Así cayó la banda que robaba bancos y joyerías en Colombia

El outsorcing es un término en inglés que traduce subcontratación o tercerización, sistema que usualmente se usa en las grandes compañías para contratar personal; sin embargo, una banda de presuntos ladrones de Santander (Colombia), se dedicaba a prestar estos servicios pero en material criminal.

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Los asaltantes eran subcontratados por delincuentes para robar joyerías y bancos en las principales ciudades de Colombia, prestaban los servicios de logística, planeación y ejecución del robo.

Un trabajo coordinado con la Fiscalía y la Policía Nacional, en medio de la operación denominada Brillante, que se dividió en tres fases, logró la desarticulación total de esta estructura criminal. “Se materializaron tres capturas y cinco imputaciones entre las que se destacan los cabecillas principales y autores intelectuales de los hurtos perpetrados por esta organización” indica la Policía.

A estas capturas se suman las 14 personas que ya fueron judicializadas el año pasado, que también pertenecen esta misma banda.

El más duro golpe lo dieron el 31 de agosto del 2018 cuando hurtaron en 32 segundos una joyería del centro comercial Cacique en Bucaramanga, llevándose un botín de mil millones de pesos, el mismo día que se encontraba el presidente Iván Duque en la ciudad.

Luego de este hurto, las autoridades iniciaron la investigación analizando más de 1.000 fotogramas en 80 horas de video, obtenidos de cámaras de seguridad de establecimientos privados y las instaladas en las calles, lo que les permitió recrear el recorrido de 15,4 kilómetros que hicieron los delincuentes desde el centro comercial hasta una vivienda en el barrio Los Comuneros.

El pasado mes de diciembre, estos mismos delincuentes robaron una entidad financiera en la ciudad de Cúcuta en menos de 20 segundos, saltándose las cajas y evadiendo a las autoridades.

Modus Operandi

La organización se especializó en la identificación y perfilación de los establecimientos, donde procedían a realizar un análisis y estudio previo mediante vigilancias para conocer el movimiento de los guardias de seguridad y horarios de la entidad para proceder a ejecutar los golpes que no superaban los 30 segundos.

“Este grupo realizaba un entrenamiento previo a cada hurto, aspecto que se comprueba en la facilidad para saltar sobre las cajas de las entidades financieras y locales comerciales. Cada integrante cumplía una función específica”, indica la Policía Nacional.

Los autores intelectuales, inicialmente, visitan los establecimientos comerciales y adelantan actividades de vigilancia evaluando la frecuencia en el paso de las patrullas policiales. Una vez pasa la patrulla, les dan luz verde a los demás integrantes de la organización para que puedan cometer el hurto mientras que ellos continúan dando vueltas por los lugares aledaños.

“Esta organización se había 'profesionalizado' en su actividad ilícita por su trabajo milimétrico y metódico, a tal punto que llegaron a ser subcontratados por otras estructuras a nivel nacional para ejecutar algunos hurtos, en lo que sería una especie de outsourcing criminal”, explica el general Manuel Vásquez, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.

Para evadir la acción de las autoridades, los delincuentes de esta organización tramitaban en el mercado negro cédulas de ciudadanía y licencias de conducción falsas