Así como Gregorio Samsa, el protagonista de la novela “La Metamorfosis” de Kafka, amaneció un día convertido en cucaracha, la vida política francesa se transformó el 12 de febrero pasado cuando -por primera vez en el país- un político se retiró de una contienda electoral -por la Municipalidad de París- debido a la difusión de unos videos íntimos: el candidato macronista, Benjamin Griveaux, había intercambiado de manera consentida con Alexandra de Taddeo, una joven abogada de 29 años, imágenes de sí mismo masturbándose.
En realidad no se le puede acusar de nada ilegal a Griveaux, menos en un país que, hasta ese día, le daba muy poca importancia a lo que hicieran los políticos con su vida íntima, mientras no se tratara de actos de corrupción. Era un secreto a voces que el ex presidente Mitterrand tenía otra pareja, además de la oficial Danielle y que el recientemente fallecido ex presidente Jacques Chirac era un irreductible Don Juan.
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Nada de eso afectó sus carreras políticas, confiados como estaban en que en Francia no existen los tabloides escandalosos al estilo británico, ni la puritana ligereza con la que se difunden en Estados Unidos los actos privados de los políticos, al amparo de la primera enmienda de la Constitución, que defiende la libertad de expresión sin concesión por la vida íntima de los hombres públicos.
El video fue colgado en la página web Pornopolitique, creada en noviembre del 2019, por un performer y activista ruso, Piotr Pavienski, actual pareja de Alexandra de Taddeo, quien le había contado el intercambio erótico que sostuvo con Griveaux hace más de un año. Bastaron unos minutos para su ejecución pública ante una opinión pública impávida. Sin ninguna capacidad de reacción y, probablemente aterrorizado ante la idea de la difusión de otros videos, renunció inmediatamente a la candidatura.
El activismo de Pavienski es bastante narcisista y provocador. Más cercano a la delincuencia que a la política. En el 2012 se cosió los labios en apoyo al grupo de rock Pussy Riot. En el 2013 se clavó el escroto en los adoquines de la Plaza Roja. En el 2015 prendió fuego a la sede de la FSB (antigua KGB soviética). En el 2017 llegó a Francia con su conviviente y sus dos hijas tras ser acusado de violar a una actriz y agredir al esposo de esta. Nadie se explica la rapidez con la que se le concedió el estatus de refugiado político: 4 meses, un récord que despierta sospechas sobre sus vínculos.
Siete meses después, incendió el Banco de Francia y fue condenado a tres años de cárcel, de los cuales cumplió once meses. Durante una reunión de año nuevo en un lujoso departamento de París a la que Pavienski asistió con de Taddeo, acuchilló a dos personas tras un intercambio de palabras.
Pavienski y Taddeo fueron detenidos por dos días e inculpados por atentado a la intimidad y a la vida privada. Un delito que se castiga con dos años de cárcel y 60 mil euros de multa. El autor ha reivindicado el acto y afirma que le robó los videos a la novia, pero hasta ahora no se sabe de quién es la mano que mece la cuna o si se trata de un simple mercenario que ofrece su sitio web al mejor postor.