El camino fue “muy largo, muy oscuro y muy aterrador”. Así describió a la BBC Kameel Ahmady, un académico británico-iraní que enfrenta 9 años de cárcel en Irán, cómo escapó a pie por las montañas para comenzar una nueva vida en Reino Unido.
MIRA: COVID-19 | Los síntomas más frecuentes causados por la variante británica del coronavirus
Ahmady fue condenado hace dos meses por colaborar con un gobierno hostil a Irán, cargo que él niega.
- Boris Johnson ordena confinamiento total en Inglaterra por nueva variante más contagiosa del coronavirus
- La escalada de tensión entre la Unión Europea y Reino Unido por las vacunas contra el coronavirus
- Alemania prohíbe entrada a viajeros provenientes de los principales países con variantes de COVID-19
El académico decidió entonces huir mientras estaba en libertad bajo fianza y apelando la sentencia.
Y para escaparse de la Guardia Revolucionaria escogió un camino difícil y solitario cruzando una frontera montañosa.
MIRA: La historia del británico que despertó tras diez meses en coma y recién se va a enterar qué es coronavirus
¿Quién es Kameel Ahmady?
Kameel Ahmady nació en el oeste de Irán en una familia de ascendencia kurda. Sin embargo, sus padres lo enviaron a Reino Unido cuando tenía 18 años para que estudiara.
Permaneció allí muchos años, estudiando en la Universidad de Kent y en la London School of Economics.
Antes de regresar a Irán para trabajar como antropólogo, obtuvo la ciudadanía británica.
Su investigación se centra en el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina (MGF) en Irán.
Esto llamó la atención de las autoridades porque hizo campaña para elevar la edad en la que las niñas pueden casarse, que actualmente es 13 años.
La detención
Una mañana de agosto de 2019, un hombre tocó a su puerta en Teherán diciendo que era cartero.
Ahmady abrió la puerta y entraron 16 guardias revolucionarios. Fue arrestado y llevado a la prisión de Evin, de Teherán, famosa por ser el principal lugar de detención de presos políticos e intelectuales.
El académico dijo que estaba en la mira de las autoridades iraníes no solo porque tenía doble nacionalidad, sino también porque Irán quería tomar represalias después de que Reino Unido se apoderara en julio de 2019 de un barco petrolero iraní frente a Gibraltar que se sospecha que infringía las sanciones de la Unión Europea.
“Al tener doble nacionalidad, siempre eres un caso potencial”, le dijo a la BBC.
“Mi interrogador principal dijo: ‘Eres (un caso) muy atractivo’, a) porque yo era kurdo; b) venía de un trasfondo religioso sunita en oposición a la mayoría de los chiítas en Irán; y c) era un investigador que estaba desenterrando temas delicados’”, cuenta.
“Y yo no solo era un simple investigador, en realidad estaba actuando sobre mi investigación y utilizándola para crear conciencia”, agregó.
“Me trataron, a un nivel humano, bien. Pero no subestimes el concepto y la seriedad de la llamada ‘tortura blanca’, la presión psicológica que ejercen sobre ti. Y todos estos métodos se juegan etapa por etapa, y están muy bien entrenados en cómo ejercer un poco más de presión cuando es necesario.
“Hay todo tipo de juegos mentales, es casi como una negociación. Tú me das esto, yo te daré aquello: un minuto de llamada telefónica requiere todo tipo de negociación con tus interrogadores o cinco minutos de aire fresco extra que la media hora a la que tienes derecho.
“Y esto se pone realmente triste y mezquino porque quieres que te interroguen aún más, para no volver a la celda, que es casi como una tumba”, recuerda.
Después de tres meses fue puesto en libertad antes del juicio, pero estaba siendo vigilado de cerca.
Momento de decisión
En diciembre pasado, Ahmady fue condenado por colaborar con un gobierno hostil, algo que él niega, después de que los fiscales afirmaron que una organización benéfica para la que había trabajado una vez había recibido financiación de Estados Unidos.
También enfrentó varios otros cargos, incluida la promoción de la homosexualidad en su investigación.
Fue sentenciado a más de nueve años de cárcel y se le impuso una multa de más de US$683.000.
Mientras estaba en libertad bajo fianza decidió que debía huir de Irán.
“La apelación fue anulada. Ese fue el momento en que decidí escapar porque no podía verme en prisión 10 años y ver a mi hijo crecer desde la distancia. Para cuando me hubieran liberado... si lo hacían, mi hijo tendría 15 años”, dijo a la BBC.
Entonces, sin decirle a nadie más que a su familia cercana, Ahmady huyó en secreto, atravesando las montañas a pie.
“Simplemente me fui. Empaqué mi bolso con un equipo para afeitar, algunos libros y una computadora portátil”, detalló.
“Y ropa abrigada porque sabía que tenía que salir de forma clandestina de ese tren en las montañas. Hacía mucho frío, era muy largo (el viaje), muy oscuro y tenía mucho miedo”, afirmó.
“Tuve que dejar atrás todo lo que amaba, por lo que trabajaba, todas mis conexiones humanas. Fue muy triste y aterrador. Si me arrestaban, habría regresado ante el juez, y Dios sabe cuáles serían los otros escenarios”, especuló.
“Fue una decisión muy dura y difícil. Fue emocionalmente difícil. Fue física, mentalmente difícil. Fue una decisión que tomé en contra de mi voluntad. Me echaron. Y eso fue muy triste”, reconoció.
Ahmady enfrenta ahora un futuro incierto en Reino Unido, sin trabajo.
“Tenía que hacer lo que tenía que hacer. No podía quedarme y pasar 10 años (en prisión). Puedo ser mucho más útil fuera y tengo una responsabilidad hacia mi familia”, justifica.
La pregunta ahora es cómo podría responder Teherán y qué impacto puede tener sobre otros ciudadanos iraníes con nacionalidad británica.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Qué es la “frontera chica” de México, la zona clave para todo tipo de tráfico ilegal a EE.UU.
- Muere por coronavirus la influencer brasileña que negaba la pandemia y asistía a fiestas clandestinas
- El escándalo por la suspensión de la compra de acciones como GameStop que se habían disparado por usuarios de Reddit
- Qué se sabe del asesinato a plena luz del día del popular presentador ecuatoriano Efraín Ruales
- Chile: condenan a 16 años de cárcel a carabinero por el asesinato de Camilo Catrillanca