Edimburgo (AP)
Los dos bandos en el debate por la independencia de Escocia se lanzaron el martes a ganar los votos de los indecisos cuando faltaban apenas 48 horas para el referéndum sobre la separación.
En un debate cada vez más agitado, los antiindependentistas dicen que la separación provocaría el derrumbe de la economía, en tanto los partidarios del "Sí" acusan a sus adversarios de alentar el miedo.
Tras el último avance de los independentistas en las encuestas, la campaña por el "No" trata de convencer a los escoceses que tendrán mayor autonomía si no se separan.
El primer ministro David Cameron, el dirigente laborista Ed Miliband y el liberal demócrata Nick Clegg firmaron un compromiso publicado el martes en el diario Daily Record en el que prometen a los escoceses "nuevos y amplios poderes" —incluido el de cobrar impuestos— si permanecen en el Reino Unido.
El laborista Douglas Alexander dijo que el No significaría "cambios más rápidos, seguros y mejores para Escocia", mientras que la independencia traería "riesgos, incertidumbre y costos".
"Faltando 48 horas, ni siquiera pueden decirnos qué moneda usaremos", dijo Alexander a los partidarios del No en el distrito financiero de Edimburgo.
El gobierno escocés, que promueve la independencia, dice que Escocia seguirá usando la libra esterlina, pero Londres insiste que no aceptará una unión monetaria.
La campaña por el Sí sostiene que las promesas de nuevos poderes son vagas y revelan la desesperación del bando contrario.
"Esta oferta de nada, producto de la desesperación y hecha a último momento, no disuadirá al pueblo escocés de aprovechar la gran oportunidad de poner el futuro de Escocia en manos de Escocia el próximo jueves", dijo el primer ministro Alex Salmond a la BBC.
Las encuestas indican un resultado por estrecho margen, y algunos cientos de miles de votantes indecisos podrían determinar si Escocia pone fin a 307 años de unión con Inglaterra.