En la fila posterior, el arquero José Letelier. Arrodillados, de izquierda a derecha, el segundo es Francisco Huerta y el cuarto Parko Quiroz. René Pinto no fue titular en este partido. (Archivo de El Comercio)
Renzo Giner Vásquez

Han pasado 30 años desde la mayor tragedia en la historia del club Alianza Lima. La caída del Fokker en el que viajaba el equipo íntimo
enlutó al fútbol peruano, pero también trajo consigo gestos como el del Colo Colo, equipo chileno que cedió a los jugadores José Letelier, Parko Quiroz, Francisco Huerta y René Pinto para que los victorianos
completen su equipo. “Ese gesto fue histórico pero la relación entre ambos clubes nace mucho antes”, explican Diego y Carlos, autores de “Amistad sin fronteras”, un libro que narra la historia en común
entre ambos equipos.

— ¿Cuándo comienza entonces?
Carlos: El libro parte desde los primeros amistosos entre ambos clubes. Colo Colo vino por primera vez a Lima en 1929, en la época en la que se firmaban los tratados de paz entre nuestros países, con cierta tensión política. El partido demostró que estos dos equipos del pueblo estaban al margen de esas diferencias políticas. Luego Alianza fue a Chile en 1933. Actualmente, el equipo internacional al que más veces ha enfrentado Alianza Lima en su historia es el Colo Colo. Lo curioso es que todos fueron amistosos, nunca se han cruzado en uno oficial.

Diego: Es como si Colo Colo y Alianza estuviesen predestinados a unirse.

El libro de Diego Bravo y Carlos Panki será presentado hoy. (El Comercio)
El libro de Diego Bravo y Carlos Panki será presentado hoy. (El Comercio)

— Hablemos de los jugadores que fueron cedidos...

C: Esa es una de las cosas Reconstruimos la historia a través de ellos, desde que se enteraron del accidente, el viaje, la llegada. Ellos se habían formado toda su vida en Colo Colo y, por ejemplo, Huertas nunca llegó a debutar en el primer equipo, su debut profesional fue en un Matute lleno. Los otros sí habían jugado pero asumieron
el desafío pese a ser tan jóvenes. Eso también plasmamos en el libro, el lado humano de ellos, qué sintieron, qué vivieron, cómo fue la llegada, por qué los cuatro vivían juntos en un mismo cuarto de hotel.

— ¿Cederlos fue una decisión de los dirigentes, el técnico o los jugadores?

D: Institucional. Todos esos detalles y enredos están en el libro. No podemos definir que todo fue totalmente fluido pero nació de una decisión institucional y terminó siendo uno de los gestos más
importantes en las relaciones entre Perú y Chile.

C: La gente no recuerda o celebra un tratado comercial o bilateral, pero sí este gesto a través del deporte.

— En Latinoamérica uno vincula más las barras a la violencia, no a la amistad.

D: Esta amistad nació en 1929 pero fue principalmente institucional o dirigencial hasta el 87, ahí pasó al lado humano, rompió las diferencias que pudieran haber entre los pueblos. El libro demuestra que la enemistad entre nuestros países es parte del discurso político.
Cuando Colo Colo viaja a Lima o Alianza a Santiago los mismos hinchas se comunican para ayudarse.

C: Está tan arraigada esta amistad que mientras conversamos
se crean nuevas historias, mañana habrá más y así. Al final, los pueblos se hicieron cargo de esta amistad, dejaron a las instituciones
detrás, en el libro tenemos historias muy sabrosas entre hinchas de ambos equipos.

— Cuéntenme una que no esté en el libro…

D: Hay muchas de hinchas de ambos equipos que se encuentran
en una calle de Europa, se saludan por ver las camisetas y terminan siendo amigos. Muchos hinchas de Colo Colo se juntaban para recibir a los peruanos que emigraban a Chile, ojo no solo hinchas de Alianza, sino peruanos en general. A ese punto llega la amistad.

— Cuando sucedió la tragedia uno tenía 4 años y el otro aún ni nacía, ¿cómo mantienen este sentimiento tan vivo pese a ello?

C: Porque la tragedia marcó mucho también a Chile. En mi país, desde que eres chico, sabes de la amistad entre Colo Colo y Alianza Lima.

D: Lo primero que mi padre me contó sobre Perú fue sobre el gesto con Alianza y la cercanía natural que tenemos. Además, como ejercicio personal, basta con ver la composición de los hinchas
de Alianza, representan a los sectores populares. Colo Colo es lo mismo. Como decía, el encuentro estaba predestinado hasta por sus hinchas. Si este gesto lo hubiera hecho un club como la Universidad
Católica se habría agradecido, existiría una amistad, pero no sería tan profunda, nosotros nos reconocemos como iguales.

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