Los chilenos que fueron timados con un caro paquete mundialista - 1
Los chilenos que fueron timados con un caro paquete mundialista - 1
Redacción EC

El plan parecía perfecto: un paquete con traslados desde Chile a Brasil, alojamiento y entradas para los tres primeros partidos de La Roja en el Mundial. Pero casi nada salió como estaba previsto.

En total fueron 180 chilenos que compraron la oferta, un grupo que incluía desde niños hasta mayores de 70 años.

El primer partido ante Australia llegaron a verlo sobre la hora, el segundo ante España casi todos se lo perdieron y lo mismo ocurrirá con el juego de este lunes ante Holanda. Este juego es clave ya que si Chile no gana quedará segundo del grupo B y es probable que tenga que enfrentar al anfitrión Brasil en octavos de final.

El problema es que ni siquiera está claro de quién ha sido la culpa por la falta de entradas.

Los hinchas reclamaron a los empresarios que les vendieron los paquetes, que viajaron con ellos, pero éstos les adujeron que el fallo fue de una empresa europea a la que compraron las entradas y nunca las entregó.

La peripecia incluyó además un viaje en autobús 24 horas más largo de lo previsto y un robo dentro de uno de los buses… de las escasas entradas que había. También hubo una negociación avalada por la diplomacia chilena.

"Estar en un Mundial era lo que más queríamos. Era la única oportunidad que muchos íbamos a tener", se lamentó Leonardo Baño, uno de los viajeros defraudados. "Ese sueño fue el que se truncó".

SORPRESA Y LLANTOS
Profesor de educación física de 48 años, Baño dijo que pagó el equivalente a US$4.200 por su paquete. Pero relató que las sorpresas empezaron a la salida misma del viaje, cuando notó que los cuatro ómnibus contratados eran de menor calidad que la que esperaba.

El viaje terrestre fue por Bolivia porque los responsables calcularon que sería el camino más corto para llegar a Cuiabá, donde Chile debutaba con Australia el viernes 13.

"Fue la peor decisión: los caminos eran horribles", indicó Baño. "Había que bajarse de los ómnibus para que pudieran pasar. Estuvimos entre 20 y 23 horas para hacer 300 kilómetros".

Eso atrasó y llegaron apenas dos horas antes del inicio del partido. Las entradas también aparecieron a último momento, aunque al menos ahí respiraron con alivio.

Baño indicó que el segundo partido era el que más los ilusionaba: contra el campeón España en el legendario estadio Maracaná de Río. Pero apareció apenas un puñado de entradas que repartieron entre los más jóvenes y veteranos.

Agregó que algunos fueron de todos modos al Maracaná a mostrar los recibos de compra de entradas, con la esperanza de que los dejaran pasar.

"Cuando no había ninguna opción, comenzaron los llantos", dijo. "Vimos a hombres de 30 y 40 años llorar. Varios contrataron esto para que su papá pudiera ver el partido".

Ese mismo día, otro grupo de chilenos se hizo notar por una situación inversa: no habían comprado entradas e invadieron el Maracaná por el centro de prensa para ver el partido. Algunos lo lograron, pero 88 fueron detenidos y debieron abandonar el país.

Chile se impuso también en ese juego por 2-0, en una actuación memorable.

El sábado los empresarios les comunicaron que tampoco conseguirían las entradas para el partido de este lunes ante Holanda, en Sao Paulo.

Baño dijo que entonces un subgrupo robó el único puñado de entradas que había, como una manera de resarcirse del perjuicio. Eso generó disputas dentro del grupo mismo, con gritos y "casi golpes".

BÁLSAMO
Al final, negociaron con los empresarios para que les devolvieran el 30% del costo del paquete, so pena de iniciar acciones legales.

"Se llegó a un acuerdo y lo firmaron casi 80 personas", dijo el cónsul chileno en Río, Samuel Ossa, que actuó como "ministro de fe" del pacto.

En diálogo con BBC Mundo, el diplomático añadió que "la empresa que les vendió los tickets era de Malta, entonces era imposible procesarla acá".

Frustrados, algunos decidieron regresar a Chile y otros siguieron camino a Sao Paulo para conocer el estadio Arena Corinthians, aunque sea desde afuera.

Baño es uno de los que decidió quedarse. Explicó que recuperar el 30% del dinero nunca le devolverá la ilusión perdida, pero si a Chile le va bien al menos será "un bálsamo" entre tanto problema.

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