Cuando Arrabella se dio cuenta de que alguien había arrancado un árbol de una calle en el centro de Londres, decidió hacer algo respecto.
 


Esta niña de siete años juntó todo el dinero que tenía ahorrado y compró un arce.

Convenció a su padre para que lo plantase, y él esperó a que llegara la noche para empezar a cavar un pozo en plena calle Oxford, para cumplir con los deseos de su hija.

¿Adivina cuál fue la respuesta de las autoridades municipales?


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