Los entonces presidentes Alberto Fujimori y Jamil Mahuad se abrazan después de firmar el Acuerdo de Brasilia, el 26 de octubre de 1998. Carlos Menem (Argentina) y Fernando Cardoso (Brasil) a los extremos.
Los entonces presidentes Alberto Fujimori y Jamil Mahuad se abrazan después de firmar el Acuerdo de Brasilia, el 26 de octubre de 1998. Carlos Menem (Argentina) y Fernando Cardoso (Brasil) a los extremos.
/ LINO CHIPANA / EL COMERCIO / ARCHIVO
Renzo Giner Vásquez

Con el intercambio de plumas y un abrazo, los entonces presidentes del Perú y Ecuador, y , respectivamente, ponían fin a más de 150 años de conflictos armados entre sus países y sellaban la paz.

MIRA: Los 3 grandes retos que enfrentará Daniel Noboa, el presidente más joven de la historia de Ecuador

El simbólico acto se produjo en Brasilia, ante la atenta mirada de los mandatarios de los países que trabajaron como garantes del proceso. Ellos fueron el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el argentino Carlos Menem, el chileno Eduardo Frei y, en representación del gobernante estadounidense Bill Clinton, Thomas McLarty.

La firma del denominado Acuerdo de Paz de Brasilia, estampada el 26 de octubre de 1998, definía finalmente las fronteras entre el Perú y Ecuador, y fue el corolario de 44 meses de negociaciones iniciadas luego del último enfrentamiento armado entre ambas naciones. El último jueves, 25 años después, la canciller peruana, Ana Cecilia Gervasi, anunció que la Unesco incluirá ese acuerdo en el registro nacional Memoria del Mundo.

— El último choque —

Durante enero y febrero de 1995, los ejércitos del Perú y Ecuador chocaron en el denominado conflicto del Alto Cenepa, enfrentamiento que si bien no llegó a evolucionar hasta una declaración de guerra causó estragos suficientes para alertar sobre la fragilidad en la que se encontraba la demarcación fronteriza de ambos países, determinada en el Protocolo de Río de Janeiro de 1942, el mismo que puso fin a la guerra desatada un año antes.

Luego de tres semanas de combates, se firmó el alto el fuego en Brasil, donde se activó la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú (Momep), punto de partida para la negociación por la paz definitiva.

Entre enero y octubre de 1996, los cancilleres del Perú y Ecuador, Francisco Tudela y Galo Leoro, respectivamente, sentaron los acuerdos de carácter procesal durante sus reuniones celebradas en Lima, Quito, Buenos Aires y Santiago de Chile.

“Lo más difícil para los diplomáticos ecuatorianos no fue la negociación misma, sino el convencimiento interno. Tuvimos que crear conciencia ante personas que no querían voltear la página”, recordaba en el 2010 para El Comercio Diego Ribadeneira, vicecanciller ecuatoriano durante las negociaciones.

Para diciembre de 1996, ambos países conformaron sus respectivas delegaciones para negociar. En ese contexto, el canciller Tudela invitó al ya reconocido catedrático en derecho internacional público y presidente del Centro Peruano de Estudios Internacionales, Eduardo Ferrero Costa, para que fuera uno de los cinco miembros del grupo.

Soldados peruanos levantan sus armas tras una misión exitosa por el Amazonas en febrero de 1995, durante el conflicto del Cenepa.
Soldados peruanos levantan sus armas tras una misión exitosa por el Amazonas en febrero de 1995, durante el conflicto del Cenepa.
/ AFP ARCHIVO

— El camino a la paz —

En julio de 1997, el canciller Tudela renunció a su cargo luego de un escándalo que reveló que el régimen fujimorista espiaba a la oposición. Ferrero, entonces, asumió el cargo, con la mira puesta en el proceso de paz.

“Tuve que ser muy claro en un pedido que no era aceptable. Ecuador deseaba lograr un acceso soberano al Marañón-Amazonas, lo que iba contra los intereses nacionales”, recuerda el excanciller Ferrero en conversación con este Diario.

Durante el siguiente año y medio, el diplomático se encargó de conducir las conversaciones con el país vecino, consiguiendo ampliar la agenda y suscribiendo el acuerdo de integración, vecindad y desarrollo que promueve el desarrollo en la zona fronteriza.

“Eso contribuyó para mejorar la situación de las zonas fronterizas. Y, además, para crear un fondo binacional de desarrollo que buscara el financiamiento para hacer esos planes”, explica.

“Estuve en contra de ceder Tiwinza y hoy pienso lo mismo, pero eso no afecta la validez de los acuerdos de Brasilia”.

Eduardo Ferrero Costa, Excanciller del Perú

Eduardo Ferrero Costa,

— Un final accidentado —

El excanciller Ferrero recuerda a El Comercio que una de las grandes victorias conseguidas en las mesas de negociación fue el reconocimiento de los expertos técnicos jurídicos asignados por los países garantes sobre la demarcación fronteriza. “En su informe de mayo de 1998, los expertos le dieron la razón al Perú”, recuerda.

Un par de meses después, sin embargo, el proceso estuvo al borde de fracasar luego de que se detectara la infiltración de soldados ecuatorianos en suelo nacional. “Yo nunca perdí la esperanza, pero sí enfrenté aquel momento complicado. Había dos opciones [cuando entraron los soldados]: la militar, a favor de la cual estaban nuestros altos mandos castrenses, y la diplomática, que yo propuse con el apoyo de los garantes y la buena voluntad del Gobierno Ecuatoriano. Esta segunda opción fue la que decidió el presidente Fujimori, lo cual refleja la permanente vocación de paz en el proceso, defendiendo el interés nacional”, sostiene Ferrero.

Superado ese obstáculo, el proceso dio pie a la denominada diplomacia presidencial, donde Fujimori sostuvo reuniones con Mahuad. Fue en uno de esos encuentros donde se negoció en secreto la cesión de un kilómetro cuadrado en Tiwinza, lo que causó la renuncia de Ferrero al cargo poco antes de la firma definitiva de la paz, según señala en su libro “Perú-Ecuador: el proceso para lograr la paz”.

Su puesto fue ocupado por Fernando de Trazegnies, quien estaba al tanto de las reuniones entre ambos mandatarios, según Ferrero. “Estuve en contra de ceder Tiwinza y hoy sigo pensando lo mismo, pero eso no afecta la importancia, validez y acierto de los acuerdos de Brasilia. Han transcurrido 25 años, hoy es parte de la historia. Y, en cualquier caso, es un capítulo cerrado entre los otros que se vivieron en las complejas negociaciones. No hay acuerdos perfectos, pero este es producto del esfuerzo de muchos peruanos y ecuatorianos que llevaron a una nueva etapa la relación entre ambos países”.

Contenido sugerido

Contenido GEC