTO: Facebook - Archivo Particular).

Un caso de acoso sexual conmociona a . Una mentora de una escuela secundaria le envió a un alumno adolescente alrededor de 3.000 mensajes de texto “abiertamente sexuales”, determinaron las autoridades.

Se trata de Ellen Cadman-Smith, de 24 años, una trabajadora escolar de Cowes Enterprise College, en la localidad de Sandown, Isla de Wight, en Inglaterra (Reino Unido), quien le escribió en repetidas ocasiones a un joven de 15 años. Entre los mensajes, se conocieron chats en los que la mujer le dice al menor que está “loca por él” y que “estaba pensando en él sin parar”.

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A principio de este mes, el Tribunal de la Corona de la Isla de Wight conoció el contenido de los mensajes. “Creo que me estoy enamorando de ti” y “Te deseo tanto” son otros de los chats que le envió la mentora escolar al joven.

El caso se conoció luego de que la mamá del joven encontró mensajes de alguien llamado ‘E’ en el teléfono de su hijo y alertó a la Policía, que la localizó.

Otro de los mensajes hallados da cuenta de un supuesto encuentro que sostuvo Cadman-Smith con el joven. “No puedo tenerte y sabes por qué”, le escribió minutos antes de que, al parecer, se encontraron en el carro de la mentora.

Un jurado determinó que Cadman-Smith tuvo una comunicación sexual con un niño y la jueza Susan Evans KC le impuso una orden de prevención de daños sexuales de cinco años.

Cuando los reporteros del diario The Sun le preguntaron hace unas semanas si le gustaría expresar algún remordimiento por su comportamiento, la mujer se mantuvo callada y se fue antes de que su prometido, quien la compañaba, declarara ante los medios de comunicación: “Nunca habrá una disculpa”.

El tribunal que asumió el caso determinó que Cadman-Smith era mentora en el momento del delito. Su trabajo, al que se vinculó desde 2017, consistía en apoyar el “comportamiento, la salud mental y las dificultades de aprendizaje” de los alumnos.

En el proceso, la mujer, que presenta un cuadro de “ansiedad extrema”, fue considerada “no suficientemente apta mentalmente” para declararse culpable o ser juzgada. En cambio, se llevó a cabo un atípico caso de ‘juicio de emisión’ en su ausencia en el que se le pidió al jurado que decidiera si ella era responsable de los actos, y se determinó que sí.

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