Hace unas semanas, Cundinamarca se conmocionó con el caso de la psicóloga de 42 años Adriana Pinzón, cuyo cuerpo fue hallado en una zanja ubicada a un costado de una vía de la vereda Río Frío, en Zipaquirá, tras 20 días de haber sido reportada como desaparecida.
Jonathan Torres, su cuñado, reconoció su participación en los hechos, aceptó los cargos que se le imputaron por los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada y accedió a firmar un preacuerdo con la Fiscalía para señalar a otras personas que también estarían involucradas en el caso.
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En las últimas horas, Noticias RCN reveló los audios en los que el confeso asesino acepta su responsabilidad en el crimen y, además, le pide perdón a la familia de Adriana y se compromete a colaborar con la justicia para esclarecer el caso.
“Me arrepiento mucho del acto que cometí. En su momento entregaré (sic), haré lo posible por poder ayudar, como siempre he estado ayudando, a la Fiscalía en esclarecer los hechos”, asegura Torres, quien dice que se encuentra “muy arrepentido” porque sabe que “es una excelente familia, muy amorosa”.
El señalado ha dicho que más personas están involucradas en el caso, aunque ha aclarado que no pertenecen a la familia de Adriana.
En los audios, Torres dice: “No soy perfecto, como cualquier ser humano. Lo lamento mucho. Pero también pido por mi seguridad y por mi bien y que me sea respetado esto. Claro que soy consciente del acto que cometí, que pido perdón”.
Cuando se le pregunta por las razones que lo llevaron a cometer el crimen, responde: “Fue algo pasional, algo emocional”. Y dice: “Me acaloré. Lo siento. Perdí el control de mí mismo, señora juez. La verdad, lo lamento mucho”.
¿Qué se sabe del caso?
En julio pasado, Jimmy Pepinosa, abogado de Torres, explicó que el móvil de la desaparición y el asesinato de Pinzón habría sido de carácter económico y tendría como objetivo un millonario robo que pretendían hacerle a la mujer. Los delincuentes querían quitarle sus ahorros y quedarse con un millonario seguro que Pinzón habría firmado recientemente.
La Fiscalía señaló que, “previo aval judicial, recibiría una pena de 28 años de prisión y deberá pagar una multa de 600 salarios mínimos mensuales vigentes; además de inhabilidad para ejercer cargos públicos”.
De la misma forma, Pepinosa aseguró que su apoderado habría solicitado protección tanto para él como para su esposa, la hermana de la víctima, a cambio de aportar toda la evidencia posible en el caso. Luego de esta reunión se supo que todo el entramado logístico para quitarle la vida a Adriana y luego desaparecer su cuerpo fue orquestado en compañía de un tercero.
Según el fiscal del caso, “la Fiscalía cuenta con abundante material de prueba y evidencia física que da cuenta de que Torres Campos habría sido la última persona que vio a la víctima con vida. Asimismo permitieron detectar las contradicciones en las que, supuestamente, incurrió para evitar que los investigadores lo descubrieran y ubicaran el cuerpo de su cuñada”.